Capítulo 11

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Lleve mi mano derecha hasta mi pantalón comenzando a frotar sobre la tela, de alguna manera el más mínimo roce me excitaba cada vez más, me excité aún más cuando comencé a imaginar cosas.
Cerré mis ojos pensamos en Zoé, baje un poco mi pantalón junto a la ropa interior dejando salir mi erección. Mordí mi labio inferior cuando toque la punta de la que ya había comenzado a gotear un líquido transparente. Abracé el tronco de mi pene con mi mano derecha y estimulé un poco la punta dando círculos con mi dedo índice; comencé a subir y bajar mi mano en un vaivén lento y paciente mientras pensaba en ella.

Pensar en Zoé y en como sería si ella fuera la que me tocará, ¿Se sentiría bien? Suponía que si, para mí todo lo que ella haga estaría bien, solo quería que tocará mi pene, que fuera su mano en vez de la mía, poder besarla y tocar su cuerpo el cual anhelo hace mucho tiempo el cual solamente puede tocar en mi imaginación de la forma más lasciva que mi mente pueda imaginar, tanto que a veces pienso que me odiaría si subiera todo lo que mi mente ha hecho con su cuerpo virgen y hermoso.

Conforme pasaban los minutos comencé a mover más rápido mi mano, mi mente comenzó a revivir el recuerdo de hace un rato: ella sobre mi regazo, abrazándome del cuello mientras me acariciaba y me hablaba, luego el cómo dijo que quería meter su lengua en mí.

Inconscientemente, abrí un poco mi boca, deseando besarla, para luego soltar un suspiro y un gruñido.

¡Mierda...! —Mire mi mano con la respiración agitada, estaba manchada con mi esencia, la mire por unos segundo en medio de la oscuridad para luego apretar mi puño enojado conmigo mismo. —Esto no está bien... —Me dije a mí mismo, sentía que estaba deshonrando la casa de la familia que tanto me ha ayudado y no solo eso, siento que estoy profanando a la que será mi futura esposa sin estar casado aún. —Sí... Si supieras que hago esto desde hace años pensando únicamente en ti... ¿Me seguirás amando? -Lancé la pregunta al aire, sin esperar respuesta. —Temo... Que me odies si me vieras así.

Baje mi cabeza unos segundo para luego levantarme del suelo, acomode mis pantalones sin ensuciarlos con lo que tenía en mi mano.

—Mejor me voy a lavar más manos. —Dije deslizando la puerta para salir.

Caminé hasta el baño tomando un poco de agua para lavar mis manos y caminar de regreso a mi habitación, cuando estaba por llegar me encontré con Uzui el cual se acercó a mí y pasó su brazo sobre mis hombros.

—¡Hombre! ¿Por qué carajos te fuiste de la fiesta? Sí estaba bien buena. —Dijo inclinándose para mirarme.

—Estaba un poco cansado, ¿Ya terminó? —Pregunté tratando de cambiar de tema.

—Sí, no te imaginarás todos lo que sucedió después de que te fuiste. —Dijo comenzando a reír.

—¿Sucedió algo interesante después de que me fui?

—¡Oh! Más que eso, amigo mío, todos reímos, lloramos, peleamos. —Dijo en un tono cómico. —¡Ja! Solamente espera que te cuente lo que hizo Zoé. —Dijo haciendo que me sentara en el suelo con él para contarme sobre cómo terminó la fiesta mientras mirábamos las estrellas. —Bueno, Zoé después de que te fuiste comenzó a molestar a Iguro, ustedes tres se conocen desde hace años, eso no lo sabía, bueno, ese no es el tema. Sabes que ese no se iba a dejar por Zoé. Entonces comenzaron a molestarse mutuamente, no sé cómo llegaron al punto de comenzar a pelear por cuál mascota era mejor, si el cuervo de Zoé o la serpiente de Iguro, verás que quien ganó ese debate fui yo, no hay nada mejor que mis ratas ninjas. —Hizo una pausa para posar a la luz de la luna, lo que me hizo reír mucho.

