—linda, sé que esto debe dolerte, pero si yo no te hago abrir los ojos quizás nadie lo hará por ti. ¿tus amigas saben de sanzu?
—no, nunca les dije que estaba en algo con él.
—¿y por qué no?
pensó.
porque sabía que ellas no estarían de acuerdo con la relación, iban a decirle que lo dejara y ella se vería como una estúpida al decir que su enamoramiento era gigante y por lo tanto, incapaz de alejarse de haruchiyo.keisuke sabía la respuesta a su última pregunta, pero quería que ella pensara en sus motivos, los analizara y se diera cuenta.
cuando (n) dejó de verlo y llamarlo, se hizo una idea del por qué. aunque, siendo sincero, creía que era porque sanzu le prohibió estar en contacto con él, lo cual terminó siendo lo contrario; ella no quería contarle la verdad.—te ayudaré a salir de esa relación si es lo que quieres, pero debes poner de tu parte. una persona que no se deja ayudar no tiene salvación alguna.
la tomó de las mejillas para que lo mirara, notó en sus ojos tristeza y a baji se le rompió el corazón. no podía ver a la chica que le gustaba en ese estado, maldecía una y mil veces a sanzu haruchiyo por causar en ella desastre e inseguridad.
—reprimí los malos recuerdos, baji. sé que me golpeó, pero no me acuerdo bien la escena, es algo borroso y ya no sé si pasó de verdad o fue invento mío. no sé si él realmente es agresivo o yo lo estoy viendo como tal.
—sí pasó, (n). yo vi el golpe en tu mejilla, no dudes de tus recuerdos, si están es porque ocurrieron. no intentes culparte por todo, la culpa la tiene únicamente él y lo peor es que probablemente no se responsabiliza de sus actos.
—me siento tan estúpida.
la fémina sonrió y rió, porque prefería reír en vez de llorar.
se apartó sutilmente del agarre de baji y cubrió su rostro. lo que necesitó para darse cuenta de las cosas fue que el otro le hablara sobre eso con tranquilidad.¿de verdad lo evitó por miedo a su reacción?
¿o lo evitó porque sabía que baji le diría la cruda realidad y ella no podría ver a sanzu con ojos de amor?keisuke la envolvió en un abrazo, dándole caricias, mostrando apoyo.
—no eres estúpida, sólo una chica enamorada de la persona incorrecta.
[ . . . ]
estuvieron hablando hasta que la noche cayó.
siguieron con el tema de sanzu por alrededor de una hora, luego baji decidió que sería mejor hablar de otra cosa para distraerla y que no pensara en el pelirosa.a eso de las nueve de la noche ambos se encontraban bajando de la moto, la cual fue estacionada enfrente de la casa de ella.
(n) le preguntó a keisuke si podía pasar la noche en su apartamento, temía que sanzu se presentara en su casa y ella se viera incapaz de no atenderlo.iba a terminar lo que sea que tuvieran, pero necesitaba estar acompañada e ir de a poco.
baji accedió sin dudar. (n) dijo que sólo precisaba pasar por su casa para buscar ropa y de paso llevarse al felino con ella, no iba a dejarlo solo.—si invitamos a chifuyu le diré que traiga a peke j, quizás se lleven bien.
comentó el pelinegro mientras ingresaba a la casa.
—si quieres invitar a kazutora también, hazlo, no los veo hace mucho, los extraño la verdad.
—¿más que a mí?
baji le miró con una tristeza fingida, ella negó mientras iba a él para darle un abrazo que duró unos segundos.
—no seas celoso, kei. espérame aquí, ya vuelvo.
fue a su habitación, agarró otra mochila y metió en ella algunas prendas, al fin y al cabo la mañana siguiente también tenía clases.
pensándolo mejor, podía aprovecharse de su situación y robarle ropa a baji. sí, eso haría, le gustaba la manera de vestir de aquél.cargó en esa mochila comida para haru y luego a este mismo lo colocó en otro bolso.
—ya estoy, podemos irnos.
anunció, volviendo con el impropio. él la ayudó con los bolsos y juntos volvieron a la moto, subiéndose y viajando hacia el apartamento contrario con una velocidad lenta, pues haru podía asustarse y pasarla mal.
—¿qué tienes ganas de comer?
—no lo sé, ¿qué se te antoja a ti?
fueron hablando a medida que entraban ahora al hogar del mayor. (n) dejó los bolsos en el suelo y liberó a haru, quien se puso a investigar el nuevo ambiente.
—no lo sé tampoco, mejor le pregunto a chifuyu, él es menos indeciso. vive dos pisos arriba, mientras voy a verlo ve llamando a kazutora, ¿te parece bien?
—perfecto.
—ya regreso.
keisuke salió de ahí, dejándola sola.
(n) buscó entre sus contactos el número del chico con mechas rubias y al encontrarlo lo llamó.—¿hola?
—¡kazu!, tanto tiempo.
—hey, (n), creí que nunca te volvería a escuchar. ¿ya hablaste con baji?, últimamente se lo ve muy decaído.
—sí, sí. de hecho estoy en su apartamento. él fue a invitar a chifuyu para pasar la noche y me pidió que te llamara, ¿tienes planes ahora?
—ninguno por suerte, estaré allí en cuarenta minutos, nos vemos.
colgó la llamada y tiró el celular al sofá, buscando con la mirada al felino, quien había desaparecido.
—¿haru?
lo llamó, pero nada. seguramente estaba metido en la habitación de baji.
quiso dirigirse hacia dicho cuarto, pero alguien golpeó la puerta.¿baji? pensó, o chifuyu tal vez. podía ser que keisuke se fue a comprar la comida y el rubio bajó para quedarse con ella.
fue hasta la puerta. la abrió.
pero no era ni baji ni chifuyu, era sanzu.