•|Compromiso|•

Capítulo 24

Mientras tanto tres hombres se encontraban caminando dónde se suponía pasarían su semana de "amigos", aunque las cosas estuvieran tensas entre cierto rubio y un albino, mientras que el Tengen caminaba un poco más adelante de ellos jugando con las niñas en brazos, las cuales no paraba de reír divertidas en los hombros de Tengen.

Tan pronto cuando llegaron al lugar donde se quedarían fueron a sus habitaciones, Rengoku dejo las cosas en un lugar y dejo que las niñas se familiarizarán con el lugar. Uzui tan pronto termino de organizar las pocas cosas que trajo se dirigió hasta la habitación del rubio a mirar cómo estaba este, hablaron un poco y decidió ir a hablar un poco con Sanemi también, Sanemi lo recibió en su habitación y platico un poco con él, y por platicar me refiero a que Sanemi solo respondía de mala gana hacia el pilar del sonido.

Las cosas estuvieron tensas entre el pilar de flama y el pilar del viento, ambos se tenían la mala hasta que al cuarto día por fin la tensión entre esos dos hizo su efecto.

—¿Qué mierda tienes conmigo, Rengoku? Ya tienes mucho tiempo haciéndome ver qué no te caigo muy bien, ¿Por qué no vienes y me lo dices a la cara? ¿O tienes miedo flamitas? —Hablo en tono sarcástico y burlón, provocando así la ira del rubio.

—Planeaba contenerme hasta que esto terminará, Pero lo haces tan difícil Shinazugawa. Me estás pidiendo a gritos que te destrocé.

—¿Entonces por qué accediste a esto? Pudiste negarte a pasar una semana conmigo ¿No crees?

—¿Crees que lo hago por ti o porque me interese arreglar las cosas contigo? Lo hago por Zoé, porque era la única manera de que ella arreglará las cosas con su madre.

Mientras más cerca estaban el uno del otro, más levantaban la voz.

—Claro. Y ella aceptó porque parece ser que supera las cosas más rápido que su sensible esposo.

Aquellas simplemente palabras fueron, como dicen algunos; la gota que derramó el vaso. El rubio levantó el puño y rápidamente lo llevo contra la mejilla del albino.

—¿Crees que es sensible que el mejor amigo de tu esposa haya querido obligarla a besarte? Y quién sabe que otras cosas más tenías planeado. ¡Crees que eso es ser sensible! Solo la estoy cuidando de ti y de tu mierda.

El albino limpio su mejilla enrojecida por el golpe. Este no se quedaría atrás después de ser golpeado. No, claro que no. Levanto su puño y fue directo donde el rubio, quien logro esquivar el primer golpe, pero no el segundo.

—¿Crees que quería que las cosas resultarán así ese día? Lo he lamentado cada día que pasa, y aunque ella me haya perdonado, yo aún no lo hago. Cada maldito día de mi vida desde ese momento me preguntó que paso y por qué pasó, no recuerdo nada de ese día y aun así me siento culpable ¡No te es suficiente con eso!

El rubio tomo acción rápidamente después de aquel golpe, tumbo a Sanemi en el césped y comenzó a darle golpe tras golpe descargando su ira sobre este.

—¡Me importa una mierda el cómo te sientas desde ese día! ¿Crees que mi problema es solo porque la hallas besado a la fuerza? —Se detuvo tomando al albino del cuello de la camisa. —¿Sabes lo difícil que fue verla esconderse en diferentes puntos de la casa para que yo no la viera llorar? ¿Lo difícil que fue darle consuelo de que su mejor amigo le haya hecho tal... Mierda? No lo sabes ¿Verdad? ¿Sabes por qué? Porque te fuiste y no apareciste hasta muchos meses después, como un cobarde.

Sanemi aprovecho un momento se descuidó del Rengoku para tumbarlo y devolver los golpes de una forma más violenta.

—¡Cállate! ¡CÁLLATE! ¡Tú no sabes una mierda de mí! Si me fui es porque sabía que podría arruinar las cosas aún más, mis malditas disculpas no arreglarían nada. Lo sé, ni siquiera sé cómo consolarme a mí mismo ¿Cómo mierda crees que lo haré con alguien más? ¡Mírame! SOY UN COBARDE, mira como trató a mi hermano solo por miedo a perderlo por estar a mi lado. ¡No tienes una puta idea de lo que es vivir mi vida!