Los canticos resuenan por todo el lugar, los rostros parecen sombríos por las luces de las velas, en el suelo yace Daiki recostado, su cuerpo está muy débil totalmente cubierto por retazos de seda y tiras de papel con extraños Kanjis, rodeado por un circulo de sal, su respiración es apenas perceptible más allá de un jadeo que va y viene.
Takumi es invadido cada vez más por el miedo, al intentar comprender que es lo que está por suceder, sus nervios pueden jugarle una muy mala pasada, al notar esto el Gran Sacerdote intenta calmarlo.
— No te preocupes hijo, está todo preparado para cualquier eventualidad — lo toma por el hombro— no dejare que le suceda nada malo a tu amigo, ya ha sufrido demasiado.
— No puedo evitarlo, es muy importante para mí, verlo ahí tirado me atemoriza, hemos pasado muchas cosas para llegar hasta aquí.
— Si lo sé, por eso debes ser fuerte, tu presencia es primordial — lo toma de las manos mirándolo con una cara tan apacible que le genera tranquilidad— cuando llegue el momento deberás ser más fuerte que nunca, veras y escucharas cosas que jamás hubieras imaginado.
— ¿Cómo qué? No lo comprendo bien.
— El Yurie intentara todas las maneras posibles no rendirse, indagara en tus recuerdos e intentara hacerte flaquear — lo toma más fuerte de las manos — inventara mil formas de herirte, ya sabe quién eres y lo que sientes, el amor es la fuerza más grande del universo.
— Seré fuerte, esta cosa no se llevará a Daiki de mis brazos — suelta una pequeña lagrima — lo amo y no dejare que lo sigan lastimando.
— Eso es, mantente concentrado en su amor y revive todos los momentos felices entre ustedes, prepárate ya comenzaremos — realiza una señal y todos se acomodan en sus lugares.
Bassui se aproxima a Takumi indicándole donde colocarse, le sujeta una cinta de papel por el pecho — este talismán te protegerá, no lo pierdas — Takuni asiente con la cabeza presionándolo contra su pecho.
Inicia la cuenta regresiva, todos están posicionados realizando los canticos necesarios, inicia el Akumabarai.
— ¿Quién eres? — pregunta el sacerdote, solo silencio— ¿Quién eres? — continúa indagando, todos se mantienen firmes incluso Takumi que no deja de ver a su compañero inerte.
— ¿Quién eres? — repetía con más fuerza, siempre el silencio como respuesta — Te conjuro oh serpiente, por el juez de la vida y la muerte, por tu hacedor y hacedor del mundo, no resistas, ni te demores en huir de este hombre — repetía mientras sacudía un raro bastón con cascabeles — ¿Quién eres? — un repentino viento invade el lugar apagando todas las velas, Bassui apresuradamente se dirige a encenderlas nuevamente, de reojo observa a Takumi que tiene los ojos desorbitados del miedo que empieza a dominarlo, lentamente se dirige a él.
— No demuestres miedo, recuerda lo que te dijo el sacerdote — Takumi asiente con la cabeza, cierra los ojos y revive los buenos momentos que pasaron.
— ¿Quién eres?
— Se escuchó una risa sarcástica y vociferó — Soy el mayor de sus temores.
— ¿Cuándo te iras y dejaras a este joven?
— ¡Nunca! — respondió una voz diferente de una forma burlona.
— Cuando lo dejaras en paz?
— ¡Jamás!, él ya es mío.
Los canticos continuaban y las distintas manifestaciones comenzaron, mientras se retorcía en el suelo, tratando de liberarse de las ataduras que lo sujetaban.
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Oscuro Amor - Finalizada
HorrorDaiki es un prolifero abogado que vive de forma algo egocéntrica alejado de la realidad. Un día recibe visitas inesperadas que le informarán de una tragedia, luego de la cual un simple objeto acarreará un sin fín de problemas sobre un pasado oscuro...