Capítulo 35

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-Heather... Esa cabrona... Puta asquerosa ¡AAAG! - exclamó Astrid.

"Te prometo que no volveré a ocultarte nada" Fue lo que me dijo Astrid. Y a partir de ahí comenzó a contarme todo lo que se le pasaba por la cabeza. Heather estaba entre ellas, y al parecer tenía algo que ver con lo que pasó entre Astrid y Mérida.

-Te juro que la mataría y... uf. Al parecer Heather y Mérida eran amigas y yo nunca estuve en contra de ello. Pero después de lo que hizo...

-¿Qué hizo? - pregunté muerto de la curiosidad.

-La hija de la gran puta estaba detrás de un árbol aquel día y nos hizo una foto con el móvil. A la cabrona se le da bien hacer fotos. Me chantajeó con la foto, me dijo que me separara de Mérida, me amenazó. Y peor fue cuando empecé a salir contigo, ahí fue cuando le entró un extraño interés en que rompieramos. Por suerte nunca llegó enseñarte la foto, ni a decirte que yo era lesbiana para que te lo creyeras. De hecho creo que no sabías quién eras.

-No... La primera vez que oí sobre ella fue cuando Jack me contó lo que pasó en la fiesta.

-¡Ves! ¡Encima! Lo que le hizo a Jack también... ¡Y a ti! La foto de los cojones. Es que más guarra no podía nacer.

-¿Y porque te amenazó? ¿Qué más le daba que besaras a Mérida?

-¡Yo que sé! Tendría celos. No lo sé... Pero no fue justo lo que me hizo.

Ahora era capaz de entender porque mi novia odiaba tanto a Heather. Y la verdad es que a mí tampoco me agradaba. No sé a qué vendría lo de la foto en la fiesta de Elsa. Mi teoría era que quería que Astrid y yo cortáramos, y no entendía porque si la cosa era que Heather odiaba a Astrid por lo del beso ¿Qué pintaba yo en sus planes? Seguro que Mocoso tenía algo que ver.

El fin de semana pasó. La relación entre Astrid y yo seguía siendo la misma, pero mi opinión sobre nuestra relación no. Mis pensamientos siempre giraba en torno Jack. No podía negarlo. Estuviese con quien estuviese, siempre pensaba en él. Y cuando estaba con mi novia y pensaba en Jack, era cuando me daba cuenta de que algo andaba realmente mal. No era capaz de centrarme en Astrid y olvidarme del resto como hacía antes. Me daba realmente pena acabar con Astrid ¿Pero qué otro remedio tenía? Ya lo tenía casi decidido. El problema iba a ser que me iba a costar más hacerlo ahora que Astrid me había prometido que sería sincera conmigo. O eso era lo que tenía que suponer...

Tenía que hablar con Jack cuanto antes y decirle que lo iba a hacer. Iba a romper con Astrid, al menos iba a intentarlo, no podía seguir así. Mi mayor miedo ahora mismo era que Astrid se enfadara tanto conmigo que dejara de ser incluso mi amiga. La seguía teniendo muchísimo cariño, había vivido muchos momentos con ella que jamás olvidaría y había llegado a amarla demasiado como para que ahora me odiara. No soportaba el pensarlo. Pero sabía que era lo correcto.

El martes decidí hablar con Jack sobre el tema. En el recreo fui al baño. Sabía que Jack pasaría por allí en algún momento, siempre lo hacía. Mientras les esperaba miré hacía la cabina donde besé a Jack por segunda vez. Sonreí. Recordaba lo perdido que andaba hace unas semanas. Habían pasado muchas cosas...

Como había previsto la puerta del baño se abrió y una cabeza albina se asomó por la puerta. Jack me sonrió y entró al baño. La ventaja de ser un chico era que no necesitábamos mucho tiempo para utilizar el baño, por lo cual el baño siempre estaba vacío y disponible para que Jack y yo estuviéramos en privacidad.

-Te estaba esperando - dije devolviéndole la sonrisa.

-Siempre lo haces - dijo Jack acercándose a mí.

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