Capitulo trece

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Sentí como sacudían mi brazo y abrí lentamente los ojos. Vi a Daniel, mirándome y lo escuché decir que ya llegamos, lo único que hice fue asentir y desperezarme.
Él me ayudó a levantarme y a bajar del camión. ¿Qué pasaría con nosotros? Era lo único en lo que pensaba.
Los "salvadores" nos encaminaron a un edificio bastante grande. Cuando entramos estaban todos observándonos, los ojos curiosos pasaban de mi brazo a las demás personas.
Un hombre se junto a mí
-Es mejor que vayamos a donde el médico, es para que no tengamos que cortarte el brazo entero-. Me tense inmediatamente al sentir el roce de la mano contra mi hombro, no era por el dolor ni nada, no sentía nada a decir verdad, únicamente me quedaban fragmentos de lo que hacía Garreth.
Nos encaminamos hacía la enfermería, siempre con Daniel a mi lado.

-Hola- dijo una señora, con pelo grisáceo y gafas. Aparentaría unos cincuenta y tantos. Acercó una silla y me pidió que me sentara. Desenvolvió el pañuelo y seguidamente examinó el brazo. Se dirigió a una estantería con cristales transparentes, la abrió y saco aguja e hilo. Miré rápidamente a mi amigo y él lo hizo de vuelta, me dirigió una mirada pacífica y extendió su mano para que yo la agarrara con mi mano buena. Suspiré al observar cómo se acercaba y situaba otra silla al frente de mí.

-¿Cómo te llamas?- me dijo mientras amarraba con el pañuelo ensangrentado mi brazo. Sacó una inyección y la aplicó en este.

-¿Qué es eso?

-Anestesia, no te preocupes-. asentí

-Me llamo Alma-. Ella levantó la mirada como si hubiera hecho un descubrimiento y entrecerró los ojos.

-La nieta de una amiga mía se llamaba así. Puede que tú seas...- negué con la cabeza.

-Mi abuela permaneció prácticamente toda su vejez en una residencia y murió hace cinco años-. A la señora se le ensombreció la mirada y dirigió su mirada a la aguja y el hilo. Sin pensarlo, lo adentró en mi piel y comenzó a coser.
No sabía si sentía dolor o no, pero mis lágrimas comenzaron a fluir. No lo noté, pero sí noté el dolor en la mirada de Carl, la muerte de James y la decepción de Michonne y Rick.
Me eché a llorar como una niña pequeña y maldije en mi mente por ser tan débil. Daniel me abrazó, ignorante, ante mi verdadero dolor.

-Ya acabamos, tranquila-. Yo asentí, haciendo un berrinche como una niña. Sentía las manos de Garreth, sentía la suciedad corriendo por mi sangre. -Ya- agarró el brazo y con una tijera cortó el hilo sobrante. Me indicó que me levantará y salimos de la enfermería.

Anduvimos con Daniel no sé cuánto tiempo, hasta que uno de esos tipos se nos acercó.
-Negan os está esperando-. Nos obligó a seguirlo y en ese momento me percaté de la herida en el hombro de Dan.

-¿Tu hombro está bien?- él asintió

-Se primeros auxilios, te hubiera ayudado pero no sabía cómo sanar una mano cortada-. Sin razón aparente me comencé a reír, ni siquiera me causo gracia. Pero tenía ganas de reírme intensamente.
Llegamos hasta el lugar donde estaba el asesino ese.

-Señor, los he traído- el mayor nos miró fijamente, y le indicó al otro tipo que abandonara la habitación. Tenía el bate en la mano.

-Bien chicos-, levantó el bate para poder "admirarlo" -mi querida Lucille os ha estado esperando- tragué saliva -quería conoceros-. Me apuntó a mí con el pedazo de madera -¡Tú!¿Cómo te llamas?

-Alma- él comenzó a reírse y negó con la cabeza.

-A partir de ahora eres Negan, cielo- yo fruncí el ceño.

-¿Porqué cambiaría mi nombre por el tuyo?- pregunté irónicamente

-Porque me perteneces- se acercó lentamente a mí y agarró un mechón de mi cabello. Me tensé, y le empujé la mano.

-¿Cómo te atreves a hacer eso?- me pego una cachetada tan fuerte que casi hizo que cayera al suelo. Daniel inmediatamente me colocó detrás de él.

-Ni te atrevas a pegarle una vez más-. Negan nos miró curioso y sonriente, levantó el bate y apuntó a un florero con una rosa dentro, la rompió con un tiro fuerte y seco.

-Sus cabezas podrían hacer eso, únicamente digo que tengan cuidado con sus palabras y acciones o alguien podría salir accidentado-. Se quedó callado mirándonos alternativamente -¿Qué son ustedes? ¿Pareja?- ambos negamos rápidamente

-Yo la encontré, mal herida y desde entonces la cuido y la protejo-. Negan se rascó la barbilla y dejó el bate en el escritorio de madera.

-Bien, creo que cada uno va a realizar un trabajo, como servicio a la comunidad-. Apuntó a mi amigo -¿Cómo te llamas?

-Daniel.

-Bien, cuándo alguien te pregunte eres Negan- Dan, negó con la cabeza -Créeme que quieres, o si no tu querida amiga va a ser cortada en trocitos uno a uno-. Se acercó a Dan, mirándolo fijamente -Lo mismo va para ti, Alma.

Ambos asentimos y Negan nos pidió salir de la "oficina".
Ambos estábamos entre la espada y la pared, no podíamos huir de este lugar de ninguna manera, nos tendríamos que podrir aquí.

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora