CITY OF STARS. |RenMin|

50. |FINAL|

había una emergencia, el pequeño jaeren no podía dejar de llorar. había nacido hace ya dos meses y jaemin y renjun lo amaban cuando no estaba llorando, más en se momento había cuatro personas reunidas frente a la cuna del bebé llorón tratando de tranquilizarlo. el chino pareció tener una idea de pronto, se alejó de ellos y fue pronto a su cuarto sacando cierto estuche del armario, lo abrió tomando el hermoso violín entre sus manos y luego de asegurarse de que estuviera bien afinando, tocó una maravillosa melodía que su padre solía tocarle a él y sus hermanos cuando eran pequeños y su madre no estaba. el bebé dejó de llorar en poco tiempo, haciendo sonreír a renjun pues vencer su inseguridad había ayudado a salvar ese momento.

jaemin corrió a verlo, sonriendo ampliamente y abrazándolo con fuerza una vez volvió a soltar el violín, no podía sentirse más orgulloso de él. desde ahí renjun siempre tocaba el violín para ayudarlo a tranquilizarse y dormir la siesta, hasta music dormía cuando sus tiernas piezas resonaban por el cálido hogar.

siguieron sus vidas con calma y felicidad, disfrutando cada uno de los días que pasaban valorando siempre el tiempo que tenían juntos. jaeren ya tenía un año cuando ambos se graduaron de la universidad y consiguieron trabajos, en poco tiempo vieron la oportunidad de mudarse a un lindo departamento en el centro de la ciudad, riendo a carcajadas cuando vieron que sus nuevos vecinos eran un tal mark lee y un tal lee donghyuck con quienes compartían el desayuno cada mañana antes de ir a trabajar usando a jeno de chofer ya que también vivía cerca con su novia, jang yeeun, una hermosa aspirante a enfermera que parecía estar de buen humor todo el tiempo saludando a todos con sonrisas aunque sean las seis y media de la mañana y haya estado estudiando toda la madrugada..

– oye..– susurró renjun abrazándose a la espalda de jaemin acariciando su torso desnudo mientras disfrutaban ese hermoso día libre, ya habían pasado tres años desde que empezaron a vivir ahí y cada vez estaban más cómodos.

– ¿si? – preguntó el menor pasando sus manos por sus alborotados y rubios cabellos observando el ventanal del departamento, el día era lluvioso y frio, perfecto para no salir para nada más que ir a molestar a sus amigos y comer juntos.

– hay algo que llevo un tiempo queriendo hacer, creo que estoy listo para hablar sobre eso contigo así que por favor escúchame. – habló con tranquilidad renjun dirigiéndose al sofá de la sala con el, sentándose sobre sus piernas y abrazándolo con fuerza antes de volver a hablar.

un año más pasó volando frente a sus ojos, era el cumpleaños número veintiséis del lindo huang renjun y el grupo de amigos habían preparado una fiesta con aire en la casa de joohyun y dongwook, todos estaban ahí.

incluso..

– ¡papá! – gritó la tierna renjie corriendo a los brazos de jaemin quien la cargó besando su suave mejilla mientras ella lo abrazaba con todo el cariño que le tenía. – ¿cuando le vamos a dar su regalo a papi?

– pronto..ten más paciencia. – le susurró na y besó su frente sentándose con ella sobre sus piernas, observando completamente enamorado como renjun bailaba al ritmo de una extraña canción junto a minghao, tal vez ya estaban un poco borrachos.

adoptar a renjie fue la mejor decisión que pudieron tomar, tan pronto renjun habló sobre eso el menor estuvo de acuerdo y buscaron orfanatos, conocieron un par de niños muy especiales pero ella había sido esa chispa que saltó en sus corazones.

– ¿renjie..? – susurró renjun observando los papeles, con sus ojos cristalizados y las mejillas rojas.

¿cuál era la posibilidad de encontrar a una pequeña niña china de dos años que llevase el mismo nombre de su hermanita?

ella era adorable, sonreía mucho y tan pronto vió a jaemin estiró sus bracitos hacia el para ser cargada, no fue una sorpresa que su primer mejor amigo fue el ya un poco crecido jaeren quien amaba a renjun y jaemin tanto como lo hacían sus padres, como siempre joohyun tenía ese instinto de madre con los dos chicos, ella nunca podía evitar solo mirar a renjun tocar el violín para que los niños durmieran la siesta, a veces hasta ella se quedaba dormida. y a pesar de que todos trataban de hacerle competencia, nadie se comparaba al alto tío zitao, siempre sacando carcajadas de los niños al igual que su animada mujer, yerim se robó los corazones de los pequeños tan pronto los conoció.

