14. Recuerdos pt.1

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El día era soleado, pero el ambiente no se sentía como el de siempre, era pesado. No de una manera cansada como todo lunes, era... extraño. Difícil de explicar. No había tenido noticias de Bakugo desde que salió a patrullar con su grupo, tampoco señales de vida en las instalaciones de la UA. Era día de clases, se suponía, sim embargo cada aula se encontraba vacía. Y no fue hasta que levanté la cabeza en medio de los pasillos para darme cuenta. Estaba completamente sumida en mis pensamientos como de costumbre que obvié el hecho de que era la única alma en pena vagando por las instalaciones. Tampoco traía conmigo el móvil, simplemente me había levantado, cambiado y salí directamente a mi primera clase. Lo más probable era que, dado lo que sea que haya pasado ayer en la noche, decidieron no dictar clases.

Un cansado suspiro hizo que me detuviera de regreso a los dormitorios. Giré la cabeza. Nadie se encontraba detrás de mí, ni delante. A mi izquierda, estaba la sala de profesores, con la puerta a medio abrir. Di unos pasos hacia ésta, apoyando sin hacer el mínimo ruido la oreja, tratando de intuir otro movimiento. Lentamente se escuchaban unas hojas siendo movidas, como si las estuvieran pasando en un libro o cuaderno, luego las teclas de una computadora, el sonido de un celular siento desbloqueado y bloqueado. Parecían movimientos sin sentido, como si se estuvieran haciendo sin pensar, sin prestar atención. 

Toqué dos veces la puerta. Al menos, de alguien recibiría respuesta al por qué no había nadie.

─ Pase. ─ Se escuchó una voz ronca la otro lado. Mis dedos presionaron con fuerza la manija de la puerta y mis ojos se abrieron de golpe. Quería entrar, pero ya sabiendo quién se encontraba allí las ganas disminuían. Aclaré mi garganta, suspirando profundamente antes de adentrarme al cuarto, el cual se encontraba a oscuras, únicamente siendo iluminado por la pantalla de una laptop y un velador. Aizawa me dio una mirada rápida antes de concentrarse en sus hojas, las cuales deduje eran de sus alumnos, pero parecía no darle mucha importancia cada que las marcaba, como si simplemente lo estuviera haciendo para pasar el tiempo. ─ Deberías estar en tu dormitorio.

─ De haberlo sabido, no estaría aquí. ─ Respondí, apoyando mi espalda contra la pared junto a la puerta que dejé a medio abrir. Lo analicé por unos segundos, con mis manos descansando detrás de mí en mi espalda baja, tocando el frío de la pared. Por más que siempre parecía cansado, esta vez realmente no tocó la bolsa de dormir en demasiadas horas, las suficientes como para que sus ojos estén al rojo puro. Su cabello descansaba sobre sus hombros de manera desordenada, su arma que generalmente adornaba su cuello, yacía en el respaldo de su asiento y su escritorio, en medio de todo el desorden de papeleo, traía cerca de cinco tazas con manchas de café, completamente vacías. ─ ¿Qué ha pasado? ─ Pregunté en voz baja. Fue una pregunta general, pero esperaba que se haya notado que era más personal.

─ Hubo un ataque de la liga en el centro, hubieron varios accidentes, tratamos de aislarlos al menos hasta saber que es seguro.

Asentí lentamente, mordiendo el interior de mi labio inferior. Lo único que ahora se escuchaba era el trazo que hacía sobre las hojas con su bolígrafo.

─ ¿Y a ti? ─ Inquirí, apretando los puños detrás de mi espalda. No esperaba que se desatara como si nada frente a una alumna, no esperaba recibir un diferente trato, mucho menos forjarme a algo que sabía que me perjudicaría, pero verlo a sí a él u a otra persona, me llevaría a hacer lo mismo. Dejó de mover el bolígrafo por un momento, como si estuviera dudando en si hablar de más o conservar todo lo que tenía por decir, hasta que luego de unos segundos volvió a su trabajo.