Iguro miraba con enojo a Zoé, mientras está solo le tocaba la frente una y otra vez con su dedo índice repitiendo la misma frase:

¡Tonto bicolor! ¡Tonto bicolor! Decía forma burlona, en un momento los reflejos de Zoé fallaron haciendo que con el dedo que golpeaba a Iguro en la frente se desviara a su ojo hiriéndolo, lo que hizo que Obanai se quejara en silencio bajando la cabeza.

¡Yukijima, estás pidiendo a gritos que te dé muerte! Amenazo mientras se levantaba del suelo con el ojo derecho cerrado. Comenzó a abrirlo poco a poco mostrando lo rojo que se había puesto por la irritación.

Los dos comenzaron a pelear, al principio todo comenzó como una pelea verbal, dónde Mary solo jugaba e Iguro se irritaba sin ir a mayores, pero sin querer a Mary se le pasó la mano y golpeó el rostro de Iguro haciendo que está cayera al suelo y el vendaje de su rostro se aflojara un poco, esto fue lo que hizo que ambos comenzarán a golpearse de verdad. Tuvieron que intervenir Himejima y Uzui para separarlos.

Hijos míos, por favor guarden la calma y discúlpense. Es un cumpleaños, debemos mantener el orden en la casa Yukijima. Hablo el patrón para que se detuvieran.

¡Cállate! Tú no eres mi maldito padre, no tengo por qué escucharte. Dijo Zoé apretando su mandíbula con enojo.

La mirada de todos los presentes se posaron sobre ella de manera fulminante, a diferencia de la del patrón quien solo sonrió de manera amable. Gyomei la soltó y se paró firme frente a ella.

—Basta, por favor. Pidió el patrón de manera amable. No creemos más problemas.

—Yo... Quiero a mi papá... Susurro Zoé entre sollozos. Es mi cumpleaños... Pero él no está aquí... Quiero que vuelva y vea que Kyojuro y yo sí nos vamos a casar como él siempre quiso. Comenzó a llorar con intensidad. Lo que hizo que todos los de la sala sintieran lástima.

Todos bajaron la cabeza mientras fruncían el ceño, Zoé bajo su rostro mientras trataba de limpiar sus lágrimas la cuales no paraban de salir de sus ojos.

El patrón se acercó a ella rodeándola con sus brazos en un cálido abrazo, está por un momento se sorprendió.

Sé cuan doloroso es perder a una figura paterna a una edad tan temprana, jamás he tenido la intención de reemplazar algo tan importante como lo es tu padre para ti, no intento reemplazar el de nadie. Los veo como mis hijos porque velo por la salud y bienestar de todos ustedes y deseo que tengan vidas largas. Su voz era suave al momento de hablar que hacía que cualquiera se sintiera bien. Zoé, tú eres una chica excepcional, todos sabemos cuánto te esfuerzas por mejorar en todo, incluso en lo que ya eres buena. No siempre tienes que ser fuerte, llorar es algo que nos hace humanos, sentirnos mal, con ira, resentimiento y tristeza. -Acaricio su cabello. Ahora estás segura, puedes dejarlo salir mi niña.

Zoé rompió en llanto abrazando al patrón, verla llorar de esa manera hacía sentir mal a cualquiera y que el patrón la consolará logró que ella se desahogara hasta que no salió más lágrimas de sus ojos, quedándose dormida en los brazos del patrón.

—Entonces eso pasó... —Baje la cabeza. —Debí estar ahí para ella... Pero, en cambio, estaba aquí como si nada...

—No... Está bien que estuvieras aquí, de igual manera no hubieras podido hacer nada ¿Sabes? —Hablo Uzui. —Ella está bien, necesitaba desahogarse y lo hizo, ahora está dormida, será mejor no decirle nada de esto mañana, conociendo a Zoé se sentirá avergonzada.

Asentí. Nos quedamos en silencio por unos minutos, hasta que Uzui se levantó para irse.

—Bueno, creo que debo ir a dormir con mis esposas. —Dijo estirándose. —Buenas noches.

—Buenas noches. —Me despedí.

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