6. La primera misión

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Ya hacía unos días de que me nombraron cabo, y las cosas tampoco habían cambiado mucho. Entonces simplemente tenía más responsabilidad y, al tener un rango superior, casi pasaba más tiempo con el resto de superiores que con mis amigos. Me volví más cercana a Levi y Hange, y en parte también a Erwin. Moblit y yo empezamos a hablar a cuenta de este ascenso, así que se podía decir que todo iba bien.

Al día siguiente era la misión de rescate de Eren e Ymir. Estaba muy nerviosa, y más sabiendo la responsabilidad que tenía encima. Toda una tropa dependía de mí, técnicamente.

-¡T/N! -La voz de Hange resonaba desde el otro lado de la puerta.

-¡Voy, Hange, voy! -Me levanté enseguida de la cama y fui a abrir.

-¡Ya te han montado el despacho! Y adivina qué... ¡Está al lado del mío!

-¡No me digas! ¿¡A tu lado!?

-¡Siiii! -Hange se lanzó a darme un abrazo y en ese preciso instante se me paró el corazón un milisegundo. Entonces descubrí lo que llevaba negando semanas. Incluso meses: estaba enamorada... De Hange Zoë.

Empecé a sentir, una vez más, el rubor en mis mejillas, mientras acariciaba su espalda en el abrazo y mantenía mi cabeza apoyada en su pecho.

Finalmente, nos separamos. Hange aún me miraba sonriente, y yo la miraba sonrojada pero sonriendo, igual que ella.

-¿Vienes a verlo? ¡Te dejan decorarlo como quieras, claro! -Hange me cogió de la mano, provocándome otra mini parada cardíaca, y tiró bruscamente de mí hacia la zona de los despachos, con un entusiasmo notable en sus pasos. -¡Mira, mira, mira! ¡Tu plaquita con tu nombre!

-... ¿En qué momento he alcanzado este puesto? Hace nada que aún me estabas entrenando.

-Eso mismo me preguntaba yo con el ruido ensordecedor de las obras metido en mi cabeza por las noches.

-Así que era eso... Los ruidos eran eso... -No pude evitar sonreír cuando me fijé bien en mi nombre colgado en la puerta. "Despacho de T/N", ¿quién lo diría?

-Contenta, ¿verdad? Me alegro de que te guste la plaquita, ¡la arreglé yo! -Dijo ella, provocando que otra sonrisa adornase mi rostro.

-Cuatro ojos, no agobies a la chica desde tan pronto. Un poco de compasión... -Levi pasó por el pasillo en total silencio.

-¡Ah, tranquilo, capitán! No me moles-

-Levi tiene razón, igual te he agobiado un poco... -Hange bajó la vista.

-¡No, no, no! ¡Tranquila, no me has agobi-

-Vamos, Hange, tenemos que preparar todo lo de la misión de mañana. -Levi agarró a Hange de la manga y trató de llevársela.

-¡Levi, déjala! No me está molestando, sólo quería enseñarme mi nuevo despacho, ¡no veo ningún problema con eso! -Grité, sujetando la mano libre de Hange con fuerza y tirando de ella.

-... En fin, en cinco minutos Erwin os quiere abajo. Tenéis que preparar a los caballos para mañana. -Levi soltó la manga de Hange y se largó sin mirar atrás.

-T/N, ¿de verdad no te molesto? -Hange me miraba como un cachorrito abandonado.

-¡Claro que no! Se te veía con tanta ilusión...

Se hizo un silencio. Otro silencio cómodo. Será porque simplemente es ella.

-Bueno... ¡Bajemos a los establos! -Dijo Hange, tirando nuevamente de mí.

-¡Sí...!

Puede que ese día fuese un día difícil... Pero el siguiente entonces sería un infierno.

Llévame contigo   ︴ hange zoëDonde viven las historias. Descúbrelo ahora