⚜️Real life⚜️ (Park Jimin & Tn)

🔸33🔸

·Tres años después·

~Kim Tn~

–Me voy. –grité para que Haneul me escuchara.

–Claro, que te vaya bien.

–Gracias.

Salí de nuestro departamento y me dirigí al estacionamiento en donde se encontraba mi auto, era un bonito Mercedes Clase A Sedán, lo había comprado aproximadamente hace seis meses.

Después de graduarme había sido fácil conseguir trabajo, con un poco de ayuda por supuesto, y es que Namjoon me había contratado en su despacho de abogados, primero porque era buena defendiendo a la gente y segundo por Jin. Ellos habían empezado una relación hace dos años y medio, cosa me alegraba mucho, mientras que yo... Yo una vez vi una lagartija y nos conectamos.

Llegué al edificio del despacho y entré, subí hasta el séptimo piso y me dirigí a mi oficina.

–Buenos días Tn~. –canturreó Sunoh.

–Hola Sunho, ¿Cómo estás?

–Bien gracias, pero estaría mejor si cierta pelinegra frente a mí aceptara salir conmigo por un café.

–Ya te dije que tengo mucho trabajo como para pensar en eso.

–Siempre dices lo mismo, incluso en vacaciones. –se quejó.

–Tn. –habló Jin llegando. –¿Y tú qué haces aquí? –preguntó mirando a Sunoh en la puerta.

–Bueno... Venía a saludar. –dijo encogiéndose de hombros y sonriendo inocentemente.

–Vete a trabajar y deja de coquetearle a mi hermana. –lo regañó.

–Sí hyung. –dijo el aludido yéndose.

–¿Nunca se rinde cierto? –preguntó una vez se fue.

–Nop.

–Traigo unos papeles.

–¿Nuevo cliente? –pregunté.

–Uhú.

Caminó hacia mi escritorio, se sentó en la silla frente a mí y me entregó los papeles.

–Pelea de patria potestad, algo debió haber hecho la madre de la niña.

–Oh sí, la golpeaba.

–Ahg, que maldita.

–Lo sé, pero ya ni siquiera me enojo, sé que ustedes harán su trabajo y le darán el castigo que se merece.

–Ok, yo lo atiendo.

–Gracias. –dijo y se fue.

Jin había entrado a trabajar en el despacho de Namjoon antes que yo, casi enseguida de renunciar en el palacio, el príncipe dio la orden de que contrataran a Jin en donde él quisiera, Namjoon le ofreció trabajo como administrador y henos aquí.

Comencé a revisar los documentos y registros del caso, nada que no haya resuelto antes.

Llegó la hora del almuerzo y tocaron a mi puerta.

–Te invito una chapata. –dijo Sunoh entrando.

–¿No vas a parar hasta que te diga que sí, verdad?

–Más acertada no puedes estar.

–Bien, vamos. –dije.

–¡Sí! –dijo y saltó como un niño chiquito cuando le das un dulce.