Capítulo 25

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-Alanna se escapó.— Le dije a mi esposa viendo como la preocupación nublaba sus hermosos ojos y su semblante perdía el poco color que le quedaba haciéndome querer acabar con su padre y toda su descendencia salvo ella, claro está.

Nunca había estado tan asustado como cuando el guardia que envió Peter me dió la noticia que mi esposa había sido atacada y su sirvienta herida de gravedad. Ni siquiera esperé a mi primo o escuché cuando me pidieron que tuviese cuidado ya que muy bien podía ser una trampa para atraerme de regreso al palacio.

Sin embargo eso no me importó, necesitaba ver con mis propios ojos que mi esposa estaba bien, pero antes de eso debía asegurarme de que la amenaza hubiera sido eliminada por lo que me encaminé a nuestros aposentos para encontrarme con la sombría mirada de Peter que no solo me dijo que Alanna había escapado sino que me informó que uno de los guardias asignados la protección de Catherina estaba muerto y el otro no había sido encontrado, lo que me hacía pensar que estuvo involucrado de alguna manera en lo ocurrido.

La búsqueda se extendió por todo el palacio al igual que sus jardines, pero no hubo suerte en encontrarlos.

-¿Qué pasará ahora?.—Su voz a penas se escuchaba y sus manos estaban heladas.

-La cazaremos para traerla ante la justicia y si tu padre tuvo algo que ver con esto lo destruiré.— juré no descansar hasta que estuviese segura y eliminaría todas las amenazas que la rodeaban así fue el mismo Napoleón.

-Ella no está bien de la cabeza, no hablaba o se comportaba como una persona normal... Hirió a María para llegar a mí, también te pueden herir ¿no lo entiendes? No puedes arriesgarte eres un caballero no un soldado, debes quedarte aquí junto a mí donde pueda asegurarme que no te pase nada por mi culpa.— La vehemencia y preocupación de sus palabras y el pánico que veía en sus ojos suavizó el insulto de no considerarme lo suficientemente apto para cuidar de ella y de mi persona.

Es cierto que prefiero los libros a las armas pero eso no quería decir que no me hubiera educado también en ellas. Era un experto esgrimario y mi puntería con las armas de fuego no era para tomarse a la ligera.

-No voy a salir en una cacería sin sentido mi hermosa bruja.— acuné su rosto entre mis manos.— en estos momentos la guardia real está en casa de tu padre aprendiéndolo a él y su esposa. A su hijo como todavía es un niño, lo mantendrán en palacio en una guardería donde será vigilado por las nodrizas.

En ese momento las puertas se abrieron y mi primo entró seguido por la guardia real su rostro estaba rubicundo y sus ojos relampaguearon cuando tomó la escena frente a él. El vestido de mi esposa cubierto de sangre, su mucama tendida en la cama luciendo casi tan pálida como las sábanas que la cubrían. Mi primo había tomado como una afrenta personal el atentado contra mi esposa no solo porque fuera su prima por ley sino porque había demostrado que la seguridad de la que tanto se ufanaba podía ser quebrantada con aparente facilidad.

Hicimos las reverencias para guardar las apariencias necesarias y nos acercamos a mi primo para ponernos al tanto de lo que estaba sucediendo. Los guardias habían sido doblados en número y ahora patrullaban todos los pasillos del palacio, la reina iba a ser trasladada con su corte y los infantes a otro palacio a primera hora de la mañana por su protección. Nosotros al igual que mi primo nos quedaríamos para asegurarnos que todos los implicados tuviesen su castigo.

-Hay algo más.— los ojos de mi primo se fijaron en los míos.— El sobrino de la madre de la duquesa de Callen se enteró que tu esposa está viva y bajo nuestra protección.— levanté una ceja ante esto, no pensé que estas noticias llegasen a Prusia tan pronto.— No está en Prusia si es lo que piensas, el rey titular de Francia está en Inglaterra y deberá llegar en unas cuantas horas, por lo que tengo entendido está pidiendo que rueden cabezas y no creo que hable figurativamente.

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