Capítulo 10

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"Debes dormir temprano, supongo, así que cuando quieras podemos irnos" dice Rush limpiándose la comisura de la boca, y levantando la mano para pagar la cuenta.

"Creo que quiero hacer otra cosa antes de irme a dormir" le digo, tomando nota de cómo su lengua se pasa por su labio inferior. "Quiero ir a tu casa".

Levanta las cejas.

"¿Cómo sabes que tengo casa aquí?" parece asombrado.

El mesero llega y Rush le pasa la tarjeta de crédito, diciéndole que tome la propina de ahí.

"Supongo que la tienes, ya que no te has ido de California" me encogo de hombros, bebiendo lo que sobra de mi malteada.

"Eres la razón por la que sigo aquí, realmente vivo en Seattle".

" Eso no lo sabía, aunque supongo que debemos hablar de ciertas cosas" le digo, mirándolo a los ojos.

"¿Por ejemplo...?" cruza los brazos.

"Que no me quieres enseñar tu casa aquí en San Jose" suspiro "No tienes confianza en mí, no es como que le diré a la prensa".

"Eres una niña lista, ¿eh?" susurra "Está bien, pero no hay mucho que mostrar, apenas la compré".

Ahora me siento incómoda.

" Si no quieres llevarme a tu casa, lo comprendo, realmente tenemos menos de una semana sin conocernos" aclaro.

"Sabes que eso realmente no importa".

El camarero regresa con la tarjeta, para que Rush firme, y una vez acabado, toma mi mano y me conduce a la salida.

Es difícil caminar con este vestido, ya que no quiero se le ensucie, me gustó demasiado, así que cuando Rush toma mi mano, debo sostener la falda con la otra.

" Si quieres ir, vamos" suspira "Sólo que está todo echo un desastre, no he limpiado"
se rasca la barbilla.

Sonrío.

"Gracias" le miro con honestidad. Ya que sé lo difícil que es mostrar una parte de ti mismo a los demás.

Conduce en auto por la autopista, por lo que parecen ser hora, hasta que subimos una colina llena de árboles.

Nos adentramos un poco mas, y veo que una casa blanca con ventanas desde el techo hasta en suelo por la parte de enfrente de la casa nos recibe.

Me quedo impresionada, ya que estaba escondida entre el bosque. No hay ni una sola luz prendida. Estaciona el coche en la entrada y salgo con él.

Mete las manos en los bolsillos una vez estamos en el porche. Parece nervioso.

"Te advertí del desorden, recuerda" dice mirándome fijamente.

"No es como si escondieras un cadáver dentro" bromeo "Abre la puerta, Rush".

Toma el pomo y empuja la gran puerta blanca, me hace ademán de pasar y entro.

Rush enciende la luz, así podemos ver por dónde caminos.

El interior de la casa es de paredes blancas y grises, con cortinas azul oscuro, el pisones de mármol blanco también. Es un lugar grande y elegante.

Los muebles son de apariencia cara, y tengo miedo de siquiera tocarlos.

Hay un piano grande de color negro en una esquina del salón, y de inmediato me imagino a Rush tocándolo.

Se acerca por detrás de mí y me encamina por la cintura hasta la escalera de caracol que hay en el centro de la habitación.

"¿A dónde vamos?" pregunto casi en un susurro.

Se detiene y me sonríe.

"Quiero mostraré mi habitación".

" Okay" digo insegura.

Me acerca a su pecho y me acaricia los hombros con delicadeza.

"No te morderé, lo sabes".

Me toma de la mano y seguimos subiendo las escaleras. Hay un pasillo largo, y mientras vamos pasando, me señala las puertas, explicándome que algunas son cuartos de huéspedes y hay un cuarto de ensayos, donde escribe y practica a veces.

Llegamos al final del pasillo, y abre la puerta, dejándome pasar de nuevo antes que él. Entro y veo que hay una cama matrimonial de sábanas blancas con un dosel azul claro.

Voy hacia el librero que hay en la pared izquierda, y veo muchos clásicos.

"Amo Cumbres Borrascosas" le digo, sacando el libro desde el lomo. Es una edición vieja, y tiene ese olor en particular que me encanta, como de hojas gastadas.

Rush camina hacia mí y me rodea con sus brazos, recargando su cabeza en mi hombro.

"Me gustaría que te quedes a dormir" susurra, besando mi cuello.

"No tengo ropa limpia" le recuerdo, cerrando los ojos ante su toque, aún con el libro entre las manos.

Empieza a hacer un camino lentamente hasta mi clavícula, apartándome contra su pecho.

"Te prestaré de mi ropa".

" Está bien" acepto, no muy segura de prl qué. Sólo sé que quiero pasar tanto tiempo como sea posible con él.

Sonríe contra mi piel y se separa, dándome la vuelta para encarar su rostro.

Va hacia el clóset, saca una camiseta blanca con unos pantalones grises de yoga y me los tiende en la cama.

"Te dejaré para que te cambies" dice, yendo hacia la puerta, cerrándola detrás de sí.

Me quito el vestido, lo dejo sobre una silla y después me saco las converse negras, y las dejo también en la silla.

Me pongo la camiseta, y como veo que me llega hasta las rodillas, decido olvidar el pantalón, ya que me cubre lo suficiente.

Mientras estoy en el baño de la habitación limpiandome el maquillaje y dejando mi cabello libre cuando Rush entra con un pantalón de pijama negro, y nada más.

Olvido lo que estaba haciendo para ver su pecho y abdomen marcados llenos de tatuajes. Algunos son coloridos y otros son negros.

Él camina hacia una cómoda para dejar el traje acomodado en un gancho. Y veo su espalda, donde hay un tatuaje que dice en letras cursivas: You choose your own battles en sus hombros.

Vuelve la mirada hacia mi y rápidamente vuelvo a mi tarea. En el espejo veo mi sonrojo.

¿Por qué nací tan pálida?, pienso a mis adentros.

Termino y voy hacia la cama con Rush, donde está sentado. Me siento con las rodillas cruzadas en el lado derecho de la cama, viendo la gran ventana que es desde el techo hasta el suelo, dejando ver el bosque a mi alrededor.

Rush se pone enfrente de mí, inseguro. Parece nervioso, aunque no creo más que yo.

"Si quieres puedo dormir en alguna de las otras habitaciones" dice, rascándose la nuca con una mano.

"No" digo muy rápido "Quiero decir, éste es tu cuarto, tal vez yo debería irme" empiezo a levantarme pero Rush toma mi brazo y me sostiene contra él.

"Realmente quiero que te quedes" dice.

Recargo mi cabeza en su hombro, escuchando sus fuertes latidos.

"Vamos a dormir" dice, recostándose en la cama, y toma mi brazo para que haga los mismo.

Me recuesto de cara a él, memorizando sus facciones y tomando nota de sus ojos azules oscuros.

Hay tanto que quiero saber sobre él, y tan pocas respuestas.

Empiezo a cerrar mi ojos y cuando empiezo a quedarme dormida me abraza contra él, sosteniéndome.

Suspiro. Éste es mi lugar preferido en el mundo.

"Te quiero, Amy" alguien me susurra en sueños.

My Sweet Nightmare © (EN REVISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora