Gracias Yoongi Hyung [YoonTae]

Cap. 31: Yoongi Min

Narrador omnisciente:

Después de hablar con Jimin, y entender su sentimiento sobre que no podía decirle a TaeHyung sobre JungKook, se pusieron de acuerdo. El plan era simple, debía acercarse a TaeHyung otra vez, y enamorarlo. Estás cosas no suceden de un momento a otro, pero para éso hay que tener paciencia.

Es Min Yoongi, la paciencia reina en él. Y con TeTe esperaría una eternidad si así debía.

Pero levantarse no era una de las cosas que le gustaría hacer, y contra su voluntad lo hizo. Soltó un suspiro, sabía que la directora lo llamaría para saber porqué faltó toda una semana, su padre lo llamó para saber lo mismo.

La cosa aquí es que se está muriendo de hambre, odiaba ser tan irresponsable sobre mí mismo. Sabía que si TaeHyung se entera de ésto, estaría muerto.

Mojó su rostro é hizo sus necesidades rápidamente, estaba llegando tarde. Colocó su uniforme y tomó su mochila que reposaba aún lado de su cama, salió casi corriendo de su casa.

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Su respiración estaba entrecortada, su pecho se movía de arriba y abajo, y le dolía su estómago. Él era un atleta después de todo, pero todo su entrenamiento quedó en suspenso por la culpa de un niño bonito con sonrisa cuadrada.

Entró a la institución y fué directamente a la dirección para hablar con la directora sobre su ausencia y pedir disculpas.

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—¿Dónde está Yoongi?— Preguntó Jibin con el ceño fruncido, esperando al grupo en uno de los asientos de la cafetería. Hoseok estaba con ella. Han aún no llegaba, Yoongi andá a saber dónde estaba, Jimin estaba detrás de TaeHyung. Y JungKook, bueno, nadie sabía de él, al parecer no había ido a la escuela.

—Ya deben de venir, no te desesperes, cariño —Hoseok le acarició su espalda con suavidad y amor. Ella suspiró y se recostó sobre él.

—No puedo creer que Jungkook haya hecho algo así de feo. Es un completo imbécil, pobre de mi TaeHyunggie —puchereó con un mar de emociones.

—Tampoco lo puedo creer, cariño —él besó su cabellera, preocupado.

—Oh, ahí viene Yoongi —avisó Jibin, saliendo de su confortable lugar seguro. El mayor venía con un semblante de muerte viviente, la directora casi lo suspende, pero como un buen defensor de sí mismo, no lo hizo. A cambio lo obligó a cumplir toda la semana a limpiar los salones de su área.

—Uh, que cara se trae —comentó Hoseok, y ambos rieron. Yoongi se sentó bruscamente, frunciendo su ceño.

—¿Qué pasó, oppa? —se burló, a Yoongi no le gustaba que le dijeran así.

—Te mataré a ti, Jibin —gruñó enojado.

—Ey, ey, calma, fiera. No con mi bebé —se metió Hoseok, tomando a la chica de los hombros y atrayendo la a su cuerpo.

—Ble~ —le sacó la lengua a Yoongi, sonriendo maliciosa.

—Ush, la directora me obligó a que me quedara toda la semana a limpiar las aulas de nuestras asignaturas —se quejó, recostando su cabeza y brazos en la mesa. Escondiéndose.

—Te lo merecías —setenció Hoseok.

—¿Y Jisung? —preguntó cuando se dió cuenta que no estaba el menor.

—Aún no aparece, no sé dónde anda metido —contestó Jibin.

—¿Y Jimin? —volvió a preguntar.

—Tampoco sabemos dónde está —respondió estaba ves Hoseok.

—¿Qué, y TaeHyung, no está por acá, verdad? —nuevamente preguntó, escondiéndose de tras de su brazos. Aún en la posición de antes.