Capitulo 3

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No hay medidas para lo estupida que puedo llegar a ser... Cuando llegue empapada de lluvia el anterior viernes, una horrible fiebre yacía en mi cuerpo, recordé los ojos brillantes de aquel muchacho, aun poseian el brillo que yo perdí hace mucho tiempo con tu partida...

Por que te digo todo esto, tal vez por que siempre e querido tenerlo devuelta o solo me sienta demasiado decepcionada de mi misma por aferraeme tanto a ti.

Nadie se atreve a dejar rosas blancas en su tumba, su manera de superarte siempre fue diferente a la Mía, yo voy a tu tumba cada viernes a recordarme a mi misma que te has ido y decansas dos metros bajo tierra.

Por que recuerdo como los premeros meses podia oir tu voz tomándome promesas vacías...

-Cuida a Taeyon por mi.- y en ese momento me pregunte entre cunfusion y llanto...
¿Por qué me habías dado esa tarea a mi?

Era una respuesta facil y confusa, por que me amabas, nuestra conexion siempre fue extraña, no lo hacias de la misma manera que a tu novia, era como mi alma gemela, pero yo estaba demasiado perdida en tu sonrisa para notar lo mucho que estaba llegando a obsecionarme.

Aun así estoy al pendiente de La persona que amaste hasta tu muerte y te cuento sobre ella.

Por que ya no tengo tan claro lo que en realidad siento o mas bien sentí por ti, solo recuerdo tu bella sonrisa sacandome del abismo de la soledad y volviendome a hundir de vuelta...

Y como cada viernes a pesar de las intensas pulsaciones en mi cabeza y el clima frío, salí de mi departamento hacia tu tumba para dejar una rosa blanca como era costumbre.

Y otra vez ahí estaba yo en completo silencio frente a ti, hoy no habia nada que quisiera decirte o contarte, así que solo observaba tu nombre escrito en esa lapida como si fuera lo mas interesante del mundo.

Suspire con cansancio, cuanto tiempo estaria atrapada en este bucle sin fin, y no te lo tomes personal me encanta venir a visitarte de alguna manera se convertido en mi manera de desahogarme, pero me siento tan patética frente a ti, lo único que puedo contarte son recuerdos del pasado, nada nuevo pasa por mi cabeza cuando vengo aquí...

Es como si apenas ayer te hubiera ido, aun sigues haciendome falta.

Hoy había salido el sol aunque el frío aun seguía, lo rayos del sol ya estaban calando mis ojos claros, haciendome cerrarlo involuntariamente.

Cuando los volví abrir ahí estaba el, su cabello negro y rizado brillando por el sol al igual que su piel tersa un poco morena, me recordó a tu novia tiene un gran parecido, estaba segura de que era el mismo chico de la semana pasada.

Su vista estaba posada en mi direccion, me miraba fijamente, buscaba algun tipo de señal aun que no se de qué...

Solo estabamos ahí mirandono en silencio, pude ver que en su mano habia un ramo de flores que desconozco su tipo , nunca fui de amar las flores y saber sobre ellas, parecia un chico curioso...

Tal vez estaba buscando el brillo extinto en mis ojos, si era eso no lo encontraria.

No fue sorpresa que me sonriera, una sonrisa muy calida y peculiar, yo igual le devolví la sonrisa era imposible no hacerlo, y aunque era hora de retirarme no podia apartar la mirada de sus oscuros y brillantes ojos.

Por que en medio de la oscuridad de aquellos ojos se apreciaba un destello de luz, envidiaba tanto esa luz.

Cuando por fin logre apartar la mirada de aquel muchacho peculiar, tome una rosa blanca y la deje en tu lápida como siempre lo hacia.

Y termine por alguna razon dispuesta a macharme con su mirada sobre mi, fingire no saber de quien es, aunque...somos los unicos aquí.














Gracias por leer.

Llanto de lluvíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora