Capitulo 2

61 12 33
                                    

Una semana a transcurrido desde la ultima vez vi la tumba de Jimin, una semana en la que me hundí en una rutina frustrante, hasta llegar al viernes donde te contaba tadas mis estupideces, las cosas monotomas de mi vida...

O simplemente me sentaba en tu tumba y tocaba la guitarra, aveces solo estaba frente a ti en silencio, pero siempre dejaba una rosa blanca en tu lápida sin falta...

No sabia que esta vez seria diferente, quien imaginaria que lo conocería en un cementerio, aveces creo que tu conspiraste para que lo conociera...

Esa fue la ultima vez que llore por ti. Cuando salí de mi trabajo fui directo hacia ti, cuando llegue para mi sorpresa había un funeral a muy poca distancia de tu lápida.

Yo seguí con mi rutina, llore tu perdida nuevamente y seque mis lagrimas con la manga de mi suéter...

—Park Jimin... Recuerdas la ultima llamada que me hiciste, me dijiste que me querías entre llantos me hiciste prometer que cuidaría de tu amada, dejaste tres cartas una para mí, otra para Taeyon y la ultima para tu madre, Dos de ellas ya has sido habiertas y leídas al pie de la letra, pero la Mía...., yo no he sido capaz de leerla, soy la única estúpida que a venido a dejar flores en tu tumba, me dijiste que siempre te dejara una rosa blanca, las odiabas, odiabas no ser puro e inocente, odias lo que representara, dijiste que las llevara aun asi, por que cuando el aire hiciera falta en tus pulmones, los latidos se hayan extinguido y estés dos metros bajo tierra, por fin serias un alma digna de recibir la pureza de aquellas flores....Y yo decidí cumplir ese deseo tuyo, pero se qué quisieras que lo cumpliera alguien mas...— sin darme cuenta las lagrimas en mis mejillas se fundian con la lluvia qué ahora caía del cielo.

Mis ojos cafes claros se encontraban apagados y sin brillo, por que era la unica persona a la cual podia aferrarme, y ahora ya no estas, las gotas de lluvia hacían un recorrido por mi piel clara lamiendo toda mi ser.

Los arrepentimientos no se van y ahora tu das vueltas en mi cabeza csusando estragos...

La ultima vez que vi tus oscuros ojos, era el mismo día en que decidiste acabar con tu vida, me llamaste a mi como tu ultima opción, solo yo conteste, si me hubieras llamado primero yo hubiera ido corriendo sin importar la distancia, pero lo hiciste cuando la sangre ya frotaba de tus venas.

Recuerdo a ver corrido lo mas rápido posible hacia tu apartamento, pero cuando entre, ya era muy tarde, lo intente, corrí, llore, y busque la manera de salvarte pero terminaste envolviendome en tus brazos con tu cuerpo perdiendo su vida...

Y lo dije, lo que debí decirte....

—Te amo park Jimin, no me dejes te necesito mi rayo de luz.— tus ojos solo acumularon mas lagrimas y me diste una tu ultima mirada, una que me  desgarro el alma, como si te arrepintieras de tu decision de irte, por qué eras hermosamente amado por alguien y no lo sabias.
Diste un ultimo suspiro y por fin pudiste descansar, aunque se que yo era una razón para quedarte, era muy tarde para que te aferrarse a la vida.

Esos recuerdos que me han atormentado hasta el día de hoy me hicieron llorar esa tarde de viernes en enero...

Y como si fuera obra del destino... Mi mirada cruzo con el, la persona que en un futuro se volveria mi mayor soporte y debilidad.

Poseía un traje completamente negro y una mirada de lamentos.

Sus ojos mojados en lagrimas me miraban con un brillo, su mirada llena de curiosidad me inspeccionaba de pies a cabeza, y yo simplemente le sonreí cosa que lo dejo perplejo. Y sin mas deje una rosa blanca y me retire de ese lugar lleno de desgracia.









Gracias por leer

Llanto de lluvíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora