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31 de octubre... No sé cómo sentirme ahora mismo, de hecho todo el día de ayer me la pasé fuera de casa... Lo último que quería era estar con él, llegué a casa ya cuando todos estaban dormidos incluso lo único que hice fue meterme a la cama y solo esperar hasta que el sueño llegará a mí, pero nunca llegó... En cambio solo podía recordar su cara cada vez que cerrara los ojos, no podía engañar mis sentimientos después de todo soy una simple ser humana. Mis lágrimas cayeron y cayeron hasta el punto que no podía respirar correctamente.
Mi mano apretaba con fuerza la carta que ella había escrito donde no solo aceptaba la culpa de quedar callada, pero sobretodo de como a pesar de todo ella me quería hasta el punto de dejarme por solo evitar hacerme ese dañó. Hermana, al fin acabo termino esta carta en mis manos, pero aun así aunque me hayas explicado todo y tus razones, el dolor seguía conmigo.
¿Cómo diablos podría pelear almacenando este dolor en el pecho?. Pero de algo o otro modo debía hacerlo, quiero que Mikey no haga una estupidez y mucho menos quiero que el futuro dónde vengo se haga realidad.
Tuve que ocultar el collar con mi ropa para que él no lo viera en la hora del desayuno, el se comportaba tan normal y tratando de ser el mejor padre para mis hermanos pero sobretodo tratar de hacer un borrón y cuenta nueva para mí, si supieras que ya lo sé todo....
Si no fuera esto el detonante con lo que causaba mi abandonó hacia a todos, te juraría que esto se volvería un campo de guerra entre nosotros pero solo por esta vez, dejaré las cosas pasar. Incluso ni siquiera cruce palabras con él, es extraño pero a pesar de estar con todos ellos el dolor de tu perdida seguía en mí, creo que al final ver morir a las personas que quiero está causando que el escudo que por tanto tiempo estuvo en mi corazón comenzará a cuartear se lentamente.
La muerte de Hina, Naoto y mamá.... Dolieron demasiado, pero la muerte de ella y el simple hecho de saber que no puedo cambiar su destino me quema, no pude estar en sus últimos momentos y mucho decirle lo cuánto que la quería... Pero se que está herida se cerrará con el pasó.
Era la primera vez teniendo estás vendas en mis manos, los seguros de la puertas fueron puestos para evitar que alguien entrara al cuarto y me viera lo que estaba apunto de hacer. Tome un trago de aire para sin más comenzar a enrollar encima de mis pechos aquella tela blanca que poco a poco los sujetaba.
La incomodidad llegó rápido a mí, debía aguantar más, en unas horas me habré acostumbrado a esta cosa alrededor mío. Busque entre mis cosas un pantalón asemejante a la de la ToMan pero ni uno era igual, pero gracias a dios logré encontrar uno... No es exactamente es mío pero si de papá.
Aunque me quedara largo, con aguja e hilo logré arreglarlo y hacerlo a mi medida. Con la camisa blanca, el pecho plano, los pantalones... Si podía hacerme pasar por chico, pero el único problema es mi cara con rasgos femeninos.
