Capítulo 21

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No estoy segura si es el sol inundando la habitación o la voz femenina que viene desde lejos lo que me despierta, pero me estiro en la cama y abro los ojos lentamente. Bostezo y hago mi cuerpo crujir cuando estiro mis músculos adoloridos. Hago una mueca cuando siento un tirón entre mis muslos. Tal vez sea seguro tener relaciones, pero Rush tiene razón en que todavía no me he acostumbrado lo suficiente para no sentirme incómoda después de que lo hagamos.

"¡Mi vida, no me has contestado el teléfono en meses!".

Me paro en seco cuando trato de levantarme. ¿Es esa una voz de mujer? Creí haberlo imaginado, pero estoy segura que hay una mujer en el departamento.

Oh, no. Que no sea la drogadicta de nuevo.

Realmente no tengo mucha fuerza física ni emocional hoy para confrontar esa situación.

"¿Qué mierda haces aquí?" Rush parece molesto, puedo escucharlo empujar algo duro.

Alguien ahoga un grito.

"Bueno, no espero que me tires rosas cuando llego, pero al menos dame un abrazo".

Oh, no. Claro que no.

Me levanto rápidamente, mandando al carajo el dolor que siento en el cuerpo y encuentro una camisa de botones blanca. Me la pongo sin pensar o abotonar todos los botones de la seda blanca, pero me apresuro al lugar proveniente de esa voz femenina.

Juro que lo mato.

Salgo casi corriendo hasta la cocina y me quedo en shock.

Sí, hay una mujer en la cocina. Y sí, está abrazando a un Rush muy incómodo. Pero ésta mujer parece de al menos cuarenta años.

De estatura media, pelo negro corto en los hombros y vestida con ropa que no quiero ni pensar cuánto llega a costar, sin mencionar esos zapatos negros de tacón con suela roja Louis Vuitton, ésta mujer es la viva imagen de Rush.

Me ve de inmediato cuando entro y se queda asombrada. Oh, Dios. Sé lo que debe pensar.

Una mujer despeinada y con nada más que una camisa blanca a la mitad de los muslos en la habitación es la peor primera impresión para la madre de Rush. Es tan claro que estuvimos en la cama que bien podría lanzarle los condones a la cara. Beno, en realidad no son necesarios...

Mi cara está roja como la sangre. Puedo sentir calor en la piel de inmediato.

"Oh, bueno" dice la mujer con los mismos ojos de Rush "Creo que no te conozco, cariño".

Sus palabras no son maliciosas, sino más bien comprensivas y me hacen sentir peor. Ella se me acerca, caminando como si fuera una modelo retirada de Victoria's Secret, y me estrecha entre sus brazos. Hasta su perfume de lavanda exhala dinero.

Trato de devolverle el contacto, pero me resulta bastante incómodo. Prácticamente estoy desnuda, pero no parece importarle. ¿No será la primera vez que ve a una mujer así?.

Por Dios, quiero morirme ahora mismo.

Ella se separa de mí y me da un recorrido por la cara, para después fijar sus ojos azules en mi cuello desnudo.

"¡Dios Santo!" exclama y se cubre la boca con una mano llena de anillos de oro "¿Pero qué te ha pasado, niña?".

"Yo, uhm...".

Ella voltea a ver hacia Rush, con las manos en las caderas.

"¿Es que no sabes tratar a una mujer, Russian? ¿No he hecho más que darte buena educación acaso?" ella niega con la cabeza y se concentra de nuevo en mí.

My Sweet Nightmare © (EN REVISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora