|"I hide who I am for fear of hurting the people I loved" |
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Mi corazón... No, es como aquel día... El sudor comenzó a llegar, el punzón en mi pecho comenzó a dolerme, mi vista se nublaba pero sobretodo mi sangre hervía al ver cómo el cuchillo salía del cuerpo de Draken.
A pesar de verlo, en mi interior pasaba todo rápido... En como mamá cambiaba su rostro de paz a una de terror al vernos rodeadas de pandilleros. Cada golpe pasaba por mi cabeza, cada patada que di pero sobretodo... De como la navaja que le había arrebatado a una la había clavado en el torso de alguien...
- ¡MUERE HIJO DE PUTA!...- Mi pierna se alzó, haciendo que el cuchillo saliera volando a un lado nuestro, mi cuerpo se movía sólo... Si.. estaba en lo cierto las voces se comenzaban a oír...
Mi puño no lo dejó ni siquiera hablar, es más... No sé si actúe al instante que golpee el arma blanca de su mano, Kiyomasa ni siquiera se había dado cuenta de que pasó ya que mi cuerpo era más rápido.
La noción del tiempo se iba en mi, pero cada puñetazo que le daba a él era cada vez más fuerte, mi vista se nublaba y solo podía ver el rostro de mamá asustado... El de Hina trás mío por meterse donde no debía pero sobretodo.... Del rostro de Jade... Sangrado.
-¡DEMONIOS!.- En ese tiempo tenía 11 años... Había pasado mucho tiempo entrenando a escondidas con ella a espaldas de papá.
Mis piernas dolían, desde que llegué aquí a las 9 de la mañana no había parado de rotar en el aire. Eran las 5 de la tarde y no quería descansar... Esa marometa que Jade había hecho hace unos días me había impresionado demasiado, según ella la había aprendido hace poco por un amigo.
- Hanae... Tus pies están muy hinchados, es mejor que descanses por hoy..- Negué con mi cabeza, aunque me faltará la respiración podía seguir entrenando.
- No... Quiero aprenderla Jade, por favor sigamos....- Su rostro mostraba preocupación a tal punto que podía notar que quería dejar esto. - Te lo pido, se que lo lograré estoy segura de ello, ¡Lo tengo!.- Había desifrado como dar la patada incluso si me encontraba cayendo el aire.
- De acuerdo... Una más y si no lo haces dejaremos la práctica por hoy, tengo cosas que hacer Hanae y aparte no me gustaría que mañana no puedas caminar a causa del impacto de tu pierna con esto...- Se paró del pasto donde ambas estábamos sentadas y volvió a tomar su almohadilla de golpes.
- ¡Te vas a sorprender, Siento que está es la definitiva!.- Me paré de golpe para así ponerme de pie frente a ella, mis pies comenzaron nuevamente a saltar, pero aun así quería seguir... La última vez que peleé ella terminó mal herida, no pude ayudarla.... Pero si aprendía esto la ayudaría. No quiero que ninguna niña o niño sufra de los bravucones... El recuerdo de aquel chico llegó a mi mente, es por él que si comienzo a este mundo. El dolor de piernas desapareció mi corazón se aceleró y mi enojo llegó. Mi vista se nublo y solamente lo único que escuche fue el grito de alguien haciéndome despertar.
