—¡Gané la apuesta! Me debes algo.
—¡Ja! No. No tienes pruebas y al final no apostamos.
—¡Si que tengo y si que lo hicimos!
—Mentira.
—Verdad.
—¡Mentira!
—¡Verdad!
—¡Hipo!
—A mi no me preguntes. No preste atención a vuestra estúpida apuesta — le dije a Mérida.
—¡Mentiroso! Si que sabes de qué hablo. Y no es ni estúpida ni nada porque no hubo apuesta.
—Sí que hubo. ¿A que sí Jack?
Jack levantó la cabeza del móvil sin saber muy bien de qué hablábamos.
—¿Eh? — dijo este.
—Ves, ni Jack sabe de qué hablas. No hubo — repitió Mérida.
—Jack no es una fuente fiable. Y además eso lo dices porque has perdido la apuesta.
—¡Qué va! Lo dices tú porque crees haberla ganado.
Jack me miró confuso. Yo me encogí de hombros.
—A ver, a ver. Paz chicas — dijo Jack moviendo las manos — ¿Me quereis decir de qué habláis?
Hubo un corto silencio de apenas segundos en los que Mérida y Astrid se intercambiaron las miradas. Después las dos procedieron a hablar a la vez, lo que hizo que se volvieran a callar para decidir quién hablaba.
—A ver... — dijo Astrid antes de que Mérida abriera la boca — ¿Recuerdas la conversación de Uke y el Seme?
—Uf... — suspiré — no me gusta por donde va esto.
—Sí—respondió Jack.
—Pues yo dije que tu podrías ser Uke — explicó Astrid — Y Mérida dijo que nunca. Y pues...
—Y no hubo apuesta.
—¡Sí que hubo!
—Ei, ei... ¿Se puede saber a qué viene tanto jaleo?— preguntó Eugene que acababa de acercarse junto a Rapunzel a la mesa con dos coca colas en la manos — se os oye desde la barra.
—Tampoco es que este muy lejos— Jack miró la barra y comenzó a hacer cálculos en la cabeza — Unos 5 metros diria yo.
—Aun así no debería enterarse todo el bar — Eugene dejo una coca cola enfrente de mí.
Le di las gracias por traermela.
—Hey ¿Y mi Kalimotxo? — preguntó Jack.
—Que tonto eres— Eugene se sentó en su silla.
—Toma alcohólico — dijo Rapunzel dándole otra coca cola sonriente.
Jack se rió.
—Ya discutís como un viejo matrimonio eh — Comentó Rapunzel sentándose.
—Ella ha empezado— Mérida le dio un empujón suave a Astrid.
—Me debes algo — murmuró Astrid.
—Bueno pues entonces algún día te sorprenderé ¿Contenta?
—Sí...— Astrid sonrió.
Mérida agarró a Astrid de los hombros para acercarla y le dio un beso en la cabeza. Después miré a Rapunzel y a Eugene que estaban muy cerca el uno del otro y mientras Eugene le agarraba de la mano ella miraba con ternura a la parejita de lesbianas.
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Tú decides
FanfictionMiré resentido a Jack. -Todas las mentiras acaban saliendo a la luz Jack...- dije más tranquilo. Jack suspiró y comenzó a dar vueltas por el baño mientras se pasaba las manos por el pelo un y otra vez. Le seguí con la mirada y se paró justo dándome...