Capitulo cinco

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Había sangre por todas partes, a mi alrededor, también fuego, la gente corría por todas partes y yo intentaba levantarme. No lo lograba, mis piernas no funcionaban.
Mire a la gente y les pedí que me ayudaran, todos ignoraban mi presciencia.
Excepto Carl, quien tenía un arma en las manos y fue caminando hacia mí con paso lento. Su cara expresaba decepción, rabia y angustia.

-¿Carl?- cuando se hubo acercado, comenzó a extender el arma lentamente para que esta se encontrará cerca de mi cabeza. -Soy, yo Alma.- no parecía cambiar de expresión, ahora estaba neutral.

-Perdón- dijo y apretó el gatillo.

Abrí los ojos, presa del pánico. Era un sueño, comencé a respirar agitadamente y salí de debajo de la cama, arrastrando conmigo las cobijas que tenía.
Carl, debía volver a verlo y no solo en sueños.

Me levante del suelo y golpee la puerta, tres, cuatro, cinco veces...
Hasta la séptima abrieron.

-Que diablos quieres niña.

-Quiero irme de aquí, por favor. No diré nada, a nadie. Quiero irme.- supliqué

-Cállate, no te vas a ir hasta que lo decidamos.- mis ojos se empañaron -ahora llora en silencio.- Cerro la puerta y enfadada golpeé la puerta, muchas veces, tantas que perdí la cuenta.
En ese momento escuche pasos apresurados, paré.

-Niña te vas a calmar o te daré unos puñetazos y te callaras.

-Quiero irme, joder.- me dio una bofetada. Instintivamente dirigí mis manos al lado izquierdo de mi cara, donde me abofeteo.

-¿Quieres irte aún?- asentí. Me cogió del cuello y me tiro al suelo, me dio patadas. Comencé a toser sangre. -Ahora ya cállate, joder.- me dejo ahí, dando un portazo cuando salió.

Me acurruqué herida por lo de ayer y hoy. Me abrace, estaba congelada. Hacia un maldito frío ahí, intente alcanzar las sabanas con las pocas ganas que tenía y me las coloque encima. Volví a dormir.

-Levanta, alguien quiere verte.- escuché y me desperté del todo. Mire a la cara al hombre que me golpeo. -No tengo todo el día.

-¿Quién es?- pregunté esperanzada.

-¿Alma?- reconocía esa voz donde fuere. Me levanté de un salto y salí. -Oh cariño, Alma.- mi padre me abrazó con fuerza, yo hice lo mismo. Puso sus manos al lado de mis mejillas.

-¿Cómo es que aún estás aquí?

-Tu madre se sacrificó- sonrío añorándola, y aquí estoy.

-¿Mi hermano cómo murió?

-¿Murió?- su rostro era de asombro, yo asentí.

-Sí... ¿Porqué no me sacaste? ¡No me ayudaste!- me retiré de él. -¿Porqué?

-Lo siento tantísimo Alma, yo quería... Pero ellos aparecieron y me dijeron que no- lo decía en un murmullo inaudible.

-Pero ni siquiera me buscaste.

-Te busqué, claro que sí Alma.- miré al suelo, algo decepcionada.

-Ya.- me cubrió con un jersey gris y me ayudó a caminar de vuelta a arriba.
La gente curiosa no se quedaba atrás me miraban y murmuraban.
Mi padre me llevo hasta otra parte de esa inmensa casa.

-Cariño a partir de ahora te quedarás aquí.- me recostó en la cama -Tengo un par de cosas que hacer, adiós.- salió por la puerta.

Era igual que cuando todo era normal, un padre despreocupado.
No le hubiera importado sí hubiese sido una caminante, no lo hubiera dudado me hubiera disparado en medio de la frente.

Salí y había gente mirándome, los mire descortésmente. Salí a un patio, era realmente bonito.
Era todo verde y con flores, estaba bien cuidado. El viento me daba en la cara y lo único que hice fue tumbarme en el césped, esperando que alguien me encontrará.
Rick, hasta Michonne, no me importaba quería salir de allí. Me dolían los huesos, todo me dolía.
No quería estar con mi padre, si soy sincera lo he odiado siempre.

Es triste que tu padre haya sido el primer hombre que te rompió el corazón, por ejemplo cuando estuve en hospital ingresada porque un coche casi me atropella. Ni se digno a ir, cuando llegué a casa se limitó a mirarme y a preguntarme si le podía traer cerveza.

Así era todo en mi vida, confusa y con miedo.

-Oye...- dijo una voz masculina y yo me incorporé, para poder mirarlo. -... Vamos a presenciar una pelea, lo hacemos para distraernos ¿Quieres venir?- era un chico alto, no pasaría de los dieciocho.

-Vale.- me levante y fui con él.

Cuando llegamos hasta un valla, él me ayudo a pasarla.
-Nos esperan- dijo dirigiéndome hasta el bosque donde se escuchaban gritos de chicos y chicas. Llegamos hasta allí.

-Alison que tonta eres. El caminante no te va a morder.- decía un chico a una joven rubia y muy femenina.

-No gracias, me parece una tontería desperdiciar nuestro tiempo.

-Bueno ¿quién va a pelear?- nadie dijo nada, y entonces una chica me empujo.

-¿Tú?- se comenzó a reír.

-No, yo...

-Bueno ya que estamos. Va a ser tu primera pelea, sin armas.

-Mierda....- entonces un chico sacó de detrás de él a un caminante, lo tenían atado con cadenas, las cuales soltó.

-Vas a pelear.- ellos se alejaron y empujaron al caminante hacia mí.

-Joder- lo esquive y volvió por detrás, lo tenía ya casi mordiéndome el hombro cuando dispararon y el caminante callo desparramado.

-Hey... ¿Qué diablos fue eso?- dijo un muchacho moreno. Nuestras miradas buscaban lo que fuera que hubiese disparado.

Oh Dios mío... ¿Carol?

-DÉJENLA EN PAZ.- definitivamente era ella, su cabello corto y su personalidad fuerte.

-Carol- grite y fui corriendo hacia ella.

-Ponte detrás de mí.- hice lo que me ordeno -Como vuelvan a tocarla alguna vez que nos encontremos con ustedes los mato.- nos miraron y se fueron corriendo.

-Carol gracias por sacarme de aquí, te lo agradezco.

-No hay tiempo he visto como te iban a torturar, tenían máquinas. Par de bestias.- la miraba y oía más no escuchaba.
No sabia que pasaba y por un momento todo dio vueltas a mi al rededor, sentí que mi cuerpo caía en el barro.
Entre abría los ojos y podía ver a Carol hablando, me mire el lugar donde sentía un profundo dolor. Estaba llena de sangre.

¿Qué me acaba de pasar?

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora