Capítulo 1

4.6K 271 292
                                    

Kyojuro y yo nos hemos hecho muy buenos amigos, hemos entrenado con mi hermano, y también de vez en cuando con mi padre y con el suyo cuando vamos a su finca. Pero de alguna manera nuestros padres se emocionaban cuando Kyojuro y yo interactuamos o hacíamos algo juntos. Lo supe justo después, cuando un año después mi padre lo confesó todo.

-Por eso es que quiero que Kyojuro tome la mano de mi hija al cumplir los diecisiete. -Nos explicó padre a Kyojuro y a mí.

-¡Con gusto lo haría Yukijima! -Hablo Kyojuro con un rostro serio. -Pero solo si Zoé lo desea, no sería capaz de obligarla hacer algo como casarse conmigo, y espero que usted y mi padre respeten eso. -Miro fijamente a mi padre sentado a mi lado.

Mi padre me miró, con una sonrisa y volvió a verlo.

-Claro soy consiente de eso, por eso decidí que podrías tomarla al cumplir diecisiete, ella decidirá que camino tomar sin mi intervención o la de alguien de las familias. -Me miró. -¿Qué dices Zoé?

-S-Si... ¡Si quiero estar con Kyojuro! -Dije con una alegría.

Para mi padre no era novedad que yo gustaba de Kyojuro y él gustaba de mí ¿Tal vez por eso lo hizo? Kyojuro se sonrojó al escuchar mis palabras con alegría.

-¿De verdad Zoé? -Se podía ver como le brillaban los ojos a Kyojuro.

Tomó mis manos para que nos pudiéramos mirar fijamente. Asentí. Papá miraba la escena satisfecha mientras llevaba una tasa de té a su boca.

-¡Podremos vivir juntos! -Dijo.

-¡Y hacer cosas de adultos! -Dije olvidando mi timidez por la emoción.

Mi padre escupió el té de su boca por la impresión, limpió su boca con la manga de su kimono y volteó hasta mi nervioso.

-¿C-Cosas de adultos? -Repitió en pregunta tomándome de los hombros. Me agarro del brazo atrayendo me hacía él, separando me dé Kyojuro. -¿Quién le enseñó eso a mi bebé? -Lo sentí abrazarme escuchándolo llorar. -No deberías saber esas cosas todavía, apenas tienes nueve años.

-Pero yo quiero hacer las cosas que hacen tú y mamá siempre. -Lo miré llena de inocencia -Agarrarse de las manos, darse cariñitos, decirse cosas bonitas, cosas como esas. -Me separé un poco para mirarlo. -¿He dicho algo malo?

Mi padre me miró confundido y a la vez aliviado.

-Ah, que bueno que solo sea eso aún no estás en edad de saber algunas cosas. -Dijo más tranquilo dándome palmadas en la cabeza.

-¿Saber qué? -Pregunté.

-Nada. No escuchaste nada. -Dijo nervioso saliendo de la habitación.

-Eso fue raro. -Dijo Kyojuro.

-Sí... -Dije mirando la puerta.

-Hoy te ves más alegré y extrovertida. -Dijo inclinando su cabeza mirándome con una sonrisa.

Me sonrojé de inmediato y cubrí mi cara con mis manos avergonzada.

-¡No cubras tu cara, por favor!

Era inútil ahora que había recordado mi timidez.

Todo era felicidad por un tiempo, conocí a su hermano pequeño y a su madre, me gustaba hablar con ella cuando íbamos de visita a la finca de los Rengoku. Pero... un día ocurrió lo peor. La madre se Kyojuro falleció debido a una enfermedad, Los días eran oscuros en la familia Rengoku. Kyojuro siempre estuvo sonriendo y entrenando para ser cazador de demonios mientras que a su vez cuidaba de su hermano menor, solo lo vi llorar un poco en el funeral, pero aun así siempre fue fuerte ante todo. Lo admiraba por eso.

•|Compromiso|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora