Capitulo 9

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El se miraba tan hermoso con aquella ligera sonrisa en su rostro...

¿Qué rayos hacia aquí?

Esto ya no me parece una casualidad, pareció precatarse de mi confusión pero simplemente la ignoro, ese chico definitivamente era raro.

-Estas empapada.- hablo por fin el chico a mi lado rompiendo toda clase de silencio, quito su largo abrigo y lo puso sobre mi cuerpo, yo aun lo miraba embobada con millones de preguntas en mi cabeza, me aferre aquel abrigo, y vi al guapo muchacho, parecia estar concentrado viendo la lapida frente a el, tal vez las dudas tambien inundaban su cabeza y la curiosidad picaba en su pecho.
No preguntaria nada, realmente no tenia ganas de hablar con el, estaba demasiado sorprendida por su presencia. El miro pensando en que decir, tal vez, y observo alrededor, perecia un niño perdido.

-Debiste traer una sombrilla.- pude apreciar nuevamente esa preciosa voz grave, la cual me facino desde el primer instante en que se colo por mis oídos, yo simplemente me mantenia en silencio no sabia como reaccionar.

-Lo perdí en el camino.- respondí con simpleza, casi sonando aun susurro, mis mejillas de seguro estaban coloreadas de un rojo intenso.
Nos quedamos en silencio algunos minutos hasta que yo decidí dejar la rosa blanca en tu lápida, el observo con atención como mi mano dejaba con mucho cuidado aquella flor, y en cuanto la deje el rapidamente tomo mi mano apartandola de la abrazadora lluvia y envolviendola con la suya...

Mire nuestras manos enlazadas, lo mire interrogante en busca de respuestas y el simplemente dijo:

-Te estabas mojando.- sus preciosa voz parecia una hermosa sinfonia echa especialmente para acelerar mi corazón, lo observe por unos segundos mas y el aparto la mirada con un ligero sonrojo.

-Te acompañare a casa no quiero que te resfries en el camino.- el avanzo unos pasos conmigo arrastrandome tras el, pero yo lo detuve, su alta silueta se giro a mi dirección y me miro interrogante.

-No te conozco... Como podria confiar e ti.- el me sonrío, una de esas sonrisas que derriten tu sensible corazón, se acerco un poco mas a mi, sentia la calidez abrasadora que desprendia su cuerpo con tan solo acercarse.

-Te empaparas si no vas conmigo, no tienes por que dudar no te hare nada que no quieras.- sus palabras sonaron sinceras y aun con mi desconfianza acepte su respuesta por alguna razón decidí culpar a la lluvia por ello...
Asentí, y con una sonrisa en su rostro  prosegio a arrastrarme a la salida del cementerio, note que aun su calida mano tomaba la mía y mi corazon brinco de emoción, noto como miraba atentamente nuestras manos enlazadas y apretó el agarré, todos sabemos que fue aproposito...

Estábamos inundados en silencio mientras caminábamos, solo la lluvia contra el piso era la musica de fondo, pero podia apostar que la sinfonía de su voz superaba por mucho el sonido de la lluvia, así que le hice una pregunta estúpida para escucharla nuevamente...

-¿Cómo te llamas?.- sabia la respuesta desde el día que lo vi en aquella tienda, su mirada nuevamente estaba sobre mí, dejando el camino que seguia de lado, nos detuvo solo para responderme.

-Kim Taehyung, y tu?.- Me respondió con una de sus hermosas sonrisa, apenas llevaba poco de conocerlo pero aseguraba que ninguna sonrisa era como la suya.

-Lee Aster.- Le dije cortante, pero no me culpes estaba muy nerviosa, seguimos caminando hasta topar con el edificio de mi apartamento, y ahí caí en cuenta...
¿El sabía dónde vivía?

Y eso confirmaba mi teoría, si me habia seguido anteriormente, lo vi con mi ceño fruncido y parecia no captar lo que intentaba insinuar, observo alrededor de lugar buscando respuestas con el ceño levemente fruncido... hasta que cayó en cuenta de que el era el que me habia guíado hasta aquí.

Pareció no querer hablarme de eso y yo simplemente le sonreí con burla...

-Me tengo que ir, es mejor que entres.- yo le agradecí en silencio, y entre hacia los edificios y mientras subía a mi departamento, mire por una de las ventanas del edificio como la silueta de aquel muchacho desaparecía...












Gracias por leer.

Llanto de lluvíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora