Verdades

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Le debía una enorme disculpa a Win, sí, se alteró tanto que no pudo evitar golpearlo en la cara, y no, no pudo quedarse a ayudarlo porque tenía que ir a casa, a buscar a sus hijos y sobre todo a buscar a la madre de estos.
Incluso empujó a un par de abuelitos mientras corría de regreso a casa, esta vez no sería cobarde, no estaba dispuesto a perder ni a sus hijos ni a su mejor amigo.
¡Al diablo, Carolina! Realmente la rubia era desesperante y odiaba a sus hijos, ni loco se metería con una tipa así, pero había estado tan cegado, había sido tan idiota que nunca se animó a ver al chico que siempre había caminado a su lado.
Le había herido una y otra vez sin detenerse a pensar en todo lo que estaba haciendo, solo había jugado a corresponderle para que se quedara con él, Gulf tenía razón, él no habría dicho que lo amaba sino se hubiera sentido amenazado con la idea de que el castaño se fuera e hiciera su vida con otra persona.
Y sí, había notado los parecidos de sus hijos con el castaño, pero no les había dado importancia, realmente nunca le dio la importancia que merecía al castaño.
Si Gulf le dejaba su vida se iría a la mierda pero lo dejaría marcharse porque si él era feliz entonces los dos lo eran...

"Sí, cometí un grave error. Te confíe a mi mejor amigo cuando es obvio que no lo mereces"

Win tenía razón, no lo merecía, no estaba al nivel del castaño y rompía todo lo que tocaba, por eso siempre había sentido miedo de enamorarse de Gulf, porque estaba seguro de que si lo hacía el chico acabaría odiándole.
Ni siquiera se molestó en sacar su llave, rompió la cerradura y subió corriendo al cuarto de Gulf, el castaño estaba ahí observando el extraño cuadro de su habitación, algunas lágrimas rodaban por su mejilla.
Mew volvió a sentir miedo, podía arruinar una buena amistad y sobretodo podía perderlo a él, eso acabaría con él por completo.

~•~

Gulf volteó a mirarle confundido pero Mew no le devolvió la mirada, sacó el cuadro de donde estaba y sacó la llave que abría esa puerta oculta, el castaño fue el primero en entrar, parecía que iba a desmayarse en cualquier momento, subió las escaleras con el corazón en la mano, si Dome no estaba ahí significaba que había arruinado todo, que había acabado con la familia de Mew y con todo lo que había jurado proteger, se detuvo para tomar la mano del moreno, necesitaba algo de apoyo moral.

— ¿Y Carolina?— necesitaba preguntar, necesitaba estar seguro de que todo fuese correcto—

— Estoy con quien amo ahora, Gulf—

Gulf escondió su rostro en los brazos de Mew mientras el moreno empujaba suavemente la puerta de entrada del pequeño estudio, el castaño se calmó y paseó su mirada por el lugar, no estaba, Dome no estaba ahí, ni lo estaría.

— Lo arruine, Mew— sollozo el chico— Lo siento tanto

— ¿Qué aduinaste, mami?—

El pequeño Dome corrió donde su madre y se colgó de ella, Gulf lo alzó como si fuera un reflejo, como si su cuerpo estuviera programado para hacerlo, como si su única razón de existir fuera para proteger a los niños.

— Aish, mocoso— escuchó la vocecita de alguien detrás de ellos— Te dije que lo sujetaras, Flukiiiiii 

— Me mordió, Phi— sollozo el menor— Lo siento

Gulf giró lentamente sin creer lo que pasaba, Mew le sujetó por la cintura para que no perdiera el equilibrio, los niños se miraron entre ellos y sonrieron, mitad culpables mitad complacidos.

— Copito...— murmuró llorando con más fuerza— Ohm...

Ohm corrió donde su madre y se lanzó a abrazarle como un pequeño koala, el pequeño Fluke se acercó lentamente y levantó sus bracitos hacia su padre, Mew sonrió y lo cargó para luego fundirse en un abrazo conjunto.
Lo comprendió, no tenía que buscar a nadie más, no existía otra madre para sus hijos, todo el tiempo había sido Gulf, Gulfy y sus hijos, Gulf cuidando de él, Gulfy amándolo...
Todo el tiempo siempre había sido Gulf.

¡Mew eres un idiota! Finalizada....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora