Senku esperó hasta que Chrome estuviera profundamente dormido para salir de la choza, por nada del mundo se perdería de esa invitación y no quería ser interrumpido por el sinfín de preguntas que pudiera hacerle el castaño. Explicarle que una voz en su cabeza le solicitó verse entrada la noche en medio de la nada era ya suficientemente extraño.
Bajó cuidadosamente, evitando que el crujir de la escalera fuera demasiado ruidoso, y se puso en marcha rumbo a la oscuridad del bosque que ya le daba la bienvenida. De no ser suficiente que una fragancia intensa a flores lo estuviese embriagando desde que salió, un enjambre de luciérnagas lo guiaba través de los árboles como pequeñas farolas alumbrando el camino.
Arribó a la zona donde esa mañana se encontró la flor de loto, pero los insectos pasaron de largo; esos insectos no deberían tener absolutamente nada de inteligencia, aunque ¿qué más daba ya? Perdió toda razón cuando decidió que era buena idea acatar a esa voz sin cuerpo, así que los siguió hasta el sitio de aguas termales.
A primera vista no había nada espectacular. No obstante, le fue imposible negar que el aire se sentía diferente, lo percibía más... extraordinario, como si no perteneciera a ese mundo. Las luciérnagas se arremolinaron en el nacimiento del arroyo, danzando sobre un puñado de hierba mora que flotaba donde el líquido tenía una temperatura más tolerable.
Estaba ahí, podía sentirlo.
Se quitó los zapatos y caminó hasta ese punto, manteniendo sus instintos alerta, hiper vigilante de sus alrededores. Apenas y cubría sus tobillos, pero fue precavido en cada uno de sus pasos por si se encontraba con un desnivel. Entonces, como si hubiera invocado su mala suerte, se hundió por completo.
Comenzó a patalear desesperado ¿cómo se convirtió el pequeño río en una piscina de repente? Intentó nadar siguiendo la poca luz de luna que alcanzaba a ver, pero por más esfuerzo que ponía no avanzaba ni un centímetro. Sintió su consciencia desvanecerse poco a poco.
— ¿De verdad moriré de una forma tan patética? —pensó luego de luchar por más de un minuto.
Pero extrañamente sus pulmones no ardían. De hecho, el reflejo respiratorio no se activaba y su mareo también se esfumó. Abrió lentamente los ojos, encontrándose con que estaba en una especie de burbuja cuyos bordes no distinguía; no había líquido, pero flotaba como si estuviera en gravedad cero.
— Pensé que no vendrías, Senku. Me alegra que sí pudiste escucharme~.
Se giró hacía la voz cantarina, retrocediendo de inmediato cuando la persona que lo llamaba tocó su rostro. Su expresión derramaba amor, nostalgia, tristeza y añoranza, sentimientos extraños para alguien a quien acabas de conocer. El recuerdo de la apariencia del espíritu llegó de repente, ¡lo conocía! No solo mientras él "murió" y esperaba a que sus amigos lo revivieran, sino de muchísimo tiempo atrás, antes de la petrificación.
— Tú eres- —se llevó las manos a la boca, creyendo que tragaría agua.
— Fufufu no te preocupes, podemos hablar sin problema en este espacio~. Aunque... —miró sus extremidades, los cuales se tornaron traslúcidos— Si me disculpas, prescindiré de esta forma un momento.
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A través del reflejo/SenGen
FanfictionPara Senku el concepto de magia no tenía cabida. "No hay nada que la ciencia no pueda explicar, sólo es cuestión de tiempo para encontrar las reglas detrás de eso que llaman milagro"; fue lo que le dijo en una ocasión a su padre cuando le contó acer...