23. Te encontré

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La enfermedad de la flor, más conocida como Sindrome de Hanahaki, es una afección no muy comun ya que afecta a una mínima población en donde el humano experimenta una anomalía aferrada al corazón, conectandose eventualmente con el sistema límbico llevando como consecuencia una serie de síntomas tales como cambios emocionales repentinos, pérdida de energía, falta de aliento, deshorientación y hasta expulsar vía oral, dependiendo la fase de la enfermedad, pétalos o pequeñas flores provenientes de una interna raíz.

Era la primera vez que en varios días volvía a prestarle atención a mi pequeño problema. Para ser sincera, también la primera vez que en mis manos tenía información sobre el Hanahaki, ya que siempre que trataba de buscar información lo hacía en una ventana incognita en mi celular. Pero al tener la oportunidad, la aproveché y llevé conmigo el libro de cubierta lila de la oficina de mi doctor. A simple vista, nadie podría sospechar lo que trataba realmente ese libro, no traía título, autor, o referencias. Simplemente llevaba en su lomo una flor, lavanda para ser más específica, color dorada. Debido al lugar donde se encontraba, era obvio, al menos para mí, de qué podría llegar a desarrollar.

Fase uno: Incomodidad en el pecho y a la hora de respirar. Por lo general, una de las maneras del indicio del Hanahaki presente son los síntomas similares al Asma (1. f. Enfermedad de los bronquios, caracterizada por accesos ordinariamente nocturnos e infebriles, con respiración difícil y anhelante, tos, expectoración escasa y espumosa, y silbidos respiratorios). Por esta cusa, es muy común que el diagnotico hacia el sindrome sea incierto, derivándole así al paciente un tratamiento que no recogerá frutos.

Fase dos: Etapa en donde la persona cuyos sentimeintos fueron aferrados ocupa lugar, alterando las reacciones y emociones del paciente. Sintomas físicos: Nauseas, falta de apetito, perdida de energía.

Fase tres: Crecimiento de la raíz (algunas veces visible), expulsión de pétalos-

— Desagradable. — Murmuré cambiando la página. Recordar eso me revolvió el estómago. Nunca me había puesto a pensar realmente en la gravedad del asunto, o al menos no en lo extraño que era el hecho de que naturalmente estaba produciendo un jardín dentro de mí. Fruncí el ceño levemente, llevando con sumo cuidado, casi como con temor, una de mis manos hacia mi pecho, por debajo de mi clavículas e hice presión levemente, esperando a sentir algo, pero de inmediado negué con la cabeza, volviendo mi tacto al libro que con poco esmero estaba leyendo. Trataba conscientemente de evadir tanto el tema porque si realmente me ponía a pensar en mi situación sentía que el mundo se caía frente a mí y no iba a ser capaz de volver a levantarlo por mi cuenta. Entendía perfectamente cuando alguien decía que ciertos casos eran uno en un millón, y lamentablemente de ese millón, yo era el uno. Ese sentimiento ser lo mínimo, de sentirte la persona más solitaria e incomprendida por algo que nunca pedí, que nunca soñé ni mucho menos imaginé porque sobre el Hanahaki no se hablaba en el aula de la misma manera que las sumas y multiplicaciones; el Hanahaki era algo que de los libros no salía, y era algo que no se lo deseaba ni a mi peor enemigo.

— Te encontré. — No tuve tiempo siquiera de darme vuelta que sentí una mano aferrandose en mi cabello y tirando bruscamente de él, haciedo mi cuerpo levantarse de mi improvisada cama de un salto. — Seré rápido contigo, no me hagas perder el tiempo. ¿Qué es lo que fuiste a buscar? — No tuve siquiera tiempo de mínimo quejarme del dolor que me causaba su agarre en mi cabello, me sostenía cual cachorro y sacudía con cada palabra que salía de su boca. La carne viva en el rostro de Dabi a centímetros de mí me daba el impulos de querer alejarme, pero cada vez que lo intentaba parecía acercarme más para que dejara de moverme. — ¿Realmente creíste que no me di cuenta que fuiste a espiarnos?

— No estaba espiando. — Casi sollocé, llevando mis menos a su pecho para alejarlo aunque sea un poco. Realmente, ahora sí, mi estómago se estaba revolviendo.

