Capítulo 2: ¿Confiar o no?

1.8K 133 44
                                    

Agosto, 2018.

Alex.

Los pies me están matando.

Joder, los turnos en esta cafetería son bastante largos, pero no puedo cerrar antes.

Nadie me diría nada, posiblemente ni lo notarían. Es más por respeto que por otra cosa.

Aunque también me conviene a mí, es decir, yo también vivo de aquí. Quizá no debería ser responsable de todo, pero debo ayudar si dependo económicamente hablando de lo muchos o pocos clientes que vengan.

Después de todo, es muy probable que todo esto sea mío en un futuro.

—El sueño de mi vida.—mascullo con ironía en voz baja, haciendo que Adam me vea con extrañeza y niego, restándole importancia.

Adam es el cocinero de una de las cafeterías de mi papá, entró a trabajar hace un tiempo, aunque lo hizo con una mentira, pues dijo que ya había sido contratado y que venía a trabajar.

Obviamente, al yo ser la única persona aquí que puede contratar, me di cuenta de que era una gran mentira, pero necesitaba la ayuda por lo menos ese día y lo dejé quedarse.

Y ahora es mi novio.

Solo tonteábamos hasta que le dije que hace unos meses me había dado un pequeño beso con alguien —Toby—.

Chloe decía que no era del todo necesario decírselo, pues básicamente no éramos nada, pero yo sentía que era incorrecto ocultárselo. Aunque sé que él veía a otras chicas en ese tiempo.

 Supongo que eso activo su modo celoso posesivo o yo que sé, porque me pidió que fuera su novia después de una semana.

Semana en la que ni siquiera me dirigió la palabra, pero ahora ya somos algo formal.

Suspiro, tomando la orden que corresponde y llevándola a mi mesa.

De nuevo he pensado en Toby.

A ver, tengo un novio guapo que quiero. Pero frecuentemente pienso en mi psicólogo que resultó ser un gigoló.

No en una manera platónica o algo, más bien me preocupa.

—¿Les puedo ofrecer algo más?—pregunto al dejar la comida y niegan.

Decido que necesito sentarme aunque sea por cinco segundos, por lo que me dirijo a los vestidores, donde Chloe todavía se está cambiando.

—Ya acabe de leer tu novela.—afirma atandose el cabello en una coleta.

—¿Y? ¿Lloraste?—pregunto emocionada.

Chloe me mira por unos segundos soltando una ruidosa carcajada.

Ella casi nunca ríe, por lo que me autofelicito mentalmente por lograr eso.

Aunque me siento algo indignada.

—No, en realidad reí mucho con ese final.

—¡Pero es trágico!

—Trágica mi familia. Lo tuyo fue divertido, pero mejor no dejes la universidad.

Rio dejándome caer a su lado.

—Algo te pasa.—dice dándome un empujón con su hombro.

—¿Te refieres a algo además de lo de siempre? —bufo—. Se supone que esta es la edad en que ambas vivimos una loca vida de fiestas. Pero míranos, trabajando un viernes por la noche.

—Yo odio las fiestas.

—Igual no deberíamos estar viviendo todo lo que vivimos a los diecinueve años.

Reencuentros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora