Capítulo 24

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"Le juro que lo entegué hace más de dos semanas" replico al profesor Morty de Morfología.

"No tengo la creencia de una fuerza divida suprema, señorita Raymond. Así que a menos que usted no lo haya enviado, ese trabajo jamás lo recibí. Y queda claro que ningún Dios lo ha robado" dice Morty y se ajusta las gafas de pasta negra muy petulante.

Quisiera meter esas gafas por su culo apretado.

"¿Entonces?" dice en una expresión despectiva.

Aprieto los dientes y sostengo mis libros contra mi pecho con fuerza, así no se los lanzo a la cara.

"No creo que Jesucristo haya bajado del cielo para evitar el envío, pero le prometo que lo recibirá hoy mismo" murmuro enojada y me doy la vuelta para salir del salón de clases.

Una vez fuera lanzo los libros por el maldito pasillo, pero camino y los vuelvo a juntar. Está claro que los necesitaré hoy. Maldito Joseph Morty y sus estúpidos ensayos. Faltan tres días para graduarnos y el imbécil piensa que no tengo cosas más importantes qué hacer.

Ashley coincidió la cita con el tipo que nos va a enseñar el apartamento en la W Taylor Street hoy a las seis de la tarde y Morty siempre recibe trabajos hasta las ocho. Lo bueno es que queda a menos de quince minutos de aquí, la Universidad de San José.

Cómo odio la confrontación con los maestros. Los maestros de la universidad son más comprensibles y de mejor carácter que de la secundaria, pero Morty es un dolor de cabeza. Además de que los profesores no pierden los trabajos en el correo de la universidad. ¿A quién le mandará e-mails de todos modos Morty? ¿A la que alimenta sus gatos? Ja, ni los gatos lo han de soportar.

Refunfuño internamente hasta que llego a mi habitación y tan pronto entro apago el móvil y abro el portátil. Sólo para hacerlo enojar, le voy a mandar el trabajo completo de un vocabulario tan extenso que tardará horas en terminar.

Hijo de puta latín.

"Ya no más" gimo y lanzo mis manos para cubrir mis hinchados ojos. Cómo agradezco a la fuerza divina en que Morty desconfía, o de otra manera me hubiera tomando más horas de las que planeé. Miro el reloj con el ojo derecho y me percato que aún cuento con media hora para mandar el trabajo a la mierda.

Bueno, al profesor Morty para ser más exactos.

¿Por qué está tan oscuro? Oh, claro. Las cortinas. ¡Duh!

Oh, mierda. Ya empecé a hablar conmigo misma de nuevo. No es que sea la primera vez, pero nada bueno sale de eso.

Hago crujir mi espalda y corro las cortinas para ser atacada por el sol.

¿Y Ashley? Oh, claro. Como si yo lo supiera.

Ay no. Debo salir de aquí.

Envío el ensayo ya corregido por e-mail y tomo mis converse negras. Me pongo el suéter azúl, pero lo cambio por uno blanco que termino reemplazando por uno negro. Tomo el móvil que sigue apagado pero ya cargado y salgo.

En el camino a la coffee shop me enciendo el móvil y veo tres llamadas perdidas. Qué extraño.

Dos son de Rob y una de Ash.

Hace años que hablo con Rob, o al menos me lo parecen. Le devuelvo la llamada y me lo contesta al cuarto tono.

"¿Hola?".

"Hola, soy Amy. Tengo una llamada perdida de ti, Rob".

"Ah, si" se escucha ruido de oficina en el fondo "No es nada, sólo quería saber cómo estás. La otra noche prácticamente te secuestraron".

My Sweet Nightmare © (EN REVISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora