Capítulo 16: No debería sentirse así.

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Alex.

Me despierto desconcertada al no saber donde me encuentro ni que está pasando. Cuando vuelvo a sentir un golpe en la cama en la que estoy, me incorporo para ver al suelo.

Donde Liam está moviéndose y llorando como loco.

¿Qué carajos?

Quito rápidamente la manta que me cubría y me hinco a su lado para comenzar a moverlo por el hombro.

—Liam, hey despierta, está todo bien.—intento sacudiéndolo.

Me toma todo un minuto despertarlo.

Odio cada segundo que eso dura porque evidentemente está sufriendo.

Al abrir los ojos, se incorpora y aparta rápidamente de mí al sentir mi tacto en su hombro, como si le doliera. Lo observo totalmente desconcertada mientras él regula su respiración.

—¿Qué ocurre? ¿Estás bien?

No me mira los a los ojos al responder.

—Sí. Solo un mal sueño —suspira limpiándose el sudor—. Vuelve a dormir.

—No, tú todavía no estás bien Liam. Puedes hablar conmigo.

Niega abrazánose las piernas con fuerza. La imagen de Liam de esta manera me parte el corazón.

Cuando intento acercarme para tomar su mano, no la aparta.

—Déjame ayudarte, ¿quieres?

—Moore, en verdad estoy bien y no necesito ayuda. Lo prometo.

Bajo la vista unos segundos, sintiendo mis ojos cristalizados solo para ver que se ha golpeado la rodilla con demasiada fuerza.

—Liam, estás sangrando.

—¿Qué...?

Voltea y ve la sangre saliendo de su rodilla. Supongo que se lo hizo al golpear la cama con tanta fuerza como para moverla.

—Al rato me curo, Moore —vuelva a suspirar—. Vuelve a dormir.

Ignorando su mirada de duda, me pongo de pie y salgo al pasillo. No sé donde se encuentra el baño para buscar algo con que curarlo. Además de que todo está oscuro.

—Si no me dices cuál es el baño, abriré todas las puertas hasta encontrarlo. Eso posiblemente despierte a uno de tus hermanos y creo que es difícil dormir a un niño pequeño.

—Está en el piso de abajo, es la única puerta.—expresa después de un silencio.

Me dirijo rápidamente al dónde me indica. Es un baño de buen tamaño, sintiéndome una total metiche, abro la puerta que está bajo el lavamanos. Siento alivio al encontrar un pequeño, pero útil botiquín.

Corro escaleras arriba... Lo que no es precisamente la mejor de mis ideas si se tiene en cuenta que es de noche y no hay ni una luz encendida.

Piso algo que parece tener ruedas al llegar al último escalón, intento sostenerme del barandal, pero no lo logro y termino cayendo de rodillas al suelo. 

—¡Carajo!—me quejo al sentir el dolor recorrerme.

Pise un cochecito que deduzco es de Caleb.

Al menos no se lo rompí.

Rápidamente, Liam sale de su habitación corriendo a mí, hincándose, lo que le saca una mueca de dolor.

—¿Estás bien? ¿Te pasó algo grave?

Me incorporo un poco para sentarme y poder ver claramente un raspón en mi rodilla del cual sale sangre. Traigo el vestido de la cafetería, por lo que el golpe fue más directo.

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