Capitulo doce

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Narra Alma
Sentí una mano acariciando mi cabello, abrí los ojos poco a poco. Me di cuenta de que llevaba un abrigo puesto, ya que estaba haciendo mucho frío.
Agarre aquella mano y la quite de mi cabeza.

-No me permites ni que te de mimitos, estás tiritando como una loca...- él suspiró -... Y lo más gracioso es que sigues teniendo esa mirada de que necesitas ayuda-. Negué con la cabeza

-Mis problemas son míos, no necesito que los soluciones.

-Pero, yo necesito ayudarte a solucionarlos-. En ese momento su mirada cambió, él tenía un brillo especial en los ojos.
Y recordé a todas las personas que he perdido hasta entonces.
Lo abracé con fuerza, poco a poco habían lágrimas que brotaban de mis ojos. Sollozaba y gemía del dolor.

-Tú nunca me dejes...- escondí mi cabeza en su hombro y sentí que su mano arrullaba toda mi espalda.

-No lo haría ni siendo un caminante- comenzó a reír.

-No quiero estar sola, nunca más.

-No lo estarás...

"Carl, ¿dónde estás?"

No sé cuánto estuvimos en aquel camión, pero el cuerpo me dolía muchísimo.
Nos paramos en la carretera, un hombre alto bajó, se dirigió hasta la puerta del vehículo y la abrió.

-A ver, abajo, por favor- me tensé inmediatamente y me quedé inmóvil.

-Vamos- me dijo Daniel, yo no aparté la vista del tipo que había ahí. No me inspiraba nada de confianza, era rubio y tenía el pelo hasta la quijada.
Tenía cara de asqueroso. Lo miré seriamente y baje como pude del camión.

-Poneos allí, junto con esos otros- me dirigí al lugar indicado sin esperar a Daniel.
Me coloqué al lado de una niña pequeña. Ella me miró, sus ojos suplicaban ayuda. Me vi reflejada en ella.
Dos hombres cogieron a aquella niña y le apuntaron con un arma, la pequeña aún me miraba asustada.

-Esperen, no hagan eso- les dije y ellos me miraron.

-¿Prefieres ser tú?- me apuntó con el arma, yo negué con la cabeza.

-Lo único que digo es que es una niña. No hay derecho para hacer eso-. Los mire fijamente y apreté los puños -No me importaría sacrificarme- mi posición paso de ser encorvada a colocarme recta, preparada para recibir el disparo.
Sentí la mano de Daniel en mi hombro y yo se la aparté.
-Si quieren jugar a quién mata más, aquí estoy.
Uno de ellos me miró fulminantemente y me agarró de la camisa, sentí un dolor en el costado del pecho que me pasó por todo el cuerpo. Me obligaron a ponerme delante de la nena y a mirarla.

-¿QUÉ QUIERES CONSEGUIR CON ESTO? ¿QUE ME ACOBARDÉ? No tengo miedo a morir, y tú tampoco deberías tenerlo nena- entonces sentí como un chorro de sangre empapó mi cara. Vi como el cuerpo de aquella pequeña, cayó al suelo y mi cara estaba cubierta de sangre.
Con el codo le pegué a uno en sus partes y al otro lo mordí en la mano. Me levanté rápido y antes de poder irme, una chica fue en mi busca. Apretó mi cuello y me hizo mirarla.

-BIEN, ESTO ES PARA TODOS LOS QUE OS QUERÉIS HACER LOS HÉROES- apoyó mi cara contra el suelo y yo me removí, pero me estiró el brazo y entonces sentí un dolor peor a cualquiera, abrí los ojos y vi que me había cortado la mano.
La miré y luego a Daniel, quién miraba atónito aquella escena. Se abalanzó corriendo, y escuché un disparó. Todos en el lugar, excepto los que tenían armas se agacharon.
Mi compañero cayó en plancha hasta mí.
Intenté hablarle, pero mi boca estaba muda, no salía ni una sola palabra. Él parecía gritar, pero lo único que había escuchado fue el disparo.
Entonces vi como lo tiraron para un lado, aún él intentando acercarse a mí. Luego observé unas botas negras posarse delante de mí, eran de hombre.

-Hola cariño-. Susurraron a mi oído -Veo que te han dado una calurosa bienvenida- su voz era ronca y grave. Hizo que se me erizaran los vellos. -Quiero que me respondas si te hablo ¿de acuerdo? Es una falta de educación.

-S-sí- dije en voz baja.

-No quiero que te hagas la más lista aquí ¿entendido?- yo asentí -Y mientras tú vas, nosotros venimos.

Se retiró y vi a Daniel ahí tirado, sangrando a un lateral del hombro. Me levanté como pude y me dirigí a él.
Apoyé el brazo cortado, y sentí muchísimo dolor, incluso me hizo gritar. Caí en sus brazos.

-Lo si-siento mucho Dan...

-No pidas disculpas... Imprudente- hizo una mueca de dolor, sacó de su chaqueta de cuero un pañuelo y lo amarró al rededor de mi mano.

-Bien, amigos. Esto no es como cualquier otro lugar en el que hayáis estado- caminaba de un lado para otro -No sé con qué tipo de personas os hayáis cruzado. Pero, ahora, cada uno...- señaló con un bate de béisbol, el cuál estaba enrollado con alambre de púas -... Me per-te-ne-ceis- comenzó a reírse como un loco.

Dicho eso, nos metieron en otro camión. Observé a aquel hombre, al que todos llamaban Negan.
Había maldad en su mirada, y en su forma de expresarse había egoísmo. Ojalá Rick no se encuentre con este hombre.

Daniel, me conducía hasta el camión, me hizo sentar cuidadosamente, y luego él hizo lo mismo a mi lado. Agarró lo que una vez fue mi mano y la sostuvo en alto. Miré mi mano, que ahora estaba envuelta en un pañuelo blanco, cubierto de sangre. Lo más extraño es que ya no sentía dolor.

Mis ojos se hicieron cada vez más pesados, solo quería dormir.

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora