7. Culpa

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Apenas pude pegar un ojo en toda la noche luego de finalmente decidirme por abrir lo que el doctor me había entregado. Al principio no entendía, eran simplemente muchos papeles con información personal de una paciente y el seguimiento de su tratamiento que no pude terminar de leer porque contenía demasiadas palabras que no comprendía. Por un momento creí que se había equivocado. Es decir, ¿por qué me entregaría los análisis de otra persona? ¿No se supone que esas cosas son confidenciales? Hasta que me topé con su ficha de ingreso, marcando su entrada al hospital bajo "Hanahaki" y comprendí de qué iba todo. Poco a poco comencé a entender lo que ante mis ojos parecía estar en otro idioma. Y ahí me encontraba, frente a la casa de alguien que decidió tomar una opción diferente a la que yo elegí.

No podía ignorar esa esperanza creciendo en mí luego de plantearme cambiar el rumbo de mis sentimientos hacia una persona con más posibilidades de llamar la atención. No debía apurarme, tenía mucho tiempo de espera hasta lograr conseguir una fecha de operación.

─ ¿Narumi Misa? ─ Levanté la mirada de los papeles al escuchar mi nombre, encontrándome con una señora que parecía estar en sus cuarenta, con el cabello hasta por los hombros, ojos oscuros y una deslumbrante sonrisa. Asentí con la cabeza, guardando las hojas en el bolso colgando de mi hombro. ─ ¡Pasa! ─ Dijo con ánimos, haciéndose a un lado para darme lugar. ─ Te estuve esperando desde que llamaste.

─ ¿Usted es Tamashi? ─ Pregunté viéndola cerrar la puerta a sus espaldas y guiarme hasta la sala principal, en donde ya tenía preparado un juego de té listo para ser servido.

─ Así es. No es lo que esperabas, ¿verdad? ─ Mentiría si dijera que no. En el estado en el que me encontraba, esperaba a alguien con cero ánimos de siquiera levantarse de la cama para abrir la puerta, sin un respiro por el dolor físico y conectada a miles de cables. No era solamente lo emocional, literalmente había una anomalía creciendo dentro nuestro y estamos completamente expuestos a cualquier perforación, cualquier raíz enredándose en lugares donde no debía y pétalos sueltos por doquier. Pero ella se veía... Normal. Caminaba normal, se movía normal, respiraba normal. Le eché un rápido vistazo al lugar, sin encontrar nada fuera de lo habitual en una casa de alguien de su edad. Pero sí hubo algo que cautivó mi atención. ─ Me lo suelen decir.

─ ¿Ha hablado con más personas como nosotras? ─ Mis pasos se detuvieron por un momento, girando mi cuerpo hacia la pared en donde colgaban varias fotos. La mayoría eran de lo que deduje podían ser familiares, pero la que no podía despegarle los ojos de encima era una en donde ella se encontraba junto a dos personas más, un hombre y un chico que parecía tan sólo un poco más chico que yo. 

─ No, sólo los médicos. ¿Gustas té?

─ Mhm. ─ Asentí lentamente alejándome de la imagen, caminando hasta donde se encontraba sentada para tomar lugar en el sofá frente a ella.

─ Es de una planta especial para aliviar el dolor. ─ Sonrió vertiendo el agua caliente en la pequeña taza con un colador del mismo tamaño encima, llenándola del líquido con un tono rosa claro, revelando unos diminutos pétalos de un color similar. ─ Tengo también para ti, déjalos en agua caliente por unos minutos y estará listo. Puedes venir luego por más si gustas, ha sido una salvación para mí. ─ Dijo sacado el colador de la taza y extendiéndose para alcanzarme una bolsa de seda roja que si la apretaba podía escuchar la hojas crujir por lo bajo. 

─ Gracias. ─ La guardé junto a los papeles, tomando la porcelana para acercarla a mis labios, inhalando el suave aroma dulce antes de dejarle entrar en mí. No sabía mal, era similar a la manzanilla pero más dulce. ─ Entonces... ¿Aún duele?

─ Aún sigue ahí, por supuesto que lo hace. ─ Respondió sirviéndose también. ─ Pero menos que antes, obviamente. Con las extracciones, los medicamentos...

𝙷𝚊𝚗𝚊𝚑𝚊𝚔𝚒 // Aizawa S. X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora