| "I hate you and I hate myself for starting to doubt my feelings, after all I need is my loneliness and still... I hate to miss you." |
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El sonido de mi candado ser abierto me hizo jalar la manija de mi casillero, a primera vistas aún quedaba restos de los condones infantiles que habían quedado el día de la broma. No les tome importancia y comencé a buscar a travez de mi casillero los libros y los apuntes que necesitaba para mis tareas atrasadas si no también las que tendría en un futuro.
Acababa de salir de tener una plática sumamente intensa con el director, según esté tenía entendido que no tenía culpabilidad alguna de lo que había ocurrido con Seina pero sin embargo el resto del alumnado no opinaba lo mismo.
La supervisión no solo también fue notificada de mi arresto, si no también del extremo bullying que estaba viviendo a manos de Seina y el resto del alumnado, es por eso que mediante pláticas decidieron reintegrarme de una manera que no me afecte tanto a mi, como los demás alumnos.
El veredicto final fue... clases en casa. Mis actividades académicas no serán interrumpidas, pero sin embargo las de compañeros tampoco serán interrumpidas, ya que después de ese incidente es claro que ellos y los padres de familia no estarán de acuerdo de mi asistencia a las instalaciones educativas.
Algo que sin duda puedo considerar falsamente ético, ya habían demostrado mi inocencia pero me trataba como si fuera la verdadera asesina de Seina.
¿Como pueden preocuparse por los pensamientos e integridad de esos idiotas, si fueron los primeros en darme la espalda a la situación que estaba viviendo?.
- Que hipócrita puede llegar a ser la gente...- Cerré sin más la puerta de mi casillero de mala gana causando que uno que otro fisgón viera hacia donde yo estaba. Sin duda aparte de hipócrita...¡Metiche!.
Mientras acomodaba mis cosas en mi mochila comencé a caminar por el pasillo, debía de pasar por el material que cada profesor me asignaría para entregar cada fin de semana sin falta alguna. Si duda... con esto le daba fin a mis horas libres.
Pero sin embargo esa idea no me preocupaba del todo, de hecho incluso eso no me molesta. Ya que el recuerdo pesado de haber dormido con Mikey me carcomía el orgullo y no me daba el tiempo suficiente para maldecir a mi entorno a gusto. Siendo honesta me sentía mal conmigo misma. Había sentido eso.
Y aquella sensación es la que menos debía sentir con él.
Pero aún así, el recuerdo de sus brazos rodearme con sumo cuidado y calidez me hacía quedar helada en mi sitio. Que hasta incluso sentía muy raro mi cuerpo y eso empezaba asustarme.
- ¿Debería ir al hospital?.- Lleve mi mano hacia mi pecho, esta sensación sin duda era bastante molesta ya que en toda la mañana desde que desperté en mi cama el malestar no me ha dejado en paz.
