Estaba pálida, aún más de lo normal, sentía que en cualquier momento podria vomitar de los nervios que me abarcaban. Nunca estuve tan nerviosa. Pero no podía hacer nada más que ir a enfrentarme a mi nuevo instituto, lo que significaba conocer gente nueva y tratar de agradarle a todos.— ¿Estás bien? .— me pregunto mi madre —. Parece que vas a vomitar...
— Si .— la interrumpí —. Estoy de maravilla.
Definitivamente no estaba bien.
Pero no quería preocupar a mi madre aun más de lo que ya estaba. Suficiente tenía con la situación de la mudanza y el divorcio.
— Liv .— me llamó mi madre sacándome de mis pensamientos —. ¿Segura? Puedes ir mañana a clases si tienes miedo, no habra problema.
— Tu tranquila, verás que haré muchos amigos.
Ella me miró con desconfianza pero yo sonreí ampliamente para después agarrar mi mochila y salir de mi casa rumbo a mi nuevo instituto.
Hace una semana nos mudamos a Berlín, un pueblo muy pequeño pero perfecto para nosotras que venimos de la ciudad, es definitivamente hermoso, al igual que las personas de él, bueno, eso creía apenas llegue me han tocado vecinos muy amigables. Sin mencionar a uno que creo que me odia porque le tire un jarrón por accidente el día que llegue.
Pero los demás son muy buenos.
Esto no se parece en nada a mi antiguo hogar, aunque es un pueblo pequeño hay bastantes cosas. En el camino me encontré con el pequeño parque que está al lado de un hermoso lago que sin duda sería un lugar perfecto para ir a dibujar y relajarse un rato.
Sentía que mi corazón iba a salir corriendo mientras gritaba por ayuda. Estaba demasiado nerviosa, hoy sería mi primer día en un nuevo instituto, y no estaba nada feliz. Digamos que los estudios y yo, nunca nos llevamos bien, en mi antiguo instituto no tenía varios amigos, pero tampoco era que fuera solitaria. Tuve que dejar todo atrás, incluso a mi mejor amiga, Atenea. Gracias a que mis papás se divorciaron, no estaba muy feliz por su decisión, pero creo que era lo mejor. No era que no se quisieran, si no que peleaban muy seguido y ellos eran conscientes de ello. No querían que su hija viviera eso, así que tomaron la decisión de separarse, papá se quedó en la ciudad porque ahí está su trabajo y mamá decidió volver a su hogar de la infancia. Creo que no tienen en mente volver a estar juntos, así que mejor no me hago ilusiones falsas.
Mi único objetivo era causar una gran impresión ante mis compañeros. Ser muy sociable y amable. Y, tendría mucho cuidado de no chocar con el más popular de la escuela y desde ahí empezar una historia romántica lo más cliché.
Por Dios Liv, que cosas dices.
Definitivamente eso no pasaría, era la vida real, o al menos no en mi vida, me pasará algo completamente diferente.
Mi vista se dirigió a mi nuevo instituto. Los alumnos iban entrando acompañados de otros, algunos se estaban abrazando. Yo no conocía a nadie así que simplemente me quedé quieta. Después me di cuenta que estaba ahí parada como una idiota envés de entrar a mis clases, me tocaba en el salón B, y no tenía la menor idea de dónde quedaba así que empeze a caminar en la entrada con nerviosismo. Me lleve algunos empujones de chicos que pasaban y ni siquiera se disculparán. Algunos se reían de mí por lo perdida que estaba.
Me retracto de lo que dije hace unos minutos.
Abrí mi boca ofendida, ¿Cómo podían ser tan groseros? Yo nunca haría algo como eso, es sumamente...
— ¡Perdón!
Mire mi uniforme el cual estaba lleno de un líquido rosado, miré al frente y ahí estaba un chico pelirrojo que tenía una expresión de preocupación y en su mano tenía un batido, o bueno, lo que le quedaba porque lo demás estaba encima mío. Parpadeó perpleja mirando mi uniforme, escuché como los que estaban alrededor se reían abiertamente, puse los ojos en blanco y me limite a simplemente ignorar al idiota, intente caminar pero alguien me tomó de la muñeca.
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Dos Almas Unidas
FantasyLiv Barker es una adolescente y junto con su madre se muda a un nuevo pueblo donde tendrá que asistir a un nuevo instituto y hacer nuevos amigos. Habían demasiados rumores de un castillo dónde habían hecho rituales y sacrificios. Una simple apuesta...