─ Será mejor que vuelvas, Narumi. ─ Volví a asentir, pero no me moví. Me dejaría un mal sabor en la boca irme y dejarlo cargando con lo que sea que le pasaba sobre la espalda, sin la oportunidad de abrirse lo suficiente para al menos respirar con tranquilidad. Aún así, forzarlo o insistir a que me diera una respuesta, no era la solución. 

Di cortos pasos hacia su escritorio, si bien notó mi presencia y cercanía, no se movió de su lugar. Tomé un respiro profundo, rogando en mi interior que lo que estuviera a punto de hacer funcione y no sea uno de los miles intentos fallidos hasta el momento. Mi mano derecha, con lentitud y poca seguridad, se aceró a la suya que sostenía las hojas para que no se movieran mientras escribía. Mis dedos hicieron contacto con su piel y cerré mis ojos con fuerza, activando mi quirk a un bajo pero suficiente nivel para que en cuestión de segundos nos encontráramos sumidos en sus más profundos recuerdos, pero me centré en buscar los correctos. Frente a mis ojos, me encontraba parada sobre la arena, con el mar bailando a pocos metros y el viento jugando con mi cabello. Escuchaba risas de fondo, pero no podía tener más panorama a mía alrededor, era sólo lo que veía. Una pequeña corriente de electricidad me hizo sobresaltar, quitando mi mano sobre la de Aizawa, sonriendo levemente. Parpadeé varias veces, tratando de volver completamente a la realidad, tambaleándome hacia atrás al sentir un repentino mareo.

─ ¿Qué fue eso? ─ Lo escuché decir sin aliento. A decir verdad, no sabía si a la otra persona le generaba algún efecto adverso, por lo que de inmediato me concentré en él, analizándolo a la par que hablaba.

─ Siempre creí que si podía ir a mis recuerdos, también podía hacerlo con los demás. Estuve practicando y sí es posible, sólo que no sé bien cómo funciona aún. Pensé que tal vez... sería de ayuda llevarle a un recuerdo especial. ─ Me encogí de hombros, esperando que lo que dije tuviera sentido. ─ Pero descuide, no puedo ver lo que usted vio, sólo una parte y generalmente es una pista del lugar. ─ Lo cual era verdad. Sólo tenía el conocimiento de que el recuerdo especial era frente al mar, pero no lo vi a él por más que sabía con exactitud que sí estaba ahí, simplemente no lo veía, no sabía si estaba solo o acompañado, o qué estaba haciendo.

─ No sólo puedes llevar a las personas a tus recuerdos, sino también a los suyos. ¿Es eso lo que tratas de decir? ─ Parecía inquieto a la hora de hacer la pregunta, como si estuviera pesando cuidadosamente lo que acababa de descubrir, lo cual me hizo fruncir el ceño levemente.

─ Si... Aunque no puedo ver con exactitud los recuerdos de los demás. ─ Aclaré. ─ Al no ser algo mío, requiere de más energía que llevarlos a mis recuerdos. 

Miró hacia un punto fijo, asintiendo apenas a sus pensamientos.

─ ¿Cómo vas con tu tratamiento? ─ La pregunta me tomó por sorpresa, pero no lo veía con interés en saber mi estado, sino otra cosa.

─ Uso únicamente mi quirk en sus clases, si es eso lo que quiere saber. 

─ Bien. ─ Dijo, levantándose de su asiento. ─ Te veré más tarde. ─ Fue lo último que dijo antes de prácticamente correr hacia la puerta. 

Me quedé en mi lugar, tratando de procesar y analizar lo que había pasado. Claramente el descubrimiento de una de las ramas de mi quirk iban a ser necesarios para lo que sea que lo estaba manteniendo en ese descuidado estado. Tomé una de las tantas tazas de café sobre el escritorio frente a mí, tragando sin pensarlo dos veces el fondo oscuro de uno, haciendo una mueca ante el sabor amargo.

Será un día largo, pensé. Y, luego de encontrar las hojas de mis clases y poner que todo estaba bien, abandoné el edificio, preparándome mentalmente para lo que se venía.

𝙷𝚊𝚗𝚊𝚑𝚊𝚔𝚒 // Aizawa S. X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora