Capitulo tres

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Cuatro meses y medio... ''Viviendo''  ¡Y con la maldita carga en los hombros de que he matado a mi madre! Yo, lo hice, sin escrúpulos, sin nada, solo un disparo y acabe con ella. Aún la veo tirada en el suelo, con ropa desgarrada. Me pregunto si mi padre aún está ahí fuera vivo, o muerto.

Estoy tiritando y no es por frío, es por la ansiedad del mañana, por el miedo a encontrar a otra persona que amo en esas condiciones y tener que obligarme a acabar con su vida.

-Hey, Alma- se asomó Carl por la puerta -He traído algo, a ver sí...- me sonrió y yo lo mire impasible. Sus ojos azules.

-Vaya Carl, no te hubieras molestado- mire la comida, huevo y arroz

-No es molestia- sonrió. Estos días ha estado más comprensivo y más receptivo -¿Puedo quedarme aquí? – asentí

-Adelante. ¿Cómo está tu hermana?- asintió

-Bien, ahora mi padre está cuidando de ella. ¿Ya te has recuperado de…?- negué con la cabeza, ya sabía lo que seguía.

-No lo haré nunca.

-Créeme que lo último que puedes hacer es estar estancada. Eres una chica fuerte, por lo que veo y…- buscaba palabras para expresarse -… no puedes quedarte estancada en el pasado, lucha por lo que quieres ahora mismo. 

-No estoy segura de querer vivir.

-No sabes la de personas ahí fuera que darían todo lo que sea por estar donde tú estás ahora mismo- lo mire y él me miraba, parecía que iba a… besarlo, tan cerca, tan cerca… Mire al frente.

-Les dejaría ser yo. No me queda nada por lo que luchar.

-¿Nada?- levanto las cejas -¿James?

-Él tiene a su padre.

-Y a ti, por si no te has dado cuenta. También te necesita, piensa en los que te quieren.

-Si me perdiera no le importaría, tiene a su padre- entonces mi cabeza fue a aparar en las preguntas ¿dónde está mi padre?

-¿Hacemos la prueba?- dijo la voz de Carl, sacándome de mis ensoñaciones

-¿Cómo qué?- una sonrisa fugaz apareció por su cara

-Ven, vamos a necesitar ayuda- me cogió de la muñeca -¿Dónde está James?

-No lo sé, la última vez que lo vi, estaba en…- hablando del rey de Roma, que por la puerta se asoma. Ahí estaba.

-Escóndete- me hizo entrar en una celda

-¡JAMES! NO ENCUENTRO A ALMA- su voz sonaba desesperada y preocupada

-¿Alma?- su vocecita inocente y angustiada, comenzó a llorar

-James, ¿la quieres verdad?

-Sip- inspiraba tristeza y me asome a ver como estaba, Carl lo abrazó y James se secaba las lágrimas con la mano.

-¿Demasiado? ¿Harías cualquier cosa por ella?- asintió -¿Qué harías si un zombie la muerde?

-Ella, no, puede, morir, porque, la, necesito- decía pausadamente y se me encogió el corazón

-¡ALMA!- grito Carl –Sal.

-¡ALMAAA!- fue corriendo a mi James –Nunca te vayas, porque te quiero.

-¡Carl!- grito Rick

-¿Qué pasa?- dijo dándose la vuelta Carl –Cuida a tu hermana, por favor- le entrego a la niña

-¿Qué pasa?- dijimos Carl y yo

-No os preocupéis, si pasa algo, salid corriendo, a donde sea- asentimos

-¿Podemos ayudar en algo?- dijo Carl

-Sólo en cuidarlos- miro a su hija,  a James y a mí

-Entendido- Rick se fue y entonces Carl me guio para una celda –Quedaos aquí

-¡Carl, no!- lo cogí por la manga de su sudadera –No te vayas- me entrego a su hermana -¡CARL, NO!

-Vale, voy a mirar, únicamente. Estaré aquí, tranquila.

Entonces salió corriendo.  Judith lloraba y James también, ambos estaban asustados.

Me senté y mecí a Judith

-Tranquilos ¿vale? Todo va a salir bien, y vamos a estar tranquilos- apoye mi cabeza contra la litera, y me di cuenta de que podíamos subir y estar protegidos –James sube a la litera- entonces James hizo lo que le pedí –Vale, bien, ahora…- mire a Judith -… coge a Judith- le sonreí  y él asintió. Levante a Judith para que pudiera estar cerca de los bracitos de James –Bien, ahora quiero que os quedéis quietos, por nada del mundo hagáis ruidos ni nada- James asintió.

Salí corriendo a averiguar que pasaba y abrí la puerta, eran los zombies que estaban medio derrumbando la celda.

-¡Mierda!- dije  -¿Qué hago?- pensé, no tenía armas, nada. Tenía que ayudar y hacer algo.

-Alma ¿qué haces aquí?- dijo Patrick

-Dios mío, me has asustado…- me miro expectante

-Mira Alma, ahora no podemos hablar mucho…- miró hacia lo que estaba pasando -… Te lo pido, entra y cuida a los niños-. Su mirada estaba plagada de miedo y una pizca de esperanza. Resignada asentí y volví a entrar.

Mire a la litera, aún seguían arriba.

-Hey pequeños- dije y les sonreí con cariño -¿Están bien?- James asintió

-Tengo miedo- cerré los ojos con una pizca de frustración, odiaba quedarme sin hacer nada. Negué con la cabeza y volví a abrir mis ojos.

-No tengas miedo pequeño, yo te protegeré con mi vida si hace falta- James sonrió y miro a Judith. La cogía bastante bien para no haber cargado a ningún bebe en su vida. Después de lo que tal vez serían quince minutos, escuchamos a gente correr y escuché el grito de una mujer desgarrador. James abrió sus ojos marrones como platos, me baje de la litera y salí de la habitación.

-Alma…- fue solo un susurro

-Tranquilo, ahora vuelvo. Ten cuidado ¿vale?- solo escuché un suspiro y salí de la celda. Habían cerrado la puerta por la que antes salí. ¿Qué estará pasando? Diablos, no sé nada. ¿Y Carl? ¿Patrick? ¿Dónde están? Salí por detrás y entonces vi que no había nadie, oh por Dios. ¿Estaré sola?

Fui hasta la torre de vigilancia, nadie. Sola, sola, sola…  Volví a la celda.

-James, creo que tenemos que irnos- no escuché nada. Subí a la litera y no estaban… ¡MALDICIÓN! ¿Qué hago ahora? ¿A dónde voy? Estaba a punto de entrar en una crisis nerviosa. Intente abrir la puerta principal pero no daba, no se abría. La abran trancado desde fuera. Subí a mi celda y cogí unas armas, que recorde que tenía, una sudadera azul oscuro, baje y salí por detrás.

Fui al bosque, eso fue lo único que se me ocurrió hacer. Ahora sí estoy sola y tengo que protegerme a toda costa, no voy a morir, no quiero morir. Carl tenía razón, ahora tengo una necesidad por la que seguir adelante y esa era, seguir viviendo.  

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora