Caminaba con Jack por los pasillos del instituto. Era viernes y ya habían acabado las clases, la primera semana de instituto ya había terminado. Tan solo había pasado un día desde que Jack desapareció de aquella forma tan misteriosa. Pero durante todo el día no hablamos del tema. No quise preguntarle, en parte porque sabía que seguramente no me lo contaría, y por otro lado no parecía muy feliz, prefería preguntarle cuando estuviera más animado. Salimos del instituto hacia la luz del sol. Todos menos Mérida ya se habían ido para casa, y estaba solo con Jack porque Mérida se había quedado en clase hablando con una chica llamada Eep de la que era muy amiga. No sabía si era su novia, tampoco sabía si tenía novia...
El instituto parecía casi vacío, la mayoría de la gente ya se había ido a casa, tan solo quedaba una cuadrilla de chicas quedando para el fin de semana en una esquina de la calle, y unos novios liándose en la otra. Desde que habíamos salido de clase no había intercambiado muchas palabras con Jack, estaba muy callado. Si de verdad le pasaba algo no debía de ser muy agradable. Sentí el impulso de preguntárselo, pero otra vez no me atreví ¿Tendría que ver con Elsa? ¿O había pasado algo en su familia? ¿O...?
- ¡Eh! - oí como la voz de Mocoso nos llamaba desde atrás.
-Mierda- susurró Jack sin ni siquiera darse la vuelta.
Comenzó a andar más rápido. Entonces se me ocurrió algo ¿Se estaba escondiendo de Mocoso? ¿Pero no se llevaban bien?
-El mariquita se escapa - dijo otra voz.
Oí como toda la tropa que iba con Mocoso se acercaba corriendo hacia nosotros. Cuando vi el horror en la cara de Jack me empecé a agobiar, aunque no tuviese ni idea de que estaba pasando. Pero también deseé que no nos molestaran. Mocoso y sus amigos se pusieron alrededor de nosotros intentando bloquearnos el paso. Jack intentó ignorarlos y atravesar el circulito de chicos, pero le empujaron hacia adentro.
- ¿A dónde vas, eh, marica? - preguntó provocativo Mocoso - ¿A la casa de tu novio?
-Déjame en paz Mocoso - contestó Jack.
Mocoso apartó la vista de Jack y me miró con cara de asco. Después se empezó a reír como un loco. Aquello me dio miedo.
- ¿No me jodas que a ti también te van las pollas? - esta vez me lo preguntó a mí.
¿QUÉ? No entendía nada. Le miré asombrado sin decir nada.
- ¡Ah, ya entiendo! Tu estas con la rubia esa, la Astrid, para que nadie se entere de tu verdadero amorcito - dijo entre risas mientras señalaba a Jack, que parecía querer echar a correr - ¡Así que tú también eres un mariposón! Que fuerte. Esto no me lo esperaba de ti, Hipo.
Los amiguitos de Mocoso se empezaron a reír.
- ¡Déjale en paz gilipollas! - chilló Jack.
- ¡Callate gay de mierda! Quien lo diria... El secreto del supuesto mujeriego a salido a la luz ¿Te da miedo admitirlo verdad? Ya sabía yo que había algo raro aquí...
¿A qué venía todo aquello? Seguía sin entender nada.
- ¡Qué sabrás tú! - dijo Jack.
-Pues al parecer más que tu novia- me señaló.
Jack me miró y tragó saliva.
-Oh, venga ya. ¿No me digas que aún no se lo habías dicho? Qué triste, "mejores amigos" y no le cuentas tu mayor secreto. Y para el colmo me lo cuentas a mí. -dijo Mocoso haciendo una especia de comillas al pronunciar "mejores amigos".
-¡Yo no te he contado nada!
-Bueno. Pero era obvio ¿No?
Jack miró hacia el suelo. Yo no sabía que pensar. Tan solo quería que aquello acabara ya.
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Tú decides
FanfictionMiré resentido a Jack. -Todas las mentiras acaban saliendo a la luz Jack...- dije más tranquilo. Jack suspiró y comenzó a dar vueltas por el baño mientras se pasaba las manos por el pelo un y otra vez. Le seguí con la mirada y se paró justo dándome...