Capítulo 16

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Capítulo dedicado a Leydisuares gracias por tu apoyo 🥺🧡

Mi madre nos observaba con una expresión de suficiencia que no auguraba nada bueno. Catherina se preparó para la batalla, pero yo decidí que lo mejor era una táctica evasiva así que la sujeté por la cintura y la hice entrar a la casa con apresurados y bruscos pasos, al enterarme que esta noche tendríamos un baile en el pabellón.

Tendría que descubrir lo que planeaba su infame cabeza y pronto, si quería detenerla antes que pudiera hacer algún daño a mi futuro. Ya tenía suficiente con que hubiese arruinado mi pasado, mi madre había llenado de malos recuerdos mi infancia y juventud mas no lo haría con mi vida adulta. No dependía de ella en ningún sentido y no me importaba el escándalo que se pudiera generar.

Salí de nuestra habitación tan pronto llamé a una de las sirvientas para que se ocupara de arreglar a mi prometida y me dirigí hacia mi madre como un toro al que le ondean una bandera roja.

La encontré en la sala de té junto a tres aristocráticas matronas, conocidas por regocijarse en destruir reputaciones. Me recompuse poniendo mi máscara de fría indiferencia que perfeccioné a lo largo de los años.

-Madre, respetadas señoras.—incliné levemente mi cabeza a manera de saludo, pero no pensaba hacerle una caravana propiamente dicha.

-Su excelencia. Permítame agradecerle por su hospitalidad, mi hija Adia está arreglándose antes de bajar, los caminos estaban demasiado secos y hemos llegado cubiertas de polvo. Seguramente no la reconocerá ahora que ha terminado la escuela de señoritas, tenemos planeado su baile de debutante en dos meses, sé que no es acostumbrado que se deje ver en público antes del inicio de la temporada, pero como somos prácticamente familia y lady Victoria insistió tanto no pude reusarme.

-Lamento perderme el debut de su hija lady Harper, seguramente estaré en mi viaje de bodas para ese entonces.—El jadeo de sorpresa y el centelleo de los verdes ojos de mi madre me hicieron saber que había dado en el punto.

Desde hace años mi madre y Lady Sara, tenían la insulsa ilusión de verme comprometido con Adia. Mi madre a pesar de encontrar a la hija de la vizcondesa insulsa, muy por debajo de nuestro rango y un poco descerebrada me repetía que era mejor que nada ya que al menos la muchacha no se quejaría en demasía cuando se viese confinada a una vida social casi nula. Lo que en pocas palabras, quería decir que ella sería libre para seguir fungiendo como la duquesa de Callen.

A mí en lo particular la muchachita siempre me disgustó, suponía que debería tener alrededor de la edad de Catherina, pero la última vez que la vi podía tener unos quince o catorce años y me persiguió hasta que me exasperó a tal punto de echarla a ella y su nodriza de mi laboratorio con palabras nada gratas.

El viejo vizconde se había molestado al punto de amenazar con cortar relaciones con mi familia, no que a mí me importase mucho, pero después que mi padre falleció y se conoció del éxito de mis inversiones, los Harper decidieron olvidar mi afrenta y vanagloriarse de ser cercanos al nombre de mi familia.

Hasta hoy mi madre no había tratado de hacerme volcar mis atenciones a la hija menor de los Harper. Sin embargo, mi escandalosa y poco protocolar forma de anunciar mi compromiso tiraba por tierra la ambición de ambas mujeres y cualquier trampa que quisiera tenderme mi madre tendría que ser reconsiderada con sumo cuidado.

Mi sorpresa fue grande cuando antes que mi madre o lady Harper pudieran decir algo, mi Catherina bajó las escaleras luciendo tan hermosa que parecía un sueño, robando no solo mi respiración sino también las miradas de ambas mujeres.

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