– feliz cumpleaños, mi amor. – al oído jaemin habló para renjun cuando lograron escaparse del resto un rato para poder estar solos, rodeó su cintura con sus brazos besando breve y amorosamente sus labios antes de abrazarlo con fuerza dando caricias en su espalda. – te amo, hasta la luna y de vuelta, nunca nada será capaz de separarnos sin importar que, nadie nos hará daño nunca más y aunque haya peligro cerca te prometo por lo más preciado que tengo que te voy a proteger, a ti y a renjie. tal vez nuestra vida no fue fácil antes pero míranos ahora, tenemos todo lo que siempre quisimos e incluso más, nuestras familias están bien y eso es lo único que debería de importarnos, el futuro es hacia donde debemos de mirar. prometo seguir haciéndote feliz cada día, aunque sea difícil hacerte sonreír cuando despiertas de mal humor y solo quieres comer galletas mientras te encierras en el cuarto todo el día..

– hey..no exageres, solo lo hago por un par de horas. – el mayor no pudo evitar reír golpeando con suavidad el hombro de su amor poniendo ambas manos en sus mejillas después, rozando las puntas de sus narices y dejando besos en sus labios. – y yo también te amo, de aquí hasta el fin del mundo, ni siquiera la muerte nos podrá separar, si no existe un cielo para estar juntos ahí también entonces crearé uno solo para que nos mantengamos unidos hasta la eternidad. eres todo eso que siempre necesité pero que nunca pensé que realmente tendría, me diste todo lo que hoy me hace feliz y de solo pensarlo no puedo evitar llorar..te amo tanto jaeminnie. – lagrimeó el chino escondiéndose en su hombro buscando su calor mientras se repetían lo mucho que se amaban.

– papi..¿por qué están llorando? – abultó sus labios renjie abrazándose a la pierna de renjun, no había podido distraerse así que corrió hacia sus padres tan pronto los encontró con la mirada.

– porque estamos muy felices, mi amor..– jaemin suspiró alejándose del abrazo con renjun para agacharse rodeando a la pequeña con sus brazos sonriendo cuando ella pronto se aferró a él enterrando su carita en su cuello por pocos segundos ya que no tardó en empezar a hablar y hablar sobre cualquier cosa que pasara por su tierna cabecita.

– ¡oigan hyung! ¡vengan a comer! – llamó jisung desde el patio y ambos asintieron yendo hacia ahí con la pequeña dejándola seguir jugando pues los niños ya había comido primero.

– muchas gracias por todo esto, no se dan una idea de lo feliz que me puso y como nunca voy a olvidar este maravilloso momento. – renjun sonrió mirando todos en el lugar entrelazando sus dedos con jaemin.

y esa noche continuó, todos tenían ganas de que nunca terminara, no había nadie con quien no había bailado renjun, hasta ocurrió una muy tonta y chistosa batalla de baile entre chenle, hyuck yuna y ryujin, ya nada iba mal. todos habían crecido, habían aprendido a vivir con eso que había sido un enorme obstáculo por un tiempo pero ahora solo era una piedrita que les hizo tropezar en un pasado ya muy lejano, lo que tenían frente a ellos era su hermosa familia y estaban orgullosos de haberlo logrado.

– yah, huang renjun. – el adormilado jaemin entró al cuarto que compartían, mirando a renjun escribir en un cuaderno y mirando hacia las estrellas luego de ayudar a renjie a dormir.

– dime. – renjun contestó sin mirarlo por el momento.

– estás en mi cuarto, te dejaré escribir y mirar a las estrellas si me dejas ver tus tatuajes. – bromeó el menor mientras se recostaba en su cama observando hacia el.

renjun suspiró soltando una risita se quitó el abrigo y la camiseta dejando ver la parte superior de su tatuado cuerpo, volviendo a reír antes de decir una de esas frases que tantos recuerdos le traían.

– mirar y no tocar, na jaemin..

thx. <3