V E I N T I U N O

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Mia nadó, jugó y gritó en la piscina, y no podía evitar reír cada vez que la oía gritar de entusiasmo. Por otro lado, Lexy solo me miró por largos segundos terminar de leer mi libro, mientras tomaba el sol.

Luego de más o menos una hora, miss nadadora decidió salir de su acuario, lo que nos llevó a almorzar una pizza preparada por todos.

—¿Tienes sueño, amor?—Termino mi refresco y le echo una mirada a Mia, que asiente en respuesta a la pregunta de su madre, acariciando sus ojos.—Duerme un rato, en un par de horas Matt va a pasar por nosotros.

No hace falta que lo diga otra vez, Lexy la acompaña a la habitación y vuelve después de un rato, suspirando.

—Hice una cita con una masajista, debe estar por llegar.—Le menciono, tomo los platos desechables y los tiro a la basura.

—No es necesario, solo estoy agotada, ya sabes, por mi falta de sueño.

Sonrío, notando la intención en su voz. Y aunque quiero envolverla en mis brazos, me contengo, después de todo, no sé en que terreno estoy caminando, tampoco puedo descifrarla aún.

—No es necesario, pero yo quería que tuvieras el tiempo de relajarte, para ti, y yo iré a caminar un rato.

Asiente lentamente, dudosa.—Como quieras.—Dice a la defensiva.

¿Y ahora?

—¿Debo interpretar esas palabras y el tono, según yo pienso o no querías sonar así?—Respondo también irritado.

Gruñe, llevando sus manos a la cabeza, desesperada, frustrada, pero...¿de que? ¿De mí?

—Haz lo que quieras, eso es lo que dije.—Bufa.

—Entendí eso. Lo que no entiendo es que te di la oportunidad de huir, te di el pase VIP para que ignoraras mi presencia para siempre, fuiste a mi casa, y luego de una noche maravillosa, me invitas a venir aquí, lo cual era una propuesta que por nada iba a despreciar, estoy aquí, esperando a ver que deseas que haga. ¡Todo lo que he hecho está mal! No lo entiendo, huyes sin sentido, ¿esperas que lo entienda? ¡Pues no lo hago! Joder.—desesperado, paso mis dedos por mi cabello, deshaciendo mi peinado, pero realmente sin importarme.

—¡No sé que pensar, ¿está bien? Me gusta mucho cada cosa que haces, más de lo que imaginas, ¡Y no quiero eso! ¡No es lo que necesito! Huyo por-porque...¡Agh!

El timbre de la cabaña suena, distrayéndome. Suspiro y me acerco, aunque su primer instinto es retroceder.

—Solo relájate, no te compliques la vida pensando, solo hazlo, haz lo que quieras, disfruta las cosas, cada vez que huyes, desperdicias tiempo, angelito, en dos semanas no voy a estar aquí y todo esto no volverá a suceder, no busques la quinta pata al gato, si te gusta, disfruta, no te mortifiques por ello.

—No puedo, ¿okay? No soy una mujer relajada—Trato, pero en serio, trato con todas mis fuerzas de no reír por el tono hippie que usó para decir "relajada" pero fallo, indiscutiblemente fallo y termino riendo a carcajadas, arrastrándola conmigo a también reír.

—¿Hay alguien aquí?

—No te rías, es en serio, Evan.—murmura para que la mujer fuera de la puerta no la escuche.

—Ya ya, no me rio.

—No es tan fácil, no puedo hacerlo, cada parte de mi cuerpo me advierte que escape.

—Porque eres una calculadora y controladora de lo peor.—Me fulmina.—No te digo que dejes tus prejuicios a un lado, porque vamos, si quieres que te trate como a una...—No me agrada la idea de usar la palabra que quiero, así que uso un sinónimo.—Cualquiera, dímelo, puedo hacerlo.

Bella Donna [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora