[Capítulo 23]

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Entro a mi habitación, después de la cena les dije a mis papás que tenía mucho sueño y iría a dormir un rato. Lo cual era mentira. Tocó la puerta de la habitación.

— Alik, soy yo Liv — murmuró.

La puerta se abre dejándome ver a Damen sin camisa, su cabello desordenado pero aún más como de costumbre y una expresión de cansancio.

— No me llames Alik — suelta de mala gana y se va otra vez a la cama.

Lo ignoro y le pongo seguro a la puerta, no quiero que uno de mis padres vayan a entrar por la puerta. Miró a Damen quien está envuelto en las sábanas como un bebé.

Damen no me pidió ningún regalo para navidad, y no se que darle. Es demasiado importante para mí darle un regalo de su agrado, así que ya se lo daré.

— ¿Estás cansado? — pregunto.

— Si.

— ¿Tienes sueño?

— Si.

— ¿Demasiado sueño?

— Si.

— ¿Muchísimo sueño?

— ¡Que si joder!

Muerdo mi labio inferior y me voy al baño sacando lo que tenía escondido desde ayer. Un conjunto demasiado sexy de lencería color negro. Marley me ayudó a escogerlo, según ella volvería loco a Damen. Lo cual lo dudo, agarró una bata y me la pongo, para salir del baño, suelto mi cabello haciendo que caiga por mis hombros.

Damen abre un ojo y al verme lo vuelve a cerrar.

Esto será difícil.

Me quedo quieta por la puerta del baño, Marley me dijo que intentará seducirlo como una empoderada perra, pero ¿Cómo hago eso? Mi corazón late muy fuerte a medida que me voy acercando a la cama. Me siento en la cama sobre mis rodillas llamando la atención de Damen, el se incorpora mirándome con el ceño fruncido.

— ¿Que? — me dice con su típico tono de amargado. Me quedo en silencio y eso parece no gustar — ¿Que, estúpida lenta?

— ¿Tienes sueño? ¿Y si hacemos algo?  — vuelvo a preguntar intentando que capté la indirecta. 

— Ya te dije que si tengo sueño — responde perdiendo su paciencia — ¿Que quieres?

Dejo caer la bata al suelo con nerviosismo y los ojos de Damen van directo a mi cuerpo. Abre la boca y la vuelve a cerrar rápidamente mirándome perplejo.

— ¿Feliz navidad? — murmuró.

— ¿Este es mi regalo? — cuestiona sin quitar su mirada de asombro.

— Si...

El se queda en silencio mirándome.

— ¿No te gusta? — pregunto con una mueca de decepción.

— Claro que me gusta ¿Cómo puedes preguntar eso? 

Me agarró de mi cintura poniéndome encima de el, con mis piernas a sus lados. Mis ojos se abren aún más al sentir sus manos recorriendo todo mi cuerpo. Lo miro perpleja y parece estar disfrutando el momento porque me da una sonrisa pícara.

— Joder — murmura echando la cabeza para atrás.

Recuerdo las palabras de Marley y empiezo a besarle su cuello dejándole chupetones y eso parece gustarle aún más porque baja sus manos y me aprieta el culo haciendo que suelte un jadeo. Damen apresa mis labios con los suyos de una manera demasiado brusca, pero no me quejo porque me encanta. Empiezo a frotar mi sexo con el suyo haciendo que ambos soltemos un jadeo. Sus labios contra los míos me consume de manera hambrienta y pasional.

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