Capítulo 22

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Ya entrada la tarde, casi las tres, me encuentro en la cocina limpiando. Lo hago cuando estoy nerviosa, supongo que por eso siempre limpio.

Estoy terminando de lavar los trastes sucios cuando la puerta de entrada se abre y cierra de un portón. Me acerco a ver y veo a un Rush todavía con astros de furia en su rostro.

"¿Estás bien?" pregunto, Aunque sé que podrá sonar estúpido dadas las circunstancias.

Él se quita la chaqueta y la tira al suelo, para llegar hasta mí y me envuelve en sus brazos fuertemente. Inhala mi cuello lleno de sus marcas, como si estuviese memorizándo.

"¿Rush?" susurro contra su pecho cálido y le rodeo por la espalda. "Me estás preocupando".

Él me suelta y va hacia la habitación, al cuarto de baño.

"¿Por qué me ignoras? Hice que tu madre se fuera, ya no está aquí, así que puedes relajarte".

Él levanta una ceja y abre el grifo de agua para lavar sus manos, que están llenas de sangre.

"¡Estás sangrando!" me acerco a él y vo sus nudillos abiertos debajo del agua "¿Has hecho pelea de nuevo?".

Le miro preocupada pero el sólo hace una mueca y me aparta para limpiar sus manos hechas jirones, sin dejarme tocar su piel.

"No es nada" gruñe y me ignora "Ella tiene razón".

"¿Quién tiene razón en qué?".

Él termina de limpiarse y se agacha por una toalla. Se quita los restos de mangas rojas secas y tira la toalla al cesto. Se va a la habitación y le agarro del brazo para detenerlo.

"Deja de evitarme, ¿quién te ha dicho qué? ¿Con quién has estado?".

Él evita mi mirada y hace una mueca de desagrado.

"Mi madre tiene razón. Es una estúpida egoísta de mierda, pero acierta en que tu y yo somos diferentes. No creo que sea bueno seguirlo".

Doy un paso atrás, como si me hubiese golpeado.

"¿A qué te refieres?" murmuro las palabras apenas audibles.

Él trata de tomar mis brazos, pero me alejo y se pasa los vacíos puños por el pelo.

"Amy, es mierda lo que estamos pasando, es un puto laberinto saber qué quieres de mí, y yo no soy una persona que cede fácil. Sería más fácil...".

Le fulmino con la mirada.

"¿Será más fácil?" susurro "Tú... Tú eres el que me besó primero en el concierto, y eres el que me tocó primero y eres el que me...".

"Fue un jodido error, Amy. No tienes idea de lo fácil que fue hacer esas cosas, pero no debe pasar otra vez. Tienes que alejarte de mí, esto no lleva a ningún lado y tú eres difícil como la mierda. Además mi madre tiene razón, no perteneces a mi mundo. Eres demasiado fácil de...".

Me trago la bilis que se acerca a mi boca y le golpeo en el pecho, fuerte.

"Eres un hijo de puta" me niego a mirarle "Te di mi maldita virginidad, mi jodido primer... Si crees que sería fácil sólo darme la vuelta e irme, sin tener en cuenta que tú dices todo el tiempo esa mierda posesiva de ser tuya y que no me puedo acercar a alguien más, y que confías en mí... ¡Eres un cabrón de puta mierda! ¿Que soy fácil? Yo confiaba en ti, Rush" susurro "Yo... Te quiero".

"Puedes rechazar ese sentimiento de una vez" dice en voz tranquila.

"¿Qué?" me quedo sin aliento "Pero tu dijiste...".

Él se sienta en la cama hecha, con los bazos en las rodillas. En la cama que dormimos juntos y tuvimos algo... O eso creía. Y yo jodidamente cambié las sábanas ésta mañana, haciendo la metáfora más horrible de mi vida. Sábanas nuevas, como si no hubiese pasado nada.

"Simplemente vete" dice por lo bajo.

"¿Simple?" las lágrimas me pican los ojos pero parpadeo para evitarlas a toda costa "¿Que yo soy difícil? Si quieres echarme eso a la cara está bien. Sí, tengo problemas conmigo misma, pero no soy una puta calientacamas. Tú dijiste que te importaba y que yo era especial. No fui fácil, estúpido idiota. Te di mi corazón".

"Pues sólo finge que sigue ahí y encuentra a alguien a quien le importe".

Me acerco y con toda la fuerza del mundo le doy una bofetada que me hace arder la carne. Ni siquiera se inmuta.

Me alejo y voy a por mi ropa sucia y tacones negros.

Me cambio rápidamente en el baño y dejó las lágrimas correr por mis mejillas libremente. Casi me arranco su ropa del cuerpo y me pongo el vestido sucio sin la ropa interior. No sé donde está y no me importa. Sólo quiero salir de aquí y correr tan rápido como pueda. Me subo el cierre y tomó mis tacones con las manos.

Salgo hacia el pasillo y me alegro de no verle por ningún lado. Salgo tan rápido como puedo por la puerta y corro fuera del edificio aún con los tacones en mis manos. Sólo quiero estar lejos de aquí lo más pronto posible. No me importa cómo la gente se me queda viendo, o cómo me gritan obscenidades o palabras groseras. No me importa que parezco una loca caminando rápido por la calle sin zapatos y los ojos rojos de tantas lágrimas. Simplemente bajo la cabeza y sigo caminando.

Sigo caminando ahogando los sozollos de mi garganta y con los pies desnudos y sucios por la acera. Muy dentro de mí siento algo romperse en mil pedazos.

My Sweet Nightmare © (EN REVISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora