Salgo del ascensor y me encamino hacia la salida, pero me giro cuando escucho que alguien dice mi nombre. Es Kate.
-¿Ya te vas? -me pregunta ella.
-Sí, voy a ver a Ryan.
-De eso quería hablarte, el juicio es mañana a las seis y media de la tarde.
-¿Mañana? -digo sorprendido-. Cuánta prisa se dan para según qué casos.
-Ya, oye, he estado con Sarah, y al principio no había manera de convencerla de que no íbamos a protestar con respecto al arresto domiciliario de Ryan, pero le he dado la carta y sus palabras la han hecho cambiar de opinión.
-¡Bien! -digo, haciendo un gesto de victoria con el puño-. Bueno, me voy, Ryan me está esperando.Los policías que hoy custodian el domicilio de Ryan no son los de siempre, así que, tienen que volver a comprobar mi nombre en la lista. Entro en la casa y mi amigo está viendo la televisión.
-Apaga ese carracho antes de que te quedes embobado con él. -le suelto.
-Usted, perdone, mi señor abogado. -contesta él bromeando.
-Tengo una noticia buena y otra mala. -le digo un poco más serio.
-Dispara.
-La buena es que ya hay fecha para el juicio y la mala es que es mañana por la tarde.
-¡¿Mañana?!
-Se te ha quedado la misma cara que yo cuando me he enterado. -le digo.
-Bueno, miremos el lado bueno: cuando antes empiece la condena, antes terminará.
-Ya, esperemos que no nos toque un fiscal cabrón, y no pase de los cinco años.
-Fran, estoy cagado. -dice negando un poco con la cabeza.
-Eh, mírame. -le digo poniéndole las manos en los hombros-. Mírame. -él levanta la cabeza-. No vas a ir a la cárcel, te vas a quedar aquí, bastante tiempo, pero aquí. Kate a convencido a Sarah para no protestar. Leyó tu carta.
-Esa otra. No estoy preparado para volver a verla. -dice, negando con la cabeza.
-Ryan, tienes que poder. Tienes que poder... -le contesto suspirando-. Se acaba el tiempo, tengo que irme. Mañana sobre las nueve, vengo y repasamos tu declaración. -le digo, yendo hacia la puerta.
-Hasta mañana. -contesta un poco triste.
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Lo que fue y no tuvo que haber sido
Mystery / ThrillerNunca imaginaste las consecuencias que tiene querer lo que no se puede tener.