Alex.
Hoy es el día del desfile.
Después tendré dos semanas de vacaciones en la universidad que aprovecharé al máximo para empezar el siguiente cuatrimestre con más ganas.
Aunque estoy orgullosa de mi misma, de nuevo fui la primera de la clase. No es que las calificaciones sean lo que importa en la vida real, pero sé que es porque me las he ganado.
Me miro a mi misma, con una sonrisa, en el espejo cuando acabo de arreglarme.
Decidí peinarme y maquillarme yo sola porque no creo que Maddie tenga tiempo para mi también. Yo tengo que pasar a presentar mi colección al inicio y al final, así que debo estar presentable aunque no necesariamente muy formal.
No le dije a Liam porque sabía que diría que me estaba estresando, pero la cosa es que cuando no tengo una fecha límite, cocer me gusta y relaja. Así que yo diseñe e hice lo que llevo puesto hoy.
Traigo puesto un traje bastante femenino en mi opinión. El pantalón y blazer son color beige, aunque con botones marrón oscuro. Decido dejar el blazer sin abrochar para que se vea el top negro, que tiene un escote bueno, pero no descarado. Además traigo unas zapatillas abiertas bastante altas aunque siempre he adorado usar esta clase de zapatos.
A pesar de que me maquillo bastante seguido, hoy es algo mucho más pronunciado, con sombras un poco oscuras. También me ondulé un poco el cabello, que ya me llega a la mitad de la espalda.
Me gusta como me veo, creo que los accesorios que agregue me hacen ver como quería, formal y a la vez juvenil.
Salgo de mi habitación con mi bolsa llena de agujas, hilos y alfileres por si necesito arreglar algo en el último momento. Al llegar al piso de abajo me duele ver a mi papá dormido en la sala.
Al menos ha cumplido mis indicaciones. Ya no limpió esta casa yo.
Tampoco es que sea una floja que no hace nada de limpieza, pero más allá de lavar mi baño, habitación, ropa de ambos, y los trastes que yo ensucie, él hace el resto.
Sigue emborrachándose hasta la inconsciencia, no obstante, ahora al menos se encarga de barrer, trapear, sacudir, y limpiar su propio desastre.
Esperaba poder despedirme de él hoy y que me deseara suerte o una cosa como esas. En su lugar me acerco y dejo un beso en su frente mientras lo arropo con una manta.
—Vamos, paso a paso, ¿de acuerdo?—suspiro intentando ser positiva.
Puede resultar mucho para mi ser como el adulto responsable en esta casa porque se supone que en estos momentos de mi vida, él debería vigilarme para que no tome decisiones incorrectas o que alguien me lastime. No al revés.
Salgo directo a mi auto y pongo en mi teléfono la dirección de Liam porque no la recuerdo muy bien. Quedé de pasar por él y Maddie para que pudieran llegar a tiempo y que ella pueda llevar todas las cosas que necesitará.
El camino es demasiado corto, en realidad. Es sorprendente como a veces estás tan cerca de otras personas que en un futuro serán importantes para ti y ni siquiera lo notas.
Liam ahora es importante para mí.
Muy importante.
En verdad me gusta y aunque tengo miedo de volver a salir herida, quiero intentarlo.
Además, no es como que ahora planeara pasar toda mi vida soltera solo por lo que hizo el imbécil de Adam.
Al llegar a su casa, me bajo y toco el timbre al mismo tiempo que la casa de a lado se abre.
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Reencuentros.
RomanceLiam Wright es un chico que, por necesidades de la vida, ha tenido que prostituirse, convirtiéndose en gigoló. Alexandra Moore es una estudiante de modas que, tras enterarse de algo, se emborracha tanto que termina contratando a Liam. Aunque... ¿P...