A través del reflejo/SenGen

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En otras circunstancias, haberse separado de Taiju y Yuzuriha probablemente lo habría conmovido un poco; sin embargo, la emoción por resolver el misterio detrás de las personas que enviaron las señales de humo opacó todo lo demás.

Conocer a la joven rubia bajo esas condiciones fue un tremendo golpe de suerte, ya que ella presenció el evento de su no-asesinato a manos de Tsukasa y, posteriormente, se salvó gracias a él, brindándole una primera buena impresión.

— Me llamo Kohaku —se presentó finalmente—. Y parece que de alguna forma me he enamorado totalmente de ti.

El científico frunció el ceño, sin preocuparse por externar el desagrado que sintió al escucharla tanto en su expresión como verbalmente.

— Agh, parece que has dicho algo increíblemente agobiante —señaló—. Enamorarte así de repente en una situación de emergencia como esta...

— ¡No me refería a eso ni en lo más mínimo! —corrigió exaltada—. ¡Sólo lo decía porque me has parecido interesante como humano y querría trabajar contigo!

— Ah, si ese es el caso, encantado. Un cerebro enamorado es el tipo de problema más ilógico.

No dudó en poner un límite a Kohaku por si las dudas, más vale dejar en claro el tipo de relación al que aspiras para evitar malos entendidos en el futuro. Por suerte, ella también estuvo de acuerdo en que tal vez no usó las palabras correctas, pero era verdad la admiración que sentía después de verlo construir una polea.

Senku dedicó prácticamente todas las horas de luz en levantar el árbol que Tsukasa tiró sobre la rubia, por lo que tuvieron que pasar la noche en el bosque. A la mañana siguiente ella, sin olvidarse del objetivo por el cual fue ahí, caminó hasta un sitio de aguas termales para llenar la enorme vasija que cargaba consigo, como si pesara igual que una pluma.

En el trayecto, le preguntó:

— Así que... ¿luchaste con ese chico de cabello largo? ¡Trabajemos juntos! Yo tampoco tengo intención de echarme para atrás.

— Sí, es por eso que voy a crear el reino de la ciencia —aseveró convencido.

— ¿Ciencia? —repitió confundida— ¿Te refieres a esa magia?

Entrecerró los ojos, analizando su pregunta. ¿Se refería a la magia como sinónimo de ciencia porque no conocía el término? ¿o hablaba de esa magia proveniente de leyendas? Hizo una nota mental para interrogarla más adelante, pues ahora tenía como prioridad otra cosa.

— ¡Como sea, lo primero que necesito es mano de obra!

— En ese caso deberías venir conmigo —le invitó—. Volveremos después de ir a buscar algo de agua caliente.

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Una aldea primitiva con gente cuyos rasgos eran extranjeros, se erguía en medio de un gran lago. El cerebro del científico comenzó a trabajar a mil por hora, formulando hipótesis a montón sobre su posible origen. Los dos guardias del puente no poseían grandes conocimientos de la ciencia, por no decir que era totalmente nulo, ya que con simples cosas como crear burbujas de jabón se asustaban. Luego arribó Chrome, el joven que según Kohaku sería el que probablemente lo comprendiera en cuanto a terminologías que usaba, por lo que mantuvo sus expectativas altas.

Senku aplaudió su esfuerzo, pues a pesar de ser un humano primitivo sin conocimiento de la ciencia y tecnología de antaño, su curiosidad por explorar y experimentar con cada nueva cosa que encontraba le otorgaron un nivel considerable. Rio para sus adentros, pues Tsukasa seguramente nunca se planteó la idea de que la ciencia podrá resurgir en cualquier instante, incluso si él moría.