Capitulo quince

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Narra Alma:

Abrí mis ojos, todo estaba tan borroso. Esta vez no podía ver nada, solo manchas. Estaba conectada a un tanque de oxígeno y a suero. Los quité. Seguidamente me senté en la cama, pero todo me daba vueltas.
Estoy segura de que mi cabeza está afectada por algo.
Intenté caminar, pero me tropezaba con todo. Decidí quedarme parada, ante el suelo frío.
No recordaba muy bien lo que había pasado, ni porqué estaba ahí.
Cerré los ojos lo más que pude y volví a abrirlos. Por suerte mi vista se ajustó, poco a poco, pero lo hizo.
Salí del lugar. La gente estaba de un lado para otro. Todos caminando, estaban alterados. No veía a Daniel por ninguna parte.
Caminé entre la gente. Todos estaban desperdigados. Llevaban armas. Me acerqué a alguno y pregunté qué estaba pasando.

-Tenemos que estar alerta- fue lo único que respondió, para luego irse.
Lo observe alejarse, y comencé a buscar a Dan por algún lado de la fábrica.

-¿Dónde estará?- pensé en voz alta. El santuario era un lugar bastante grande, para mí.
Mientras daba rondas por el lugar me encontré a Negan con una de sus mujeres. Me quedé paralizada. Había recordado lo que pasó. Yo estuve dentro de una caja, a saber cuántos días estuve inconsciente desde entonces. Por lo que veo bastantes, ya que todo se ha alborotado.

-Hola- me saludó el con burla. Sonrió a lo que se le formaron dos hoyuelos -Nos vemos luego cariño- se despidió de la chica, y le dio una nalgada. Hice una cara de asco. Pero al instante comencé a pensar en lo que debía de sufrir ella -¿Te ha comido la lengua el gato?- negué con la cabeza -Cuéntame tu experiencia en la caja- enfatizó las dos últimas palabras -Es un nuevo experimento para la disciplina- le brillaron los ojos al decirlo. Me quedé en silencio. Comencé a pensar en cuanto tiempo había pasado desde que me separé de Rick y los demás -Te estoy hablando ¿te has quedado tonta?- me tocó la frente. Entonces me di cuenta de que me habían puesto puntos para cerrar la brecha que me hice al tratar de quedar inconsciente. Cobarde. Soy una cobarde. Entonces se me ocurrió una idea.

-Quiero luchar- le pedí -Quiero aprender a luchar- él comenzó a reírse.

-Que graciosa eres. Eres una mujer- sonrío -Y aparte de todo tienes la mano hecha un asco- se burló -Yo que tú, no podría coger un arma- suspiré. Intenté guardarme las ganas de darle un puñetazo.

-Independientemente de esto- levante la extremidad -Quiero luchar. Y no tiene nada que ver que sea mujer- bostezó.

-Creo que me ha entrado hambre. Vete y prepárame comida.

-¿Tienes miedo de que si aprendo a hacerlo me revele y te destroce?- me crucé de brazos. Lo miré sonriendo, él hizo lo mismo.

-Si estuvieras más calladita, en vez de estar como una mocosa "inteligente"- formó comillas con los dedos de ambas manos -Servirías para algo más. Sé que no vas a ceder y no me apetece perder más personas- se enderezó -Le diré a Dwight que te enseñe, así me dejaras de tocar los huevos- me ordenó que lo siguiera. Comenzó a contarme cosas de que le ponía estar con su bate de béisbol. Vi que era un tipo retorcido, machista y asqueroso. Por no mencionar asesino.

Bajamos hasta el sótano del Santuario. Y nos dirigimos hasta una puerta. Él golpeó y entré después de él. Observé la pequeña habitación. Si es que se le podría decir a eso. Entonces allí vi a un hombre, con el pelo rubio oscuro y ojos azules. Ojos azules, eso me recuerda a algo. Ese hombre me miró. Entorné los ojos.

-Dwight, dice la pequeña mocosa que le enseñes a pelear- dijo con amargura -Y pensaba que como tenéis algo en común...- Negan comenzó a reírse -estarías encantado.

-¿Cómo te llamas?- le pregunté al hombre. Su forma de vestir me recordaba a las personas que estaban en los manicomios.

-¿Porqué no te callas de una maldita vez?- me dieron escalofríos al escuchar la voz grave de Negan.

Grimes {Carl y tú} (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora