Capítulo diez: encerrada

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Lo que había escuchado me dejo en shock ¿cómo podría ser verdad eso? ¿Y hasta qué punto podríamos llegar a sufrir?
Veía como Gregorio se movía de un lado para otro, mascullando palabras.
Estaba preocupado.

-Martes mija, tenemos hasta el martes.- dijo con su asentó -Matemos a tu primo- comenzó a reírse y yo lo miré sería -Mala broma, lo siento.

-¿Qué hacemos?- lo miré

-Vea, vamos a hacer esto. Tenemos que escapar, y la única puerta por la que podríamos escapar es por la que los vio hablar el otro día- su voz sonaba preocupada -Pero, aquí viene el inconveniente, se tiene que pulsar dar una orden para abrir esa puerta, su primo tiene las llaves.

-Bien, y si las cojo "prestadas"- hice comillas con los dedos.

-No sé- mi amigo se rascó el pelo y me miró

-Sí, podría funcionar. Tú espérame por ahí, da un paseo- lo animé a seguir con ese plan, él se agarro al cien y me miró.

-Bien, tenga cuidado. ¿Cuándo lo realizamos?

-Pues, mañana por la tarde noche.

-Listo, mija. Ahora salga de aquí y por cierto, las llaves tienen nombre. Seguramente son las únicas que carga colgadas en el cinturón.- Me empujó hasta la puerta de salida y vi cómo una señora se me quedó mirando hasta que entré en mi casa.
Tenía el corazón en un puño ¿Cómo le robaría las malditas llaves a Billy? ¿Y sí se las quita? Caminé de un lado a otro, pensando en qué hacer.
Pensé en Carl, en ese instante.
-Te veré pronto- murmuré -Haré lo que sea.

Estuve toda la tarde en casa trazando planes, para el suceso en cuestión. Fui al baño y abrí el grifo. Increíble cómo se las habían arreglado para que aún hubiera agua. Me empapé la cara y me miré en un espejo que estaba colgado en la pared, delante de mí.
Me quedé concentrada mirándome, y después de un rato escuché que golpearon la puerta. Fui y la abrí.

-¿Billy?- se me erizó la piel -¿Qué haces aquí?- él entró sin que yo le dijera nada y comenzó a mirar la casa.

-¿Qué tal?- me sonrió -¿Has hecho amigos verdad?

-Amigos que no son tan sadicos de ver ese asqueroso espectáculo.

-Lo siento, primita aquí se juega así- se recostó contra la pared -Veo que pasas mucho tiempo con Gregorio ¿te gusta?- yo fruncí el ceño y negué con la cabeza -Bien, bien- Se sentó y dejó las llaves en una mesa. Tragué saliva.

-Estoy un poco agitado, todo este rollo de caminantes, gente que nos quiere matar, me tiene muerto- suspiró y me miró. Yo tenía los ojos puestos en las llaves cuando me percaté de su mirada.

-¿Perdona?

-¿Que miras tanto?- cogió las llaves y me las puso delante de la cara -¿Sabes qué se le hace a la gente que se ha tratado de ir?- negué con la cabeza -Son carne fresca, mercancía. Unos traidores ¿vivos?- comenzó a reírse -No seas carne fresca- me susurró en el oído -Yo no dejaré que te maten. Te lo prometo- salió de mi casa y me quedé en shock. Me derrumbé en el suelo ¿sabía lo que habíamos tramado? ¿Cómo? Recordé las llaves que puso en mis narices y vi una con un letrero que decía "Puerta de salida 2" Parecía que me había dado una pista ¿y sí me quería ayudar? ¿Ese comentario o más bien advertencia quería decir algo?
Estaba esperanzada en que mi primo me ayudará, pero con él o sin él esto seguiría en pie.

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora