El camino hacía el instituto se me hizo eterno por culpa del pegajoso calor que hacía. Hoy era el primer día de clase, un nuevo curso empezaba y no estaba muy emocionado. El verano no me había ido nada mal, hice bastantes cosas aparte de estar con mi novia y mis amigos e ir a la playa. Estuve en un curso de auxiliar de enfermería, donde me enseñaron a utilizar un desfibrilador y a hacer muchas más cosas. Jack decía que eso era de empollones, pero yo no le hacía ni caso. Prefería hacer algo productivo en verano aparte de pasarlo bien.
- ¡Hey palurdo! - oí la voz de Jack que venía corriendo por detrás de mí.
- ¡Anda! "Pensando del rey de roma, por la puerta asoma"
-Es "Hablando del rey de roma" pero bueno tu a lo tuyo. Y... ¿Estabas pensando en mí? Vaya no sabía que estabas enamorado de mí.
Nos reímos. Jack siempre me trataba en bromas, a veces me molestaba pero otras veces me alegraba el día. Éramos muy amigos desde los 2 años cuando coincidimos por primera vez en la guardería. Según mi madre, nunca me separaba de él, ni él tampoco de mí.
-La pregunta del millón es... ¿Qué tal salió la tarta? ¿Estaba rica? -dijo guiñándome un ojo.
- ¿Qué si estaba rica? - me reí - ¡Deliciosa! Qué pena que no sobrara un cachito, te lo hubiera traído en un taper.
- ¡Qué pena! - se rió conmigo - Ahora en serio ¿Cómo fue?
-Pues al principio fue muy incomodo... pero luego poco a poco me empecé a dejar llevar. Estuvo bien.
- ¿Solo bien? No fue algo así como ¿Glorioso?
-Sí, ahí le has dado. Fue glorioso.
- ¡Lo sabia! Nadie se resiste al sexo, es imposible ¡Ay que mi Hipo se me va a volver adicto al sexo! - exclamó.
- ¡Cállate gilipollas! - dije mientras le pegaba en el hombro y me reía.
Jack se suponía que no era virgen desde hace bastante tiempo, pero nunca me contó con quien la perdió. Yo suponía que era alguien que conocía y por eso le daba vergüenza y no me lo quería contar. O quizás se arrepentía de ello. No se me ocurría quién podría ser, porque si no me lo contaba a mí que era su mejor amigo...
- ¿Saber qué? Astrid estaba muy extraña aquella noche.
- ¿A sí? ¿Qué le pasaba?
-No lo sé tío. Pero estaba callada y miraba al infinito. Como si le pasara algo.
-Qué raro... con lo feliz que siempre esta Astrid. No sería muy normal que estuviera así justo esa noche.
-Ya ves. Espero que no sea porque quiera contar conmigo, o porque ya no le guste o porque...
-No digas gilipolleces Hipo. Astrid te quiere más que a su pájaro.
- ¿Y eso es bueno?
-Teniendo en cuenta que Astrid mataría a cualquiera por él, pues, sí.
Sonreí. Agradecía mucho como Jack conseguía que me sintiera mejor tan rápido. Era un buen amigo a pesar de que a veces me vacilara y se riera de mí. Alguien nos llamó por detrás. Nos giramos y vimos como una chica con el pelo pelirrojo y abultado similar a una esponja se acercaba a nosotros.
-Hola chicos -saludo Mérida alegre.
-Hola - contestamos a la vez.
-Que pronto os fuisteis Astrid y tú el sábado ¿no?
-Si bueno, es que no me quería tirar todo el día en casa de Mocoso. Además ella se quería ir de la fiesta. No parecía muy animada -respondí.
Mérida miró hacia el suelo.
- ¡Que mentiroso! Si eras tú el que te querías ir -exclamó Jack- Estabas tan emocionado que ni podías esperar al gran momento.
- ¡Pero qué pesado eres! - dije.
-Supongo que fue por una chica que se metió con ella -Jack y yo nos quedamos mirando a Mérida extrañados - Sí. Estaba yo arriba con ella cuando una morena se acercó a Astrid y le dijo algo que yo no oí. Empezaron a discutir y no se exactamente de que, la verdad... Luego Astrid comenzó medio a llorar, tuve que ir a consolarla aunque no entendiera nada de lo que estaba pasando.
- ¿Qué? No me lo pudo creer... ¿Por qué no me dijo nada?
-Supongo que para no preocuparte.
Suspiré. Enseguida llegamos al instituto, donde nos reunimos con los demás, es decir, con Eugene, Rapunzel y Astrid. Eugene y Rapunzel era "La parejita feliz" según Jack debido a su bonita historia de amor, en la que se quedaron los dos encerrados en ascensor de un centro comercial cuando aún no se conocían, y dios quiera saber qué pasó ahí adentro... Jack comenzó a charlar con Eugene y Mérida con Rapunzel mientras entrabamos en el centro. Astrid y yo nos saludamos con un beso. Y enseguida le pregunté por lo sucedido en sábado.
-Astrid ¿Qué pasó el sábado?
Aquella pregunta pareció haberla pillado por sorpresa a Astrid. Me miró confusa como si no supiera a qué me refería, pero sabía que estaba disimulando.
- ¿No paso algo con una chica?
Astrid se quedó callada sin saber que decir.
-¿Se metieron contigo? - volví a preguntar.
-Aaaah... sí, eso. Solo fue una guarra aburrida con ganas de meterse con alguien. Olvídalo, no fue para tanto. Esa perra no me molesta.
-Pues no parecencias muy feliz después...
-Tranquilo Hipo. Estoy bien. Recordemos el sábado con un día importante ¿Vale? No voy a dejar que esa tía me joda el bonito recuerdo.
Sonreí. Quizás tuviera razón, y me estaba precipitando. Entonces mi teoría de que ya no me quería me pareció absurda. Llevábamos un año feliz juntos ¿Por qué no íbamos a aguantar más?
- ¿Sabes? - se rió Astrid - A la mañana siguiente me encontré el envoltorio del condón tirado en el suelo, y cuando justo lo cogí mi madre entro en mi habitación. Menos mal que me lo metí en el bolsillo del pijama antes de que lo viera. No me quiero ni imaginar la charla que me hubiera dado -me contaba de forma divertida mientras nos dirigíamos a las taquillas.
_____________________________________________________________________________
Quedaros con eso de que Hipo hizo cursos de auxiliería en verano porque es importante ;)
Espero que Wattpad no me de más problemas... La última vez se volvió loco y me mezcló todos los párrafos del capítulo 2, tuve que actualizar el capítulo como unas cinco veces. Lo siento si os mareé un poco jeje
Bueno pues no tengo nada más que decir xD
Espero que os haya gustado, comentar y darle estrellitas y me hareis feliz jajaja
ESTÁS LEYENDO
Tú decides
ФанфикMiré resentido a Jack. -Todas las mentiras acaban saliendo a la luz Jack...- dije más tranquilo. Jack suspiró y comenzó a dar vueltas por el baño mientras se pasaba las manos por el pelo un y otra vez. Le seguí con la mirada y se paró justo dándome...