Capítulo 26: Enfrentarla.

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Abril, 2019.

Liam.

Creo que es el momento idóneo, y cuando le pedí su consejo a Josh, me dio hasta ánimos para hacerlo.

Moore me ha dicho cada que se lo pregunto, las cosas en su casa han mejorado un poco. Al parecer su papá lo está intentando de verdad, aunque sí ha vuelto al llegar al punto de la inconsciencia dos veces. Ella me asegura que no es al grado que estaba el día que fue a mi casa en la madrugada.

A pesar de eso, me sigo sintiendo preocupado porque temo que le haga daño o la asuste.

Nos hemos besado algunas otras veces en las que siento que toco el cielo y muchos me he atrevido a iniciarlos yo, pero sigo sin saber que somos y con miedo a preguntárselo. 

Si ella quisiera, yo encantado de ser su novio.

Pero no sé como pedírselo.

Aún no me he animado a llamar a la psicóloga. Moore me contó que fue decisión de ella afiliar a los trabajadores también a este servicio porque piensa que en realidad todas las personas necesitan terapia de vez en cuando. 

Sé que debo y quiero dar ese paso. Sin embargo, es difícil para mí poder realmente a hacerlo.

Me he aferrado tanto a mis miedos y fantasmas que temo como será mi vida sin ellos. Especialmente, temo que nunca logre superarlos ni siquiera con terapia.

Además, ¿Y si la psicóloga me juzga por mis decisiones y acciones?

Me siento como un cobarde, o tal vez simplemente aún no es el momento.

Salgo de mis pensamientos cuando Josh se despide de nosotros con un grito y seña de su mano. Me limpio el sudor de las manos en mi pantalón para animarme a decirle.

—Déjame a mí.—digo al verla bajar las cortinas.

Me apresuro a ayudarle, pues ella no es muy alta que digamos y hasta estaba de puntillas para alcanzar.

—Gracias. A veces me desespera bastante no alcanzar por mi cuenta.—sonríe.

Ella le pone los candados y finalmente quedamos frente a frente.

Lleno de aire mis pulmones para animarme.

—¿Qué vas a hacer mañana?

—¿Estudiar y trabajar? —sube y baja las cejas de manera coqueta— ¿Besarte quizás?

—¿Cómo que quizás? 

—De acuerdo, es un hecho, te voy a besar.

Rio sintiendo los nervios dejarme solo un poco. Hasta creo que estoy siendo algo ridículo.

—Me gustan tus planes, en especial porque coinciden con los míos.—respondo retirándole un mechón de cabello que caía sobre su rostro.

Mañana es martes, es decir que solo venimos un rato a limpiar y luego solo se queda Chloe por alguna razón mientras el resto nos vamos a nuestras casas.

—¿Por qué me preguntas sobre mis planes?

—Tengo dos boletos para una película. 

—Diviértete.—asiente.

—Y después hay dos cupos disponibles para una clase de cerámica, ya los aparte.

—Que también se divierta tu acompañante.

La conozco, quiere que sea más directo. Además, hasta le están temblando los labios para no reírse.

Sonrío enderezándome para darle lo que quiere.

Reencuentros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora