Capitulo cuatro

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Unos días después de haberme perdido del grupo y de andar caminando con el sol pegándome en la cara encontré a personas, supervivientes.

Me llevaron hasta su refugio que resultó ser una mansión grande, no era un lujo pero tenía bastantes habitaciones y un patio cubierto trasero. Había algo debajo pero no dejaban que cualquiera bajara.

-¿Cómo te llamas?

-Alma ¿y tú?

-Will.- el chico era alto y rubio, era guapo. Bastante a decir verdad.

-Bueno esta es tu habitación.- dijo abriéndome paso a una alcoba grande y llena de vino tinto por todas partes, ese color es relajante.

-Muchas gracias Will.

-Deja tus armas donde quieras. Y dentro de unas horas te llamare para bajar a comer.- que simple y fácil era todo, me limité a asentir y sonreír. El joven cerro la puerta tras de sí y yo me recosté en la cama. Suspire.
¿Qué estaría haciendo Carl? ¿James? ¿Patrick? Quiero volver a encontrarlos. Tal vez dentro de un par de días volveré a retomar mi búsqueda.

Me asome a la ventana la cuál daba a un bosque.

-¿Dónde estarán todos?- mordí mi labio inferior.
Volví a tumbarme y termine durmiéndome. Si digo la verdad es más fácil vivir "sola" sin tener preocupación por nadie.

-Alma- tocaron a la puerta y me incorporé.

-¿Sí?

-Baja- entro el chico de antes. Me levante y ambos bajamos hasta el segundo piso, él me guío hasta un comedor. No era el más grande y más decorado pero esto es mejor que nada.
Me senté al lado de Will, estaba un poco nerviosa.
Un señor de unos cincuenta años se levanto y extendió la copa que tenía en la mano.

-Bueno, pues... Un brindis por los sobrevivientes- me miro a mí. Y por lo que aún nos queda.

-Brindis- dijeron en coro, yo los imite. El hombre se volvió a sentar.
Todas eran caras nuevas para mí, había gente de todo tipo.
Mientras comía vi que comentaban algo al del discursillo de antes.
Me miraban a mí y eso me ponía nerviosa. Recogí mechones de mi pelo detrás de mi oreja.

-¿Cuántos años tienes?- preguntó Will.

-Debería haber cumplido ya hace meses quince ¿y tú?

-Dieciocho- me guiño el ojo.

-¿Desde cuándo estás aquí?

-Ellos me recogieron cuando mis padres murieron- se encogió de hombros y yo hice una mueca.

-Lo siento- el negó con la cabeza

-No es culpa tuya.- Levante la cabeza pensativa y note que todos apartaron sus miradas de mí. Mire suspicazmente ¿que se traerían todos entre manos?

Después de unos minutos de haber terminado la comida volví a mi habitación, ya se había oscurecido y suponía que ya seria hora de cerrar los ojos y dejarme llevar por el sueño.

Cada día era igual, como si fuera una cárcel y me miraban con rencor quizás...
Hasta cinco días después que relativamente todo cambio.

-Despierta- me decía Milles que es el dictador o jefe de allí. -No tengo todo el día- me quito mis sabanas y me tiro al suelo.

-¿Qué pasa?- estaba preocupada. Me levanto del pelo literalmente y me llevo hasta el piso inferior.
Me tiro en la sala que poseían y todos me miraban.

-Esta chica estaba con uno de nuestros enemigos potenciales- sonrío y sus arrugas se marcaron más. -¿Qué deberíamos hacer?

-Matarla, ejecutarla...- el murmullo de gente iba cada vez creciendo.

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora