⚜️Real life⚜️ (Park Jimin & Tn)

🔸37🔸

~Kim Tn~

–¿Irás a visitar a las personas del caso? –preguntó Jin entrando a mi oficina.

–Sí, debo ir, ni siquiera los conozco, además me causa curiosidad el nombre del chico.

–¿Choi Yeonjun?

–Ajá, ¿Recuerdas que hace tres años Sayumi amenazó a un tal Yeonjun para que nos matara?

–Es aterrador recordarlo, pero sí.

–¿Cuántos Yeonjun puede haber en Corea?

–Seguro sólo es coincidencia. –dijo encogiéndose de hombros.

–Como sea, me pica la curiosidad.

–Bien, ve con cuidado.

–Kook me acompañará.

–¿Kook?

–Ajá, es experto en este tipo de casos, quiero una segunda opinión.

–¿Y yo qué soy?

–Tu no eres abogado.

–Siempre despreciándome. –dijo fingiendo indignación y se fue.

Negué por lo dramático que era, escuché mi celular sonar y al ver quién era contesté.

Llamada

–Estoy afuera.

–Claro, voy para allá.

Fin de la llamada.

Salí de mi oficina y me dirigí al elevador, presioné el botón de planta baja y una vez ahí salí.

–¿Viniste en taxi acaso? –pregunté divertida.

–Caminando de hecho, no tengo auto aquí. –respondió.

Nos dirigimos a mi auto y subí de lado del piloto.

–¿Exactamente a dónde vamos?

–Itaewon.

–Ahg, no me gusta ir ahí.

–Ahora no, pero bien que te ibas a tomar cuando teníamos 18. –respondí riendo.

–Fueron buenos tiempos.

Pasaron unos minutos, ambos íbamos en silencio y lo único que se escuchaba era la radio.

–Leí todo lo que me mandaste, definitivamente la señora no es apta para cuidar a la niña.

–Lo sé, pero también está el antecedente del chico por tomar antidepresivos.

–Tiene dos años que no los toma.

–Si fueran tres sería mejor, lo sabes.

Minutos más tarde llegamos, era una casa mediana, ni pequeña ni grande, del tamaño perfecto para padre e hija.

Bajamos del auto y tocamos.

–T-Tn...

–Buenos días señor Choi, somos sus abogados, atenderemos el caso de la pelea por la patria potestad sobre Choi Eunsi, soy Kim Tn y mi colega Jeon Jungkook, ¿Podemos pasar?

–Claro, pasen.

Abrió por completo la puerta y nos dejó pasar, adentro era un lugar acogedor, tomamos asiento en la sala de estar.

–¿Les ofrezco té?

–No gracias, así estamos bien.

Se sentó frente a nosotros.