— No me agradan los de tu clase, niña. — Su agarre finalmente se aflojó, pero como si eso fuera poco al soltarme con su mano en mi cabeza me empujó, haciendo que tambaleara y cayera al suelo, golpeando fuertemente mi espalda contra el duro suelo de la fría habitación. Solté un fuerte quejido, rodando levemente hacia un costado con el amago de hacerme una pequeña bolita y esconderme entre mis piernas. Me sentía tan débil, como si mis huesos estuvieran al punto en donde ahora fácilmente se podían sentir con el simpre tacto hacia mi piel y ese golpe juraba que algo me había roto. — Tienes suerte de que vengo por una respuesta porque de lo contrario estarías en estos momentos entre las ruinas de este lugar. — Y muhco no había para ser sinceros. Una de las pequeñas casuchas en el lugar menos seguro de la ciudad parecía una buena opción para tomar como refugio, y tal vez sí lo era para aquellos héroes en busca de mi paradero, pero para aquellos que me buscaban con malas intenciones parecía algo completamente lógico. — Levántate. — Otro pequeño sollozo se escapó de mí cuando su pie golpeó no tan delicadamente una de mis piernas.

— No estoy aquí por ustedes. — Murmuré intentando reincorporarme pero quedando sentada, con la espalda contra la pared que desprendía humedad.

— No nacía ayer para darme cuenta que huíste, mucho menos para saber que no estas aquí por nosotros, imbécil.

— Han pasado meses, hazme el favor de superar nuestro último encuentro. — Podía notar luego de cada oración que formulaba el desprecio sin ánimos de ser camuflado en su tono y de no ser porque cada extremidad en mi ser dolía, estaría riéndome en su rostro. Dabi fue mi primer y último, hasta el momento, encuentro que tuve con la liga de villanos y mi ego hizo lo posible para que él no se olvidara de mí impidiendo a toda costa que su plan de hacer un ataque en la ciudad se llevara a cabo, pero lamentablemente la mezcla del abuso de mi quirk y la adrenalina del momento fueron suficientes para que de un momento a otro despertara luego de casi un día entrero en el cuarto de recuperación de Recoverygirl.

— Suficiente. — Dijo entre dientes, terminando de acortar la distancia entre nosotros con sus largos y visiblemente enojados pasos, pero a comparación de mis anteriores reacciones, siquiera con la llamarada azul proveniente de su mano izquiera logró moverme ni un centimetro de mi posición. Y, al parecer, eso fue lo último que Dabi necesitaba para que la luz volviera a disminuir y su rexpresión se suavizara. — Es a ti a quien buscan. 

Bravo. — No sabía hasta qué punto era fiable compartir de la información, porque quiera o no, tener a la liga de mi lado era una gran ventaja si quería llegar a mi cometido. — Al parecer no todo en tí esta quemado como parece, aún queda un poco de consciencia por ahí. — Burlé ladeando la cabeza. 

— No sé qué es lo que buscas o por qué te buscan. — Ignoró por completo mi comentario, inclinándose cerca nuevamente, clavando sus ojos en mí bien abiertos, cosa que sí me hizo volver a mis sentidos para recordarme que es una persona no cuerda la que tenía a tan sólo centímetros. — Pero no nos involucras, ésta noche recoges tus cosas y te largas a otro lado.


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N/A: No hay sentido alguno en lo que acabo de escribir, pero hago mi aparición sorpresa para dar aviso de que conseguí computadora finalmente, yey!¡ Pero el teclado esta en inglés y me cuesta procesar cómo aplicar tildes y usar la ñ cuando literalmente no está en el teclado (no yey). Pero estoy con vida y ahora me complace avisar que van a volver las actualizaciones!¡ 

Con respecto a este capitulo, tengo muchas emociones encontradas porque quiero hacer a Dabi lo que realmente es y muestra en el manga que en el anime no se puede apreciar, un villano. Creo yo que el hecho de romanizar a este personaje le ha quitado el papel de, en mi opinión, uno de los mejores villanos en MHA, a comparación de Shigaraki, Dabi realmente no muestra ni pizca de remordimiento o pena en sus decisiones hasta el punto en donde me hace odiarlo (es la idea) porque si tiene que hacer desparecer al personaje más amado, lo hace sin rodeos. Pero, a su vez, he leído sólo cosas en las que Dabi cumple un buen rol, por así decirlo, y te terminas encariñando. Entoces, tengo dos miradas sobre él en donde si bien quiero hacerlo también un personaje no muy querido en algún momento me saldrá escribir algo positivo en él. Pero, sin apuros, veré cómo voy a desarrollar esto ahora.

PD, hice este capítulo muy rápido con ánimos únicamente de que ustedes reciban una actualización, así que es muy probable que lo edite luego porque no me convence en absoluto. En caso de hacerlo, daré aviso.

Eso es todo, nos vemos en la próxima!¡

𝙷𝚊𝚗𝚊𝚑𝚊𝚔𝚒 // Aizawa S. X LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora