Capítulo 69

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  —Después de aquello, no se me ocurrió otra cosa que ir corriendo a buscar a Guy y a Eep... Los acompañé al Hospital aquella noche. Nunca recuerdo haberme preocupado tanto por alguien que no conozco...—Heather suspiró.

No sabía exactamente cómo reaccionar. Heather acababa de contar todo aquello que me contó a mi la última vez, más lo que pasó en la fiesta de Elsa. Aquello era nuevo para mí. Cuando conocí a Guy no parecía haberlo pasado tan mal...

—Guy cayó inconsciente antes de llegar al Hospital. Por suerte lo salvaron. Recuerdo Eep llorar de desconsolación y como tuve que consolarla. Estuvimos a punto de poner una denuncia a Mocoso por lo que hizo, pero Guy no nos dejó por las amenazas. Nos pidió que mintiéramos, que los individuos que lo drogaron eran desconocidos. Después de todo aquello, me hice amiga de ellos dos — Heather hizo una pausa poniéndose la mano en la cabeza como si le doliera — Pero a la mínima de que Eep se enteró de que había estado ayudando a quien drogó a Guy, se enfado conmigo tanto que no quiso volver a verme. Rompí todo contacto con ellos. Y ahí es cuando me fuí con Elsa y compañía. En ese periodo quise olvidar lo que pasó en la fiesta porque era demasiado para mí, pero después oí lo que pasó entre Guy y tú...—miró a Eugene— Volví a hablar con Guy. Guy me contó cosas demasiado fuertes sobre su pasado... Cosas que él decía que era lo que la gente no entendía. Ósea tú, Eugene.

Eugene agachó la cabeza arrepentido.

—Me dijo que no le importaba que te lo contara. Ni a ti, ni al resto de vosotros, que al parecer ya le conocéis — continuó Heather — Así que según el merecéis saber que Guy vivía con sus dos padres desde que era pequeño. Pero la madre de Guy cayó enferma por cáncer de páncreas y murió cuando él tan solo tenía 9 años. La depresión de su padre le hizo la vida imposible a Guy ya que se volvió drogadicto llevando sus vidas a la ruina. Pero el padre de Guy consiguió entrar en la venta ilegal de drogas y así consiguió mantener su casa y su hijo con el dinero que conseguía. Al parecer a Guy le obligaba a colaborar en su trabajo para poder vivir mejor. Y así estuvo hasta que hace un año la policía estuvo a punto de pillarlo y éste escapó abandonando a su hijo. Entonces su novia le acogió. Y el resto ya lo sabéis.

Heather se quedó callada a la espera de algún comentario. Nadie dijo nada. Elsa miraba entristecida a Heather, Eugene miraba al suelo, Rapunzel se tapaba la boca, Mérida y Astrid se miraban preocupadas y Jack me apretaba la mano con fuerza.

—Y bueno... Creo que con todo esto he terminado... Me siento completamente mal por todo. He sido una persona horrible que ha funcionado solo por envidia. No os voy a pedir que me perdonéis, solo consideraba que merecéis saber toda la verdad...

—Yo... — Eugene se levantó del banco en el que estábamos. Rapunzel lo miró — Debo una mejor disculpa a alguien.

Eugene comenzó a correr por la calle.

—¡Eugene espera! — dijo Rapunzel levantándose y siguiéndolo.

Todos los seguimos con la mirada hasta que desaparecieron en la lejanía. No tenía pinta de que volverían.

—Vaya... Pues yo no sé qué decir — susurró Astrid.

—Supongo que todo fue una estupidez — comentó Mérida — Han pasado años desde que nos besamos por primera vez, todo lo que causó aquello debería estar olvidado. Y Heather ya se ha disculpado. ¿Por qué seguir con esto?

—Tienes razón — Astrid suspiró — Te perdono Heather ¿Amigas?

Astrid alargó la mano para ofrecersela a Heather la cual aceptó alegre.

—Amigas.

—Bien. Hipo — me llamó Astrid. La miré — Me debes dos entradas de cine más palomitas. Te lo recuerdo.

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