-Continuación de Cap. Versión-
El alcohol emboto sus sentidos, podía escuchar personas murmurando por su comportamiento, no era extraño que la gente viniera a llorar a ese lugar, ya era una costumbre, sin embargo verlo a él, el compositor y productor Mew Suppasit llorando borracho en ese lugar era todo un espectáculo.
Se acercó lentamente a la baranda que lo separaba de las inquietas olas y observó el mar, el agua debía de estar helada... como ese día...
¿Podía hacerlo? ¿Podía unirse a Gulf Suppasit Kanawut en el más allá? ¿Quién cuidaría de sus niños? Win se encargaría, él los criaría como suyos, no tenía de que preocuparse.
Si caía tenía que dejarse hundir, las olas le haría golpear contra el muelle y perdería el conocimiento, solo debía ser valiente para tirarse, tomó otro trago y se colocó del otro lado de la baranda, no tenía nada que perder...— ¿Que estás haciendo, Mew Suppasit?—
Mew levantó la vista para encontrarse con un castaño familiar, llevaba la bufanda rosa en el cuello y un saco impermeable bastante curioso.
— ¿Win?—
El castaño río bajito y se aseguró a tirar de la mano de Mew hasta llevarlo a una banca, recostó su cabeza en el hombro del moreno y soltó un suspiro, sus manos se entrelazaron mientras el viento cada vez más frío soplaba sobre ambos.
— Pensé que estarías más contento de verme— murmuró soltando una pequeña risita— Los niños me han dicho que te estás portando como un idiota...
— ¿Alguna vez no me he comportado así?—ambos se sonrieron para luego observar el mar—
— Esa es una excelente pregunta— se mofo el castaño escondiendo su sonrisa en su chalina— pero podrías intentarlo, al menos por los niños...
— ¿Crees que él me perdone alguna vez?—
Mew le miró esperanzado, sus ojos aún llorosos conmovieron a su acompañante quien solo sonrió algo sonrojado, colocó sus brazos alrededor del chico de rosado y calentó sus mejillas.
— No fue tu culpa— contestó el chico resoplando— Los accidentes pasan
— Le amaba— replicó limpiando sus lágrimas— Y él nunca lo supo
— Claro que sí— murmuró con una sonrisa tierna— Yo lo sé
— Tú no eres él— suspiró intranquilo— Nadie será él, le extraño
Sus miradas se encontraron mientras sonreían con pena, Mew sintió el nudo en su garganta formándose, verlo a él le recordaba tanto a su amado esposo, todo era tan confuso, tan triste.
— Sé que no soy él— una mueca triste se extendió por su rostro— Pero eso no significa que no sepa sus sentimientos...
— ¿Por qué tu sí y él no?— sollozo abrazándolo con fuerza— No es justo
— No pienses mucho en ello, deberías volver a casa con los niños—
Asintió, no porque estuviese de acuerdo sino porque se lo debía a la memoria de su esposo, no podía ser cobarde dos veces, sin embargo no se apartó ni un milímetro del castaño, le gustaba sentir su respiración pausada y ver otra vez su mirada cálida. Tan parecidos y tan distintos a la vez.
— ¿Puedes perdonarme?—
Los rostros del castaño se llenaron de lágrimas mientras asentía, sus miradas se cruzaron momentáneamente, el chico revisó su reloj y suspiró.
— Debes comprarle a Ohm un kumamon nuevo— murmuró limpiando sus lágrimas— Y no olvides alimentar bien a mi Fluki, debe crecer un poco...a Gun le gusta el chocolate caliente, trata de que Pavel entienda que Gun no es una niña y Dome... Dome no te dará problemas...
— ¿Me perdonas?— la pregunta volvió a repetirse— Por favor...
— No soy la persona correcta, Mew— suspiró jugando con sus dedos— ¿Aún lo amas?
— Nunca dejé de hacerlo— murmuró observando el mar— Ni por un segundo
— Entonces deberías por los niños...— contestó con una bonita sonrisa— Ámalos a ellos también
— Los amo...—
— Pero ellos no lo saben— murmuró con una mueca de tristeza— No cometas el mismo error dos veces, no creo que se pueda arreglar esta vez
— ¿Me acompañas a ir por ellos?—
Negó varias veces sintiendo su corazón encogerse ligeramente, Mew debía empezar a arreglar sus errores por sí mismo, se puso de pie y acomodó su ropa con una sonrisa cansada, tenía que volver a casa, su familia le esperaba.
— No puedo...—
— ¿Tienes que irte?— sujetó su mano sollozando— Quédate por favor, no me dejes
— Anda a casa Menwi...— el castaño besó su mejilla— Los niños te esperan...
— ¿Y tú?—
Una sonrisa nerviosa se extendió por el rostro del visitante, sus manos acariciaron las mejillas de Mew, tratando de hacerle sonreír, soltó lentamente el agarre de sus manos y las alejó de su cuerpo con media sonrisa.
— Iré a casa también—
— ¿Estarás bien?—
— Estaré a tu lado— una risita salió de sus labios— Estaré más que bien
— Promete que te cuidarás
— Lo haré Mew— murmuró mientras se alejaba— Regresa a casa, te están esperando
— Gulf...— el chico se detuvo con una sonrisa brillante— Te amo...
— Y yo a ti, Mew—
Le siguió con la mirada hasta que lo vio esconderse dentro de algún lugar y luego desaparecer, soltó un largo suspiro y limpió su rostro con frustración, le hubiese gustado detener a ese Gulf, pero sabía que no era el suyo, no sería lo mismo, se puso de pie y emprendió el camino a casa, necesitaba asearse e ir por sus hijos.
Su casa lucía extraña, un olor a chocolate caliente inundó sus fosas nasales, su estómago dio un brinco y cuando estuvo a punto de preguntar vio un rostro conocido en la cocina, se acercó y se sentó frente a esa persona.
— ¿Cuándo pensabas llegar, amor?— le reclamó Gulf haciendo un puchero— ¿No te acordaste del cumpleaños de Sehunnie?
— ¿Sehun?— su esposo resopló mostrándole al pequeño niño casi rubio que dormía en sus brazos— El Phi favorito de nuestro bebé Hannie
Mew retrocedió confundido hasta encontrarse con la mirada sonriente de Ohm, su pequeño copito se sentó en sus piernas tarareando una canción.
— No lo entiendo...— murmuró sintiendo las lágrimas llenar sus ojos— Tú...
— Todo está bien, papi— contestó Ohm en un susurro— Mami ha vuelto a casa, mami no nos dejó...
La sonrisa enigmática de Ohm reapareció como aquella primera vez que lo vio en su puerta, Gulf se acercó para besar sus labios y Mew comprendió que no debía desaprovechar su segunda oportunidad...
FIN
GRACIAS: 3
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¡Mew eres un idiota! Finalizada....
RomansaMew lleva una vida tranquila, va a una buena universidad, es buen estudiante y siempre pasa buenos momentos con su mejor amigo Gulf Kanawut. Sin embargo, cuando cinco niños aparecen en su casa llamado "papá" las cosas se descontrolan y su apacible...