Furia de los emperadores

Capítulo 25: Uzumaki

Furia de los emperadores

Capítulo 25: Uzumaki

Los días habían pasado en su totalidad, y debido a todo el estrés físico y mental que sufrió el emperador el viaje se retrasó por dos días, para muchos puede ser poca cosa, no obstante, en el caso de los emperadores era algo que no se podían permitir, pues el tiempo poco a poco se reducía constantemente, y con ello el límite que Hagoromo les dio para llegar a Uzushiogakure no Sato, el lugar donde se establecerían los emperadores para gobernar. A pesar de sonar descabellado y de parecer habladurías, el esfuerzo mutuo demostraba que realmente habría una gran revolución en el continente elemental, sin embargo, todo eso se vería después, al momento solo importaba una pregunta... ¿Dónde estamos?...

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Grandes hongos, una gran variedad de plantas y, una absurda cantidad de bambú, en parte eso caracterizaba a Kusa no Kuni (o País de la hierba), hogar de Kusagakure, el siguiente destino del grupo de viajeros, aproximadamente quedaba un día de viaje antes de llegar a la aldea, y como siempre, solamente estarían una semana en el lugar, el tiempo era valioso y el lugar era el mejor para encontrar variedad de plantas exóticas, muchas de estas permitían la creación de antídotos y venenos, y podían ser cultivados en otros lugares con las adecuadas condiciones, esta era una razón más para elegir Uzushiogakure como hogar, su gran variedad de lugares permitiría el correcto cultivo de variadas plantas, una ventaja para el grupo de viajeros, y hablando de estos, cada uno se había sumergido en sus entrenamientos.

El Yonbi Jinchūriki recuperaba el tiempo perdido con su familia, gracias a los emperadores que le habían enseñado el manejo del chakra a los infantes, estos podían aprender nuevas técnicas y, finalmente el uso de armas, siendo ahora Rōshi uno de sus mentores, junto a Yagura, quien ahora empezaba su entrenamiento con el Fūton, siendo asesorado por Isobu... el Hyōton lo obtendría con todo su esfuerzo...

Kurotsuchi, junto a Kankurō habían empezado a entrenar juntos, el tiempo que había pasado los iba acercando poco a poco, desde la primera noche, donde la azabache temblaba por la dura experiencia vivida a causa de los AMBUS y el titiritero la consoló. A pesar de ser poco tiempo, ambos se llevaban realmente bien, y disfrutaban pasar demasiado tiempo juntos, no solamente conociéndose, si no también entrenando juntos, entre ellos se apoyaban mejorando cada una de sus técnicas, manipular objetos con hilos de chakra se volvió parte del arsenal de la azabache, mientras que el marionetista entrenaba el uso de Suiton para evitar quemaduras en sus marionetas... poco a poco se volvían un gran dúo...

Al momento, tanto la castaña como el pelirrojo pasaron mucho tiempo juntos, Kusa era el lugar ideal para encontrar material para fabricar dardos venenosos, el uso de dardos se volvió el sello de Matsuri, por lo cual empezó a idear armas que empleasen estos, entre ellos un lanza dardos, entre diseño y diseño la castaña dibujaba a su mapachito y ella en situaciones románticas, algo que el pelirrojo poco a poco se empeñaba en cumplir, un paso pequeño, pero firme había sido la decisión de dormir juntos, compartiendo al osito de Gaara en medio de la noche, y poco a poco la castaña entraba en el corazón del Ichibi Jinchūriki... en medio de los conflictos siempre hay tiempo para el amor...

La ojiperla había cambiado drásticamente su entrenamiento, después de ver a su amado siendo muy vulnerable decidió esforzarse más para ayudarlo, el recordar las muertes de las perras que tocaron a su rubio le dieron sinfín de ideas para entrenar, y puntos que mejorar, su Ninjutsu médico lo empezaba a mejorar, y gracias al Byakugan podía sanar con mayor precisión. Las nuevas actitudes que ganó en el Santuario de lava la desconcertaban y confundían mucho, llorando en noches, buscando solución a sus pensamientos desordenados, esas eran las muestras de su desesperación, cosa que el rubio poco a poco se encargaba de solucionar, nunca se separó de ella en este tiempo, y en ningún momento la dejó de consentir, para ella, el amargo recuerdo de ver a su novio llorar por impotencia poco a poco iba desapareciendo con la cálida sonrisa que siempre alumbraba sus días... ella haría todo lo posible por proteger a su